Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 43
Trata en este capítulo el rresçibimiento hizo el senado mexicano a los señores de Tezcuco, Neçahualcoyotzin, y, a Totoquihuaz, de Tacuba, obedeçido Axayaca, rrey de Mexico, y las causas y rrazón como se abían alçado y, lebantado el pueblo de Tlatilolco contra la corona mexicana, y su comienço y destruiçiónEl comienço de esta enemistad tre mexicanos de Tenuchtitlan fue que después de aber hecho rresçibimiento los mexicanos a los señores de Tescuco, Neçahualcoyotl, y a Totoquihuaz, señor de Tacuba, como presidente y oydor Neçahualcoyotl y tener en su tierra audiençia, y Tacuba como oydor, que en otra nenguna parte ni lugar otra audiençia no abía, llamauan teuctlatoloyan, rreconosçido y jurado al rrey Axayaca, se boluieron a sus tierras. Biniendo çiertos mançebos mexicanos, acaso se toparon con unas moças del barrio de Tlatilolco. Començáronlas a rrequebrar diziéndolas: "Hermanas mías, ¿queréis que os bamos a dexar a buestras casas?" Rrespondieron las moças que sí, y biniendo con ellas en el camino, como fuese a desora, tubieron açeso carnal con ellas; y de buelta los mexicanos la parte llaman Taçiticatyan començaron a desbaratar un caño que traían para benir el agua dulçe de otra parte para el pueblo y barrio de Santiago, que agora es Tlatelulco. Benidos los tlatelulcas [52v] otro día para proseguir la labor del caño, biéronle todo desbaratado y deshecho. Con este enojo dixeron: "¿Estos bellacos mexicanos por bentura nos conquistaron o ganaron con fuerça de armas? Parésçenos todos somos mexicanos. ¿Por bentura benimos los unos y los otros, benimos de diferentes partes y lugares? Todos somos unos". Y con esto, cuéntanselo a su rrey y señor, que se dezía Moquihuixtli, el qual y con el mesmo enoxo les prouocó a más yra y saña a los tlatelulcanos, diziéndoles y prouocándoles a esfuerço y balentía con dezirles: "¿Bosotros qué sentís de los mexicanos? ¿Pensáis bosotros que están ellos en su propia tierra? No están, que la tierra es nuestra, anexa de tepanecas. Pues sabed, tlatelulcanos, que yo no e de consentir tal, sino cobrar lo que es nro, y para ello y con buestro paresçer demos abiso de esto a los que están tras las montañas y sierras, como son los de Huexotzinco, tlaxcalteca, tliliuhquitepeca. Y para esto guarden y çierren los caminos". Rrespondió un prençipal de Tlatelulco llamado Teconal: "Hágase, señor, como lo mandáis y bayan, señor, buestros baxadores a las espaldas de estas tierras". Y fueron mensajeros a los pueblos de Huexotzinco y llegados, hablaron al rrey, se llamaua Coyochiuhqui. Díxole como le besaua las manos su rrey y señor Moquihuixtli, señor de Tlatelulco Mexico, "dize los mexicanos de Tenuchtitlan, sus diçindientes, an hecho mucho escarnio dél y tomádole su tierra don está el asiento mexicano, y es menester que baya su ayuda con gente de guerra y balerosos soldados, y que para día señalado les aguarda". Rrespondió el rrey Coyolchiuhqui, dixo: "No podré yo hazer eso porque no tengo boluntad de tomar enojos ni enemistades tan sin rrazón, y no ser míos o de mi pueblo; que en esa parte que me tenga por escusado y me perdone". Y con esta rrespuesta se fueron al pueblo de Cholula y hablan con el rrey Colomochcatl y con el rrey de Tlaxcalan, Xayacamalchan, y otro rrey llamado Tlehuexolotl, e preguntando todos ellos a los mexicanos mensajeros, díxoles: "Pues ¿qué fue la ocasión ura, sobrinos nros?" Contando las rrazones de la baxada, rrespondieron los rreyes, dixeron: "Estamos terados soys todos mexicanos y hermanos. Daremos abiso a toda nra patria y amigos. Lleuá esta rrespuesta, que, si pudiéremos yr, yremos y si no que con nra tardança nos tenga por escusados". Y con esto, se boluieron los mensajeros tlatelulcanos a su rrey Moquihuix. Contados la enbaxada, los tornó a biar a Tliliuhquitepec con el propio mensaje y hablaron con el rrey Cuauhtonatiuh su enbaxada de parte del rrey Moquihuix, tlatelulcano, de las quexas y sinrrazones que les hazía Axayaca, rrey de los mexicanos. Oydo y entendido, el rrey de los chichimecas Cuauhtonal rrespondióles a los mensajeros, díxoles: "Sobrinos y hermanos, quieroos dezir, siendo todos mexicanos y en un solo pueblo, que no ay más diferençia de una puente, ¿qué podré hazer [53r] yo en eso? La rrespuesta que lleuaréis al rrey Moquihuix es dezille que tre ellos solos se abengan, pues son todos unos y todos un