Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, II



Comentario

Capítulo 39
De cómo los del Tlatilulco, cuando estavan cercados, vieron venir fuego del cielo sobre sí, de color sangre

El día siguiente, cerca de medianoche, lluvia menudo y a deshora, vieron los mexicanos un fuego, así como torbellino, que echava de sí brasas grandes y menores, y centellas muchas remolineando y respendando, estallando. Y anduvo alrededor del cercado o corral de los mexicanos, donde estavan todos cercados que se llama Coyonocazco. Y como huvo cercado el corral, tiró derecho hazia el medio de la laguna; allí desapareció Y los mexicanos no dieron grita, como soelen hazer en tales visiones; todos cayaron por miedo de los enemigos.

Otro día después de esto no pelearon. Todos estuvieron en sus ranchos. Y don Hernando Cortés subióse encima de una açotea de una casa del barrio de Amaxac; esta casa era de un principal tlatilulcano que se llamava Aztaoatzin. Desde aquel tlapanco estava mirando hazia el cercado de los enemigos; allí, encima de aquel tlapanco, le tenían hecho un pavellón colorado desde donde estava mirando; y muchos españoles estavan alrededor de él hablando los unos con los otros. Es muy verisímile que el capitán don Hernando Cortés havía embiado muchos mensajeros al. señor de México, Cuauhtemoctzin, para que se rendiesen ante que los matasen a todos, pues ya no tenían ningún remedio. Y en este punto en que estava agora el negocio de la guerra es cosa muy cierta que ya el señor de México, Cuauhtemoctzin, havía dado la palabra a los mensajeros del capitán don Hernando Cortés que se quería rendir. Y a este propósito se puso en el pavellón, en el tlapanco, el capitán don Hernando Cortés, esperando a que viniese a su presencia el señor de México, Cuauhtemoctzin, con los demás principales, a ponerse en, sus manos. Y ansi, estando sobre el tlapanco, don Hernando Cortés en su pavellón, el señor de México, Cuauhtemoctzin, con todos los principales que con él estavan, viniéronse a donde estava el marqué, en canoas. Cuauhtemoctzin iva en una canoa, y ivan dos pajes con él, que llevavan sus armas; y uno solo iva remando en la canoa, que se llamava Cenyáutl. Y cuando le llevavan a la presencia del capitán don Hernando Cortés començaron toda la gente mexicana que estava en el corral diziendo: "Ya va nuestro señor rey a ponerse en las manos de los dioses españoles."





Autor

De las cosas arriba dichas parece claramente cuánto temporizó y diximuló el capitán don Hernando Cortés con estos mexicanos por no los destruir del todo, ni acabarlos de matar. porque según lo arriba dicho, muchas vezes podieron acabarlos de destruir y no lo hizo, esperando siempre a que se rendiesen, para. que no fuesen destruidos del todo.