Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DEL PERÚ



Comentario

Capítulo XXVIII


Cómo fue alzado por Ynga Huayna Capac, hijo de Tupa Inga Yupanqui

El Ynga y rey de estos reinos más conocido que anda más en boca de todos, así españoles como indios, y de quien los que se precian de venir de la sangre real de los ingas procuran a entender ser descendientes, aunque algunos con falsedades y mentiras, y el más extendió su señorío fue el que al presente tenemos entre manos, llamado Huayna Capac, hijo de Tupa Ynga Yupanqui y de su mujer legítima Mama Ocllo. Valeroso, temido y estimado, prudente, severo, de gran juicio y entendimiento belicoso y amigo de guerras, sabio en gobernarlas y en la paz de gran magnanimidad y persona valiente y animoso, y que peleaba el primero en todas ocasiones, para animar y con su ejemplo llevar los suyos a las empresas más arduas y dificultosas, y como de sus hechos y conquistas hay más noticia, así será fuerza extendernos más en su vida y historias.

Muerto Tupa Ynga Yupanqui y habiendo en su testamento y última voluntad, llevado del grandísimo amor que tuvo a una de sus mujeres, llamada Chiqui Ocllo, nombrado por sucesor en el señorío y reino, como ya dijimos, a un hijo suyo y desta su mujer, Capac Huare, pervirtiendo y quebrando con esto la orden y costumbre hasta allí inviolablemente guardada de los ingas sus antecesores, que el Heredero había de ser el hijo de la mujer legítima del Ynga, que era la Coya y reina principal, que comúnmente era su hermana, porque se dijese que el Ynga y rey era hijo de rey y reina, y que por línea de padre y madre era descendiente del primer Ynga, llamado, como dijimos, Manco Ynga.

Estando ya los hermanos de Tupa Ynga Yupanqui, sus deudos, capitanes y goberandores, para alzar por rey a Capac Huare y coronarle con la borla y jurarle por señor, como su padre lo había mandado en su testamento, no queriendo traspasar con esto su mandado, salieron los hermanos de Mama Ocllo, mujer legítima de Tupa Ynga Yupanqui, de través, visto el agravio y sin razón que se hacía a Huayna Capac, su sobrino, que era el que legítimamente heredaba el reino, diciendo que no había de consentir tal injusticia, y que lo que hasta allí se había con gran puntualidad guardado por todos los Yngas, en cuando a la sucesión en el reino, se había de cumplir ahora, dando el señorío y jurando por rey a su sobrino Huayna Capac, pues era el verdadero señor y sucesor de su padre, Tupa Inga Yupanqui, a quien el reino se le debía de derecho y justicia, pues Capac Huare no era hijo de Coya y reina y que así en cuanto a esto no se había de seguir la última voluntad de Tupa Inga Yupanqui. Con estas razones tan evidentes se suspendió la coronación de Capac Huare y los que le seguían entibiaron, y más cuando de nuevo los tíos de Huayna Capac levantaron, o fuese con verdad o mentira, que Chiqui Ocllo era hechicera y que con hechizos y veneno había muerto a Tupa Ynga Yupanqui, porque su hijo Capac Huare entrase en el señorío, y así mataron a la Chiqui Ocllo, y a su hijo Capac Huare le desterraron de común consentimiento a Chinchero, tres leguas del Cuzco, adonde le señalaron los alimentos y servicio de criado y mujeres y chacaras muy abundantemente, para que allí viviese apartado y no pudiese jamás entrar en el Cuzco.

Hecho esto y salido Capac Huare del Cuzco, alzaron todos los capitanes y gobernadores y orejones por Ynga y rey a Huayna Capac, y le juraron y reconocieron como tal, con la orden dicha de Tupa Ynga Yupanqui cuando fue coronado por Ynga en el Templo de Curicancha, delante del sol. Luego, para celebrar la coronación, hizo suntuosísimas fiestas y regocijos en el Cuzco, juntando diversas gentes para ellas. Y por ser en este tiempo Huayna Capac muy mozo y no suficiente para poder gobernar tan gran reino, de provincias tan distantes y apartadas, entre todos, con su voluntad, acordaron fuese gobernador un tío suyo, llamado Hualpaya, hijo de Capac Yupanqui, hermano de Ynga Yupanqui, que fue el que al presente hallaron de más satisfacción para gobernar, por ser hombre de gran prudencia y valor y de quien se entendía que con mucho cuidado y fidelidad acudiría a la defensa de lo tocante al reino y a mirar por las cosas de Huayna Capac, su menor.