Comentario
Capítulo CXXXVI
Que trata de lo que hizo el general Teopolicán habiendo ido sobre la ciudad de Cañete y escapado de ella y de cómo fue preso
Habiendo tramado el yanacona que tengo dicho con el Teopolicán viniese sobre la ciudad de Cañete, como fue y no pudo efectuar su mal propósito, tenía gran pesar de verse así burlado. Luego ordenó de hacer un fuerte tres leguas de la ciudad, e de allí enviaba a sus mensajeros a todos los caciques le enviasen gente para la guerra. Todos le acudían de la comarca.
E teniendo aviso el teniente Alonso de Reinoso de la junta que se hacía, y que si esperaba ocho días se juntaría toda la tierra, y que al presente no tenía más de tres mil indios, apercibió a don Pedro de Avendaño con sesenta hombres y diole una india por guía. E salió de noche e caminó lo más secreto que pudo. Llegó ya que amanecía al fuerte, y como los indios estaban descuidados y llegados los españoles de repente, luego huyeron los indios. Y en una casa prendieron al Teopolicán y muchos indios e indias.
E viniendo por el camino acertó a encontrar una india que era mujer del Teopolicán e traía un niño de un año. Y como ella no pensaba que venía preso el Teopolicán e le vio, comenzó a decirle:
"¿Cómo? ¿Tú eres Teopolicán, el valiente que decías que no te había de parar cristiano que no le habías de matar, y a ti alzaron por general de la tierra, que ansí te dejaste prender de los españoles? ¿Y parécete cual vas atado e que tenga yo hijo de un hombre tan cobarde como tú?" E lo arrojó de una cuesta abajo, e murió el niño. Cierto me parece grande ánimo y esfuerzo de mujer, e que la podíamos comparar aquella buena mujer cartaginesa que se metió con dos hijos en el fuego, porque el marido se había entregado a los romanos. E llevado el Teopolicán a la ciudad fue empalado. Y ansí pereció este mal indio tan enemigo de los españoles.