Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo LVI


Que trata de cómo el general, para remediar la necesidad del herraje, mandó sacar cobre

Ya en este tiempo la falta del herraje era tanta que muchos caballos gastaban lo que heredaron de sus madres. Y viendo que no había remedio para traerse tan presto, acordó remediar con lo que acaso hallar se pudiese. Mandó apercebir veinte de a caballo y salió él en persona, y fue a las sierras que vecinas tenían, a un sitio de que tenía noticia que había cobre. Puesto que había alguna nieve, cometió a subirla y cavarla, porque la falta no le daba lugar aguardar más tiempo, y porque la guerra estaba suspensa y no se visitaban los naturales, que es una cosa que mucho se requiere usar para que pierdan el temor y para que se amaestren a tratar y servir a los españoles. En la primera cata que dio halló lo que buscaba y mandó cavar y sacar tanto cobre que bastó a herrar los caballos y hacer estribos, porque de los estribos que tenían mandó hacer clavos, porque son más provechosos y durables que los de cobre.

Y de esta suerte estaba el general muy contento y todos los que caballos tenían, porque con aquel metal podían sustentarse y tener sus caballos seguros hasta que Dios nuestro Señor proveyese, porque los trabajos corporales no los tenían en nada.

Y con este contento animaba el general a sus amigos y compañeros, diciéndoles que para los trabajos eran los hombres, y los hombres para ello fueron y son nacidos, mayormente para los buenos. Con estas y otras palabras que les decía, que en tal tiempo los capitanes son obligados a mostrar y decir para animar los hombres en servicio de Dios y de Su Majestad. Y de esta suerte estaban animados, teniendo en poco la necesidad que padecían de las cosas de nuestra España, que necesarias son para entretener la salud y pasar la vida.

Tomado aviso los indios de la provincia de los pormocaes en cómo los españoles hacían herraje del cobre que sacaban de las sierras, y que ya acordaban irles a visitar la tierra y pueblos, y ya los ríos no traían mucha agua por respeto que había ya pasado el verano, que es cuando vienen caudalosos a causa de derretirse las nieves en las altas sierras con el gran calor del sol. Enviaron sus mensajeros al general que querían servirle, aunque daban otras excusas por otra vía por no servir. Y si hacían los indios esto y daban estas excusas, hacíanlo por dos cosas, la una, porque los tuviesen por excusados y no culpados, y la otra, que sabiendo esto los españoles no los culparían, y no pensasen que el no venir suyo era por no querer servir.

Viendo el general sus cautelas, cabalgó con veinte de a caballo y fue a correr toda la tierra del río, y miró si hallar pudiese algún sitio para hacer una puente porque no peligrasen los indios. Caminando por las riberas del río de Maipo halló un sitio donde los ingas hicieron una puente cuando vinieron a conquistar esta tierra, y estaba el sitio arruinado. Fue más adelante y halló sitio y lugar oportuno, puesto que los maesos lo hallaban dificultoso, al general le pareció conviniente lugar y mandó que allí se hiciese con toda brevedad, y luego mandó traer la madera.