Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo CXIII


Que trata de cómo salió el gobernador don Pedro de Valdivia a descubrir adelante

Después de haber fundado el gobernador la ciudad de Valdivia y repartidos los, solares y estancias en los vecinos que habían de ser, y escomenzando a [e]dificar casas con algunos prencipales que había repartido y habiendo descansado la gente que Francisco de Villagran trujo, dejando en la ciudad la gente que convenía y buen recaudo, salió con ochenta hombres a siete días del mes de febrero de mil y quinientos y cincuenta y dos a descubrir y conquistar adelante.

Y andadas siete leguas de esta ciudad, dimos en un río muy hondable y caudaloso y en tierra muy poblada y sin monte, porque en las siete leguas cesa la montaña. Y esta tierra que he dicho que está sin monte, no hay árbol si no es puesto a mano. Y es tres leguas de latitud y diez o doce de longitud. Este compás que está sin monte es tierra fértil de maíz y frísoles y de papas. Luego dimos en otro río pequeño que pusimos por nombre el de las Canoas, y el otro que digo se llama el río Hueño. Y de este río de las Canoas vuelve el monte en partes muy espeso y en partes claro.

Caminamos quince días por tierra muy poblada, donde llegamos a un gran lago que está a la falda de la cordillera nevada. Estuvimos en una loma pequeña que a las espaldas tenía. Este lago se puso por nombre el lago de Valdivia. Estará treinta leguas de Valdivia. Es tierra de mucho ganado, aunque no anda suelto. Andan vestidos los indios razonablemente, aunque no andan sino como cada uno alcanza y tiene la posibilidad. La gente es dispuesta y las mujeres de buen parecer, aunque en hartas provincias no he visto yo más blancas mujeres, y los cabellos muy largos. Poseen oro y plata.

Aquí nos daban los indios relación que siete leguas adelante de este lago había otro mayor lago y que se pasaba en dos o tres días de camino en canoas. También nos dieron noticia que detrás de este lago estaba otro lago en la cordillera y que desaguaba a la mar del norte, que detrás de la cordillera nevada estaba otra provincia muy poblada de mucha gente. Y yo vi al indio que nos dio esta relación tomar un jarro de plata y que de aquello tenían mucha cantidad, y que ganado no lo tenían sino por los campos. A lo cual me parece esta noticia ser lo que vio César, según contaba el compañero suyo que yo hablé en Santa Marta, por la altura que él decía, porque de aquella provincia dijo habían visto la cordillera nevada, y que de otra parte no la habían visto tan baja como por allí va, y ansí es, que hacía una ensenada, y ansí la hace, y que había dos mogotes altos que estaban norte sur a manera de dos tejas, y que hacía una abertura por entre ellos, y que estaban nevados, y así están.

Y por esto me parece a mí ser aquélla la noticia, aunque detrás de la ciudad Imperial se tiene otra muy gran noticia, según dicen los indios, detrás de la cordillera. Y aún yo vi a uno que decía haber estado allá y que si iban catorce y quince jornadas, allegarían allá. Es una jornada de ellos cuatro leguas. A mí paréceme que podría ser toda una, porque del lago allá nos dijeron que en doce jornadas llegaríamos. Mas por la Imperial, según el indio decía, es gran trabajo por falta del agua, que no se ha podido descubrir ni ir allá por haber pocos españoles.