Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, II



Comentario

Capítulo undécimo
De personas viciosas, como son rufianes, alcahuetes

El hombre perdido y alocado es desatinado y atontado en todo, lisiado en alguna parte del cuerpo, muy miserable, amigo del vino y de las cosas que emborrachan al hombre. Y anda como endemoniado que no teme, ni respeta a nadie, e se pone a cualquier peligro y riesgo.

El moço desbaratado anda como enhechizado o muy beodo, y fanfarronea mucho, ni puede guardar secreto; amigo de mugeres, perdido con algunos hechizos o con las cosas que sacan al hombre de su juizio, como son los malos hongos y algunas yervas que desatinan al hombre.

El viejo putañero es de poca estima y de mala fama, alocado, tonto y necio.

El alcagüete es comparado al ratón, porque anda a escondidas engañando a las mugeres; e para engañallas tiene linda plática, muchos halagos y engaños con que parece que embauca a las mugeres. E los engaños o embustes con que atrae son comparados a las rosas que aplazen a los hombres con su hermosura y su buen olor.

El embaucador o la embaucadora tiene estás propriedades: que sabe ciertas palabras con que embauca a las mugeres; y ellas, por el contrario, con que engañan a los hombres. Y ansí cada uno de éstos hazen a los hombres y a las mugeres andar elevados o embelesados o enhechizados, vanos y locos, atónitos y desvanecidos.

El sodomético paciente es abominable, nefando y detestable, digno de quien hagan burla y se rían las gentes. Y el hedor y la fealdad de su pecado nefando no se puede sufrir por el asco que da a los hombres. En todo se muestra mugeril o afeminado, en el andar y en el hablar, por todo lo cual merece ser quemado.

El homiciano tiene estás propriedades: que es de malas entrañas y muy malicioso, bravo como un perro, rabioso, sediento de derramar sangre. Su estudio y cuidado es armar pleitos a otros, y ser chismero e levantar testimonios; herir y matar a otros.

El traidor a dos partes siembra zizañas entre los amigos, gran chismero y mentiroso; al fin, rebolvedor de todos.

El joglar suele dezir gracias y donaires. El buen joglar es suave en el hablar, amigo de dezir cuentos y cortesano en su habla. El mal joglar dize disparates y es perjudicial en sus palabras, y suele entremeterse en las pláticas de otros, sin ser llamado para ello; y en lugar de gracias, dize malicias y torpedades.

EI chocarrero es atrevido y desvergonçado, alocado, amigo de vino, y enemigo de buena fama. El buen chocarrero es suave o gracioso en su habla; hábil para. dezir muchos donaires. El mal chocarrero es penoso en su hablar, tonto, e inhábil para dezir las gracias; y las dize fuera de propósito y de tiempo, con las cuales da más enojo que plazer a los que le oyen, por más que ande bailando y cantando.

El ladró[n], por más que hurte, siempre anda muy pobre, miserable y lacerado, escaso y hambriento, y codicioso de lo ageno. E para hurtar sabe mil modos: miente, acecha y horada las casas, y sus manos son como garavatos con que apafia lo que puede; y de pura codicia anda como un perro carleando e rabiando para hurtar lo que desea.

El ladrón que encantava para hurtar sabía muy bien los encantamientos, con los cuales hazía amortecer o desmayar a los de casa donde él entrava, y ansí amortecidos hurtava cuanto hallava en casa; y aun con su encantamiento sacava la troxe y la llevava a cuestas a su casa. Y estando en la casa donde hurtava, estando encantados los de la casa, tañía, cantava y bailava, y aun comía con sus compañeros que llevava para hurtar.

El salteador es comparado a una bestia fiera por ser bravo, cruel e inhumano, sin piedad alguna, el cual usa mil modos y engaños para atraer a s! los caminantes, y ansí atraidos róbales y mátales.