Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo XII


Que trata de la entrada que el general Pedro de Valdivia hizo en el valle de Copiapó y de lo que allí le sucedió

Allegado el general Pedro de Valdivia con cincuenta de a caballo y casi por la posta al valle de Copiapó, valle fértil y de gente belicosa, mandó a un caudillo con catorce de a caballo que fuese al valle arriba, y otro caudillo envió con otros catorce de a caballo al valle abajo a buscar bastimento, porque cuando entró en el valle, el general no halló gente, y por tanto hizo esta diligencia, los cuales estaban alzados y puestos en partes fuertes, por ser avisados por los indios de Atacama de la venida de los cristianos, y esto habían hecho los naturales.

Fue Dios servido que Alonso de Monrroy, que es el caudillo que fue valle arriba, halló cierta cantidad de maíz y chañares en un pueblo despoblado que los indios habían dejado descubierto, con voluntad y dando a entender que fuese aquel bastimento para los españoles, y que lo tomarían y saldrían breve del valle y seguirían su jornada, y ellos quedarían en sosiego y sin pérdida de gente ni de otra cosa. Y como venían los que el adelantado trajo, sucedióles a la contra de lo que pensaron.

Luego despachó el general veinte de a caballo con cien cargas de maíz y chañares y agua al real, que venía marchando por aquel despoblado estéril, que es el remate del grande despoblado. Y tras de aquellos veinte de a caballo, envió otro caudillo con otros veinte hombres y con cien cargas del mesmo refresco, que fue socorro como caído del cielo, pues con esto tuvieron qué comer hasta reformarse en el valle y descansar. Y se gastó todo el bastimento que hallaron, por donde les convino de nuevo buscar más con toda diligencia, pidiéndolo a los naturales, que es una orden que se requiere usar en la guerra de indios. Y si dar no lo quisieren, tomarlo por fuerza como acá se suele hacer. Y para descubrir la gente o el bastimento que buscaban, habían de buscar o tomar algún indio o india para lengua, y para saber dónde estaba la gente del valle mandó el general.

En jueves, veintiséis días del mes de octubre del año de nuestra salud de mil y quinientos y cuarenta, ante un escribano del rey que en el real venía, el general tomó posesión en nombre de Su Majestad. Hizo las diligencias que en tal caso se requerían, que son ciertas ceremonias hechas en esta forma: armado el general de todas armas y su adarga embrazada en el brazo siniestro, y la espada en su mano derecha y alta, cortando ramas y levantando ciertas piedras, moviéndolas de una parte a otra, diciendo en alta voz que emprendía y emprendió, y tomaba y tomó posesión en aquel valle de Copiapó en nombre de Su Majestad, ansí de aquel valle e indios de él, como de toda la gobernación que de allí en adelante tenían, y que si alguna persona o personas había que se lo contradijese o defendiese, que él se mataría con la tal persona o personas. Y para efectuarlo salió a un campo que vecino tenía a esperar al que quisiese salir, diciendo que lo defendería lo que decía con su persona y armas a pie y a caballo, como demandárselo quisiesen, y si necesario fuese, perdería la vida en servicio de Dios y de Su Majestad. Y pidiólo por fe y testimonio del escribano, el cual así se lo dio.