Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo LXXIII


Que trata de la cuenta que dio el general y coronel Valdivia al presidente de la salida de Chile para venir a servir a su señoría en nombre de Su Majestad

Hecha esta habla y noble exhortación, se fueron el presidente y el coronel y el mariscal Alonso de Alvarado y otros nobles del ejército de Su Majestad a la posada y alonjamiento del presidente, donde el coronel Valdivia sacó de la mano y dio al presidente Pedro de la Gasca el requerimiento que hizo cuando entró en el navío. Visto por el presidente se holgó mucho, recibiendo gran contento, pareciéndole ser la elección y confianza tan grande que había hecho de él, como de él la tenía, y que conjungía bien lo uno con lo otro, la liberalidad del presidente con las obras del coronel Valdivia y con su fidelidad y voluntad que mostraba de servir a Su Majestad.

Y le tomó el presidente el requerimiento y dijo que lo quería enviar a Su Majestad para que por él viese cuán buen súbdito y leal vasallo era, siendo tan peregrino.

Allí dio el general Valdivia en breve cuenta al presidente en cómo dejaba la tierra a tan buen recaudo. Y así mesmo le dio cuenta de su venida, y cómo en llegando a Ilo con la nao, había despachado a su secretario Joan de Cardeña con despachos para su señoría, y que no había sabido nueva de él, y que acabada la guerra daría más larga cuenta a su señoría de todo, y tan bien como era obligado darla a su Príncipe y Señor, dándola de todo lo que había hecho en estas partes en servicio de Su Majestad, y que en el entretanto se entendiese en las cosas de la guerra, pues tan en la mano la tenían.

Respondió el presidente que se hiciese como tenía acordado, que él tenía confianza que en todo estaría bien acertada la cuenta. Dijo el presidente cómo el secretario Joan de Cardeña le había escrito de la villa de Arequipa y cómo le hizo saber cómo habiendo llegado allí un día antes, vino del Cuzco un capitán de Gonzalo de Pizarro que se decía Francisco de Espinosa, con treinta soldados en seguimiento de ciertas personas que allí alcanzó y ahorcó. Y de cómo le tomó la cabalgadura y a ruego le dejó. Y se fue el capitán por la costa de la mar contra Arica y Tarapacá, y que supo cómo iba recogiendo la gente que pudiese ajuntar para ir a servir con ella a Gonzalo Pizarro.