Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, II



Comentario

Capítulo 12
De otra manera de oficiales, como son labradores y mercaderes

El rico es recatado y de buen ingenio, y tiene de corner y mucha hazienda, y en buscar y augmentalla es muy diligente. El buen rico es piadoso y misericordioso, y agradecido por los bienes que tiene, los cuales guarda y gasta a su tiempo y con ellos granjea. El mal rico es desperdiciador o desbaratador de su hazienda, avariento y gran logrero; su oficio es también emprestar dineros y pedir más por ellos.

El labrador es dispuesto y recio y diligente y apto para las labranças. El buen labrador es fuerte y diligente y cuidadoso, y madruga mucho por no perder su hazienda, y por augmentalla dexa de corner y de dormir. Trabaja mucho en su oficio; conviene a saber: en romper la tierra, cavar, deshervar, cavar en tiempo de seca, vinar, allanar lo cavado, hazer camellones, mollir bien la tierra y ararla en su tiempo, hazer linderas y vallados, y romper también la tierra en tiempos de aguas; saber escoger la buena tierra para labrarla; hazer hoyos para echar la semilla y regalla en tiempo de seca; sembrar derramando la semilla; agujerar la tierra para sembrar los frixoles; cegar los hoyos donde está el maíz sembrado; acohombrar o llogar la tierra a lo nacido; quitar el ballico; entresacar las cañas, quebrándolas, y entresacar las maçorquillas e quitar los hijos de las maçorcas; quitar los tallos porque crezca bien lo nacido; entresacar a su tiempo las maçorcas verdes. E al tiempo de la cosecha: quebrar las cañas, cogiéndolas; e coger el. maíz cuando está ya bien sazonado; desollar o desnudar las maçorcas; e atar las maçorcas una con otra, anudando las camisillas una con otra; y hazer sartales de maçorcas, atando unas con otras; y acarrear a casa lo cogido y ensilarlo; quebrar las cañas que tienen nada, aporreándolas; trillar; alimpiar; aventar; levantar al viento lo trillado. El mal labrador es muy negligente, haragán, y a él se le haze grave y molesto todo trabajo; en su oficio es tosco, bruto, groserazo, villanazo, comilón, escaso, enemigo de dar y amigo de tomar.

El hortelano tiene de oficio sembrar semillas y plantar árboles, y hazer eras, y cavar y mollir bien la tierra. El buen hortelano suele ser discreto, cuidadoso, prudente, de buen juizio, y tener cuenta por el libro con el tiempo, con el mes y con el año.

El ollero es robusto, ligero, buen conocedor de barro; sabe y muy bien piensa el modo o la forma de hazer ollas, de cualquier suerte que quisiere. El mal ollero es torpe, tonto y necio.

El mercader suele ser regatón, y sabe ganar y prestar a logro; concertarse con los comprantes y multiplicar la hazienda. El buen mercader lleva fuera de su tierra sus mercaderías y las vende a moderado precio, cada cosa según su valor y como es; no usando algún fraude en ellas, sino temiendo a Dios en todo. El mal mercader es escaso y apretado, engañador, parlero, encarecedor, gran logrero, ladrón, mentiroso, y con mala conciencia tiene cuanto gana y posee, y lo que gana todo es mal ganado, y en vender tiene linda plática y alaba tanto lo que vende que fácilmente engaña a los compradores.