Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 34
Prosigue en este capítulo el acauado fin de las guerras de Orisaua y Cuetlaxtlan, Çempoala por las muertes de los baxadores de Monteçuma a ellos y muertes de sus mercaderes tratantes las costas y fin de ellosLos mexicanos juntos en el palaçio de Monteçuma, estando presentes los capitanes Tlacateecatl, Tlacochcalcatl, Tiçocnahuacatl, Tlilancalqui y tanbién Cuauhnochtli, díjoles este parlamento: "Manda nro caro y amado hijo Monteçuma que an començado guerra los naturales de la costa de la mar, los de Ahuilizapan, Cuetlaxtlam, Çempoala, que luego se adereçen los balerosos soldados y los demás mançebos nobeles, començantes en guerra, bisoños, bayan y exerçiten sus fuerças en ellos y se tome bengança de la gran crueldad de ellos usada con nros hermanos, padres mexicanos prençipales, baxadores que allá abían ydo con baxada del rrey Monteçuma, y de las muertes de los demás mercaderes tratantes de Mexico y otros pueblos a esta corte suxetos, y luego os adereçéis, aperçibáis buestras armas y todo lo nesçesario a esto conbiniente. Y antes de todas cosas, para el rruego de nra bitoria, coxed bisnagas, puntas de magués, hazed en buestras personas penitençia ante el templo y dios Huitzilopochtli, sacaos sangre de las orejas, por el tender con ellas la manera que a de ser adorado y rreuerençiado, y la lengua, para explicar con ella con humildad nra bitoria y benganza de nros enemigos, y los braços, molledos, para que en ellos os dé esfuerço y balentía para sojuzgar en guerra a buestros enemigos y traigáis atados a los enemigos para su sacrifiçio". Y con esto, los mayordomos (y calpixques) de los pueblos dieron a sus barrios maíz para hazer bizcocho (tlaxcactutopochtli), pinol, chile molido, chian, frisol y todo lo a ello pertenesçiente para tal menester, para çierto día señalado de su biaje y camino. Y a los mayorales dieron mantas delgadas de nequén, blancas, para el sol y camino (tonalayatl), cactli (cotaras), esteras, tiendas y aoxacalli, para los capitanes, de cohollos de tule (quiyotlacuextli), y de cuero de benados, y basos, xícaras, tecomates, metates de moler, ollas, comales, molcaxetes, texolotl y mantas gruesas y de colores mandaron lleuar y lleuaron los mayordomos (calpixques) del almazén de Monteçuma; y ellos, los mayordomos, personalmente fueron a esta jornada con otras muchas mantas y comidas lleuaron los calpixques con mucha cuenta y rrazón para dar dello descargo cada la pidieren los hazedores de Monteçuma, y las más preçiadas rrodelas doradas, espadartes (maaccuahuitl) de nabaxa y pedernal agudo. Y si llegauan con bitoria de las guerras, tenían guardadas los mayordomos [39r] las dádiuas y merçedes que hazían a los capitanes de trançaderas de cuero coloradas y doradas, plumería, braçaletes de oro, beçoleras, orejeras de oro, colgaderos de espadartes colorados, berdes, azules, doradas, de cuero doradas, sirben de talabartes. Y todo esta Monteçuma ates y después de yr y benir de las guerras para darles mayor ánimo y esfuerço, con otros muchos prometimientos. Y con esto partieron de Tenuchtitlan Mexico el exérçito mexicano. Y los pueblos llegauan biauan dos días antes sus mensajeros a los prençipales les benían a rresçibir con los bastimientos, comidas nesçesarias al campo y luego los de los tales pueblos lleuauan asimismo su campo, gente y armas con brauas diuisas espantosas de tigueres, leones, sus cueros, que propiamente paresçían biuos, y al partir su biaxe hazían merçedes los prençipales de los tales pueblos llegauan a los capitanes mexicanos de muchas rropas y armas, bastimentos, y luego yban prosiguiendo siempre su biaxe y, en concluçión, hasta llegar a los términos de los pueblos de Orisaua, Cuetlaxtlan y los demás, que ya ellos estauan sobre abiso, hechos sus torres, aluarradas, fosos y otras fortalezas para se aprouechar y baler en ellos. Y nunca jamás estos mexicanos quando caminauan para guerras jamás les faltó en los caminos bastimentos nengunos, porque eran tan temidos de todos los pueblos que llegauan luego eran muy bien esçibidos. Y quando caminauan con exérçito por los caminos y pueblos uno ni nenguno paresçía hombre ni muger que no estubiesen ençerrados en sus casas de temor y espanto de ellos. Y si caso topauan algunas personas o mercaderes o labradores por caminos, les despoxauan de quanto lleuauan hasta dexarlos en cueros. Y en los pueblos que no los salían a rresçibir, llegados al dho pueblo, lo destruían y rrobauan, destroçando las troxas de maíz, gallinas, hasta los perros les matauan.Llegados a estos términos de Orisaua, Ahuilizapan, comiençan luego de asentar su rreal y poner tiendas, fortalecerse fuertemente. Luego armauan una gran tienda que llaman yaotonacalco, que es como almazén rreal del rrey, adonde están las armas y matalotaxe para todo el tiempo que dura la guerra. Y siempre y a la