solo pueblo y no aber distançia, que ellos solos se abengan, pues causa bastante no hallamos para daros nra ayuda y fauor". Tornados los mensajeros a Tlatelulco y explicando su enbaxada y buelta al rrey Moquihuix, la rrespuestas de los rreyes de Huexoçinco y Cholulan, Tlaxcalan y Tliliuhquitepec: "y que solos nos abiniésemos unos con otros, con ponernos por delante no quedemos afrentados y abergonçados de los de Tenuchtitlam, y esta rresoluçión es nra buelta". El rrey Moquihuix díxoles a los prençipales tlatelulcanos: "¿Qué os a paresçido a bosotros de esto". Rrespondiéronle los prençipales y tomó la mano Teconal, prençipal, dixo: "Señor, no nos an de espantar temores ni amenazas de los mexicanos de Tenuchtitlan, que hombres somos como ellos y de tanto ardimiento y esfuerço como ellos lo son. Y así, es menester que luego se señen a guerrear los tlatelulcanos y se ensayen a conbatir y pelear con todas las armas que en tal caso se rrequiere". Y así, llamados a todos los hombres hechos y mançebos y aun muchachones de beinte años abaxo, díxoles el capitán Teconal: "Es menester que luego os señéis a usar y exerçitaros para la guerra, y hazed cuenta que bais a conbatir con patos rreales o desotros patos bolantes, que no es más que ello perder el temor y cobrar grande ánimo y esfuerço, y como acometéis a un gran árbol y a una peña grande dura. Y así, con esto, os quiere beer y ensayar a esto el rrey Moquihuix". Rrespondieron los hombres hechos y mançebos y muchachos, fueron por un peñasco manera de pilar de más de estado en altura y grueso y comiénçanle a conbatir, primero a tirarle con dardos, con baras tostadas llaman tlatzontectli, y tanto lo conbatieron con porras y espadartes (maacuahuitl) que le fueron haziendo pedaços el peñasco. Díxoles Moquihuix a los mançebos: "Beis ay abéis hecho pedaços la dura peña y ¿no haréis pedaços a los mexicanos, son de carne y hueso?" Y luego plantaron otra bez un tablón de dos estados de alto y un palmo de canto y, començándole a tirar, le quebraron por medio. Díxoles Moquihuix: "¿Parésçeos que quebrasteis este tablón tan grueso?, pues el mexicano no es de madera sino carne y hueso como nosotros". Y así, con esto fueron a canoa y corrieron con unos dardos llaman minacachalli, de tres puntas, y con un palo de tres palmos llaman atlatl, arrojadera del minacachal, y, tirado, traénselo al Moquihuix en el minacachal, e luego les dixo a todos juntos: "Beis, hermanos, que una abe que ba bolando lo tiráis y la matáis. Pues el mexicano no buela, que a pie quedo an de morir a buestras manos. Tomá grande ánimo y esfuerço, que agora a de ser Tlatelulco la silla y asiento del ymperio mexicano y todos los pueblos que agora les tributan nos an de tributar". Rrespondieron todos juntos: "Así a de ser, señor, que no a de auer memoria de mexicatl tenuchtcatl, sino Tlatelulco Mexico y cabeça del mundo". [53v] "Y esto no a de ser apresuramente, sino con mucho sosiego silençio y muy bien aperçibidos. Y no a de ser bisto ni sentido, sino coxellos muy descuidados y aun en sueño pesado, que quando rrecuerden estén con la muerte a los ojos. Y para esto estar muy bien aperçibidos con armas y baleroso ánimo nro. Y con esta enpresa y preso Axayaca, ¿qué podrá hazer Çihuacoatl Tlacaelel ni sus prençipales?, porque Tlacaelel es el que guía la rrepública mexica y, preso lo ayamos, haremos cuenta prendimos a una biexa. Por eso, hermanos tlatelulcanos, exerçiténemos otras muchas bezes como hasta aquí porque al tiempo del menester estemos muy diestros a conbatir, porque en estos moços a de ser más la confiança que no en los hombres mayores". "Y abéis, señor nro, de entender que las mugeres de los mexicanos desonrran a nras mugeres, les dizen: "Aguardad, tlatelulcas, un rrato, que buestro pueblo será nro, corral". Y algunas personas onrradas de las de nro pueblo les dizen a las mugeres nras: "Dejaldas para bellacas, borrachas, y a sus maridos y a todos ellos". Y no bargante a esto, hasta a nosotros los barones nos desonrran y rriñen, que nos mueue a hazer esto con justa causa y rrazón. Y tienen de esto que e dho y pasado cuenta el Axayaca y Tlacaelel sin poner rremedio en ello, antes abisá a los pescadores tengan gran cuenta con nosotros para hazer algún engaño manifiesto de ello. Y así, andan los pescadores con muy gran cuenta y cuidado de beer lo hazemos, como biuimos, lo que nosotros no sabemos ni entendemos".