Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DEL PERÚ



Comentario

Capítulo XV


De cómo llegado Diego de Almagro a Panamá el gobernador Pedro de los Ríos, pesándole de la muerte de tanta gente no le consintió que sacase más, y cómo envió a Juan Tafur a que pusiese en libertad a los españoles; y lo que hizo Pizarro con las cartas que sus compañeros le enviaron



Diego de Almagro, como salió en el navío, como se ha dicho, prosiguió su viaje a Panamá, donde llegó brevemente, y entendido por el gobernador Pedro de los Ríos a lo que venía no le agradó; antes mostró sentimiento, porque se hubiesen muerto tantos españoles en aquella tierra sin hacer fruto los trabajos que habían pasado y pasaban, y determinadamente dijo que había de enviar remedio para evitar que el daño no fuese adelante. Diego de Almagro le ponía por delante lo que habían gastado y lo que debían y cómo tenían gran noticia de lo de adelante. Reíase de su dicho él; y todos diciendo que en la tierra de Peruquete ¿qué podía hacer sino buenos ríos y hartos manglares? El maestrescuela don Hernando de Luque, procuraba con todas sus fuerzas con Pedro de los Ríos para que no estorbase el descubrimiento que hacía Pizarro. No bastó él, ni Almagro, porque Pedro de los Ríos quería enviar por los españoles; puesto que acabaron con él con gran dificultad que si veinte españoles de su voluntad de los que estaban en la conquista quisiesen seguir a Francisco Pizarro, que daba licencia que con un navío pudiesen descubrir por la misma costa lo de adelante con tanto que dentro de seis meses estuviesen en Panamá y si no llegasen a veinte que subiesen de diez, que daba la misma licencia. Y entiéndese que hizo esto Pedro de los Ríos por cumplir con Luque y con Almagro; porque fue público que habló con Juan Tafur, que fue el que llevó el mandamiento, para que procurase que no quedase cristiano ninguno entre aquellas montañas. Como esto se proveyó, recibieron grande pena, Almagro y el padre Luque, ponderando desde el principio el negocio, cuánto habían trabajado y gastado, lo mucho que debían, y lo poco que tenían para lo pagar. Determinaron de escribir a Pizarro para que no volviese a Panamá, aunque supiese morir, pues si no descubría algo que fuese bueno, para siempre quedarían perdidos y afrentados. Juan Tafur, con los navíos se partió y anduvo hasta que llegó a la isla del Gallo, a tiempo que habían traído en el barco una barca de maíz.