Comentario
Cómo atendió Cortés al enriquecimiento de Nueva España
No le parecía a Cortés que la gloria y fama de haber conquistado la Nueva España con los otros reinos estaba cumplida, si no la pulía y fortificaba; para lo cual llevó a México a doña Catalina Suárez con gran fausto y compañía, que se había quedado en Santiago de Cuba todo el tiempo de las guerras. Hizo enviar por mujeres a muchos vecinos de México y de las otras villas que poblara. Dio dinero para llevar de España doncellas, hidalgas y cristianas viejas; y así, fueron muchos hombres casados con sus hijas a costa de él, como fue el comendador Leonel de Cervantes, que llevó siete hijas, y se casaron rica y honradamente. Envió por vacas, puercas, ovejas, cabras, asnas y yeguas a las islas de Cuba, Santo Domingo, San Juan del Boriquen y Jamaica, para casta. Entonces, y aun antes, vedaron la saca de caballos en aquellas islas, especialmente en Cuba, para venderlos más caros, sabiendo la riqueza, necesidad y deseo de Cortés; para carne, leche, lana y corambre, y para carga, guerra y labor. Envió por cañas de azúcar, moreras para seda, sarmientos y otras plantas a las mismas islas, y a España por armas, hierro, artillería, pólvora, herramientas y fraguas, para sacar hierro, y por cuescos, pepitas y simientes, que salen vanas en las islas. Labró cinco piezas de artillería, dos de las cuales eran culebrinas, a mucha costa, por haber poco estaño y muy caro. Compró los platos de ello a peso de plata, y lo sacó con gran trabajo en Tachco, a veintiséis leguas de México, donde había unas piececitas de ello como de moneda, y hasta sacándolo se halló vena de hierro, que le alegró mucho. Con estas cinco y con las que comprara en la almoneda de Juan Ponce de León y de Pánfilo de Narváez, tuvo treinta y cinco tiros de bronce y setenta de hierro colado, con lo que fortaleció a México, y después le llegaron más de España, con arcabuces y coseletes. Hizo asimismo buscar oro y plata por todo lo conquistado, y se hallaron muchas y ricas minas, que hincharon aquella tierra y ésta, aunque costó la vida de muchos indios que llevaron a las minas por fuerza y como esclavos. Pasó el puerto y descargadero que hacían las naos en Veracruz, a dos leguas de San Juan de Ulúa, en un estero que tiene una ría para barcas y es más seguro, y mudó allí a Medellín, donde ahora se hace un gran muelle para seguridad de los navíos, y puso casa de contratación, y allanó el camino de allí a México para la recua que lleva y trae las mercaderías.