Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo L


Que trata de la necesidad que habían de sal y cómo la fueron a buscar y de la suerte que la hallaron

Viendo el general que la sal se les había acabado a los españoles y que la carne, aunque poca, se les estragaba, y viendo que las salinas de que se proveían estaban ocupadas con la gente de guerra del valle de Anconcagua, procuró el general saber si en otra parte había sal. Fue avisado por ciertos indios cómo dieciséis leguas de la ciudad junto a la mar, en un pueblo que se dice Topocalma, había una laguna de donde solían o por mejor decir usaban coger sal, de que se proveían los naturales.

Siendo el general bien informado, envió doce hombres de a caballo por sal, y que la trajesen con los yanaconas e indios que servían, y dioles un principal para guía que sabía bien el camino y la laguna donde la sal estaba. Y así los españoles iban temerosos que no la hallarían, porque en estas partes, como los indios muchas veces niegan la verdad, unas veces por temor y otras por tenello de costumbre. Y el principal no iba con menor duda, viendo que era invierno y que le parecía ser imposible haber sal. Caminaron todos juntos, puesto que la duda iba oculta, aunque repartida entre todos, porque cada uno llevaba su parte.

Allegado a la laguna e sitio donde la sal se había de coger, dijo el principal e guía a los cristianos:

"Catad aquí el sitio donde habéis de hallar y sacar la sal".

Viendo los cristianos el sitio, que era una laguna de mil y cuatrocientos pasos de largo y media legua en redondo, y que estaba con gran copia de agua dulce, que era hecha de las aguas que de las laderas comarcanas allí venían, dioles muy gran risa, que estuvieron gran pieza embarazados ya para volverse, entendiendo que eran engañados.

El principal, viendo el rostro que los españoles ponían a su negocio, algo corrido, mandó desnudar cuatro indios y él con ellos, y entraron dentro de la laguna. El agua les daba, porque era invierno, a los pechos, y en verano no tiene tanta y es más fácil de sacar. Entrados dentro sacaron del asiento de abajo tanta sal, que cargaron las piezas que llevaban, de lo cual no fueron poco admirados ellos y todos los españoles. Y el principal quedó muy contento por haber quedado acreditado en haber salido a luz con lo que había prometido. Luego se fueron, y llegados a la ciudad, fueron españoles y llevaron gran cantidad que todo el año y más tuvieron qué gastar.

Esta laguna está dos tiros de piedra de la mar, la cual no entra dentro, ni la agua de la laguna va a la mar, por estar cercada de unos promontorios de tierra. Y a lo que entiendo, debe tener el asiento esta laguna en el asiento de lo salado del agua de la mar, a cuya causa se fragua aquella sal y cuaja en el asiento abajo porque cuando la sacan, sale como losas llenas de grueso de cuatro dedos y de una mano y más, y es tan blanca como cristal. Y en verano, como tiene poca agua la laguna, penetra más el sol su calor en la tierra, hace que la primera sal que sacan es rubia o roja, y la que sacan de abajo de ésta es más blanca. Hay en verano gran cantidad.