Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DEL PERÚ



Comentario

Capítulo III


Cómo Manco Capac armó caballero a su hijo Sinchiroca y entró por fuerza en el Cuzco y se enseñoreó dél

Habiendo estado Manco Capac con su hermano y hermana e hijo de Matahua mucho tiempo, Mamahuaco, su hermana, aunque otros dijeron ser su mujer, tiró dos varas de oro hacia el Cuzco, de las quales una llegó a Colcapampa, que hay espacio de dos tiros de arcabuz, y no hincó bien, y la otra llegó a Huanaipata, que es abajo del Arco que sale a S. Sebastián desde donde se tiró esta vara hasta allí hay tres cuartos de legua, y asentó bien y quedó hincada en el suelo, y tuviéronlo por buena señal, y allí en Matahua, que es una legua del Cuzco, armaron caballero a Sinchiroca y le dieron el topayauri, que es a manera de cetro, el cual era de oro, que era insignia que se daba a los que habían de ser señores de yngas. Allí Sinchiroca engendró a Manco Sapaca en Mama Coca, hija de su tía Huamán, del pueblo de Saño, y de allí vinieron caminando hacia el Cuzco, y llegaron a Colcapampa, donde llegó la primera vara, y tomando tierra en las manos y visto que no era buena para sembrar, pasaron adelante hasta Guaman, Tianca y Huanaypata a donde había llegado la postrera vara, y viendo que había hincado bien y ser la tierra buena y fértil, sembraron en ella. Y entonces en el Cuzco, que se llamaba Acamama, estaban poblados indios lares, poques y guallas, gente baja, pobre y miserable, y prendieron a uno destos poques o guallas y lo mataron, y sacaron los bofes y los soplaron y, trayendo las bocas ensangrentadas, se vinieron hacia el pueblo de los guallas.

Los huallas, viéndolos, se huyeron pensando que era gente que comía carne humana, y caminando los ingas llegaron adonde estaba el arco junto del cual pasaba un arroyo pequeño, y allí les salió Copa Limaita, que era señor natural del Cuzco, a resistirles la entrada, y viendo la dificultad los ingas se volvieron a Guaynapata, que quiere decir cosa preciada, y de lo que habían sembrado, como era la tierra y tan buena y dispuesta, dio grandísima abundancia de maíz, que hasta lo alto de la caña había mazorcas. Entrando en consulta, se determinaron de nuevo de entrar en el Cuzco, por fuerza, y al fin, mediante su valor e industria, se apoderaron del y de la persona de Copa Limayta, el cual viéndose preso, temeroso de que le matarían, les dijo que les daría sus tierras y haría cesión de lo que allí poseía, y así lo soltaron. Y como vio que ya no tenía remedio de echarlos de su tierra y que era gente belicosa, varonil y de industria, dejó su casa, tierra y familia a Mama Huaco, mujer de Manco Capac, y díjoles: yo me voy, y adonde viéredes que hay mucha nieve, diréis: allí está, y así se fue do nunca más pareció ni supieron del.

Entonces Manco Capac y Mama Huaco, su mujer, Sinchiroca y Manco Sapac poblaron la ciudad del Cuzco, y en Curicancha, donde ahora es el convento de Santo Domingo, levantaron un templo dedicado al sol, y allí empezó Manco Capac, como primer Rey y Señor, a dar culto y religión a los yndios, aunque no con la perfección que después le tuvieron. Y habiendo gobernado muchos años, murió dejando por su sucesor y heredero a Sinchiroca, su hijo, y de Mama Huaco, su mujer y hermana, y otra hija llamada Chimpucoya y otro hijo bastardo llamado Pachacuti.

Otros ponen la entrada deste valeroso Manco Capac en el Cuzco de diferente manera y traza, diciendo que habiendo venido con sus hermanos, hijo y mujer, hizo estirar dos planchas de oro muy delgadas, y poniéndose una en los pechos y otra en las espaldas y una diadema, que los indios llaman canipo, en la cabeza, envió al Cuzco a un yndio diciendo que era hijo del sol, y que le recibiesen y obedeciesen por tal y por señor della, y que para que ellos lo viesen se mostraría en un cerro alto, donde salió y fue visto de los indios poques naturales del Cuzco en la cumbre del cerro pasearse, y como los rayos del sol hiriesen en las planchas y diadema, resplandecieron y daban de sí gran luz y claridad, y viéndolo los indios, atemorizados, lo tuvieron por hijo del sol y cosa divina y así le obedecieron y recibieron por señor absoluto, dándole la obediencia y ofreciéndole innumerables riquezas y tesoros y todo cuanto quiso, con lo cual se hizo rico y poderoso, y salió después a conquistar algunos pueblos cercanos que no le obedecían. Sea la verdad la una o la otra, entrambas opiniones se tratan y confieren entre los indios, y ellos le dan crédito como cosa que creen que sucedió así, no hay ni se sabe otro origen, principios ni fundamento del señorío de los yngas que fundaron la gran ciudad del Cuzco, cabeza de estos reinos, y los conquistaron y gobernaron, sino este que aquí se ha puesto, porque ellos no tuvieron letras ni las conocieron, ni historias más de sus quipos, que son cordeles donde con nudos asientan y ponen por memoria todas las cosas que quieren, de los cuales consta lo que digo y diré en todo el discurso de esta historia.

La salida de los hermanos de la cueva y la invención de Manco Capac de hacerse adorar con la traza de las planchas de plata se verá en la figura siguiente.