continua yban de Mexico y de los pueblos que de allí fueron soldados con bituallas de rrefresco, unos en pos de otros. Y al tiempo del conbatir les dan a los soldados a cada uno del dho almazén una libra de bizcocho (tlaxcaltotopochtli) del rrey y puñado de pinole y luego les dize su parlamento poniéndoles por delante la onrra de la bitoria y onrra propia del rrey y de su dios Huitzilopochtli, olbidándoles todo temor, dándoles balero ánimo a todos. Y antes de entrar en campo, todos a uno se ynbixan con color para que se conozcan los unos y los otros, poniéndose todos por su orden en rringlera que el general les ordena, tretexidos los capitanes entre los noueles bisoños para mostrarles a pelear y tener ardid y ánimo y acometer con furia, braueza y presteza tre los enemigos. Y todos a una alçan una grita, un alarido los suben a los çielos y acometen tan furiosamente que un día todo los bençieron, mataron, desbarataron a los de Ahuilizapan, y otro día a los otros dos o tres pueblos confederados con el mayor, hasta el pueblo que llaman Chichiquilam y Teoyxhuacan y Quimichtlam y Tzactlam y Macuilxochitlam y Tlatictlam y Oçeloapan, finalmente a todas los [39v] los pueblos de las costas de la Mar del Oriente de Chalchiuhcueecan, que agora es San Juan de Lúa y la Bera Cruz, hasta llegar a Cuetlaxtlan. Comiençan a matar moços, biexos, moços, niños, mugeres, criaturas de cuna, que era la mayor lástima y conpasión del mundo beer tanta crueldad en niños y mugeres, biexos, biexas. Alçando bozería todos los prençipales de Cuetlaxtlan: "Señores nros, balerosos mexicanos, çesen ya buestros balerosos braços y la braueza de buestros coraçones. Condoleos de tantas criaturas, biexos, biexas, mugeres, criaturas de cuna ya acaban de morir en buestra manos, que nos ofresçemos a dar de tributo a la corte mexicana con esmeraldas, piedras rricas de chalchihuitl y de lo menudo en poluo (teoxihuitl), y todo género y suerte de plumería de los más supreos de balor del mundo, cacao y mantas de mucho balor y teonacaztle, cacao pardo para el espuma del ueuer, ámbar cuaxado y de la mar y de minas; y las mantas que diéremos an de seer de a diez braças de largo cada pierna; y todo género de pescado y comidas y asimismo todo género de fruta que en Tenuchtitlan se a bisto ni comido. Todo esto prometemos de dar, guardar y cumplir". Y con esto, fueron contentos los mexicanos y çesó la cruel matança que hazían los soldados. Y con esto y con la seguridad les dieron, binieron todos a la obidiençia y todos los mayorales lleuaron a su palaçio a los capitanes y balerosos en el pueblo de Cuetlaxtlan y dádoles de comer de todo género de comida y frutas, abes y pescado. Y luego tras esto, les dieron el tributo adelantado, fueron piedras chalchihuitl muy rricas, de todo género de piedras y cueros de animales adouados, de tiguere, de león, onça. Y les dixeron los mexicanos a los de Cuetlaxtlan y Çenpoalla y Cuextlan y a todos los demás prençipales de los otros pueblos yban a dar la rrespuesta al que asiste, guarda, ampara, defiende el ymperio mexicano de la gran laguna tular y cañaueral, que es el rrey Monteçuma y su corte ymperio, ya baledores suyos. Y así, despedidos los unos y los otros, se boluieron los mexicanos al ymperio de Tenuchtitlam Mexico. Llegados a la parte llaman Acachinanco, a la trada de la çiudad, por mandato de Monteçuma, salió todo el senado a rrescibir el campo, como suelen quando llegan, por su orden y conçierto, cada estado y balor aparte conforme al meresçimiento de cada uno, los biexos delanteros con sus basillos de piçiete y las manos braseros y sahumando a los capitanes en loor y alabança de la bitoria abida. Caminando derecho al gran cu del templo de Huitzilopochtli; y, hecha su oraçión, se han luego a hazer su rreuerençia al rrey Monteçuma y a todo el senado. Y luego llamaron a todos los calpixques (mayordomos), son muchos, de cada pueblo sujeto un calpixque, les fue mandado por el rrey Monteçuma que tubiesen en grandísima guardia y cuidado de aquellos cautiuos, que no pereçiesen de hambre, los rregalasen para quando fuesen menester al gran sacrifiçio de Huitzilopochtli. Y luego mandó que se hiziese casa y despensa de los tributos que abían de traer los de los pueblos de Cuetlaxtlan, Çenpoalla, Cuextlan. Otro mayordomo fue a los dichos pueblos para este tributo, como todos los demás pueblos, que en Mexico abía un mayordomo, otro en el mesmo pueblo para mayor suxeçión y basallaxe. Y así, con esto, fue Pinoteuctli, mayordomo, a Cuetlaxtlan y a [40r] y a Çempoala y a Cuextlan y, hablado a los prençipales dellos con mucha cortesía y amor, rrespondieron los prençipales Tepeteuctli y Çe Atonal y luego le dieron una prençipal casa y començó dende a pocos días a rrecoger el rreal tributo de las piedras esmeraldas, mantas y todo lo demás que prometieron de dar de tributo cada un año al rrey Monteçuma.