Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 56
Trata en este capítulo como biene a conclusión se determine Axayaca para contra los de Tliliuhquitepec para con ellos o con los que dellos cautiuaren çelebrar el cuauhxicalli, brasero del templo de HuitzilopochtliPasados algunos días de la tristeza de las muertes de los mexicanos en la prouinçia de Mechuacan, sería un año, dixo Çihuacoatl Tlacaeleltzin a Cuauhnochtli: "Yréis, señor, y dezilde a nro nieto Axayaca que de mi parte le rruego y encargo que no se oluide tanto de que se acabe de labrar y poner y asentar el cuauhxicalli del templo, que se determine se concluya y asiente su lugar como está dicho y tratado, se haga su ofrenda y sacrifiçio, el treslado del sol que se çelebre, y que para esto es menester bamos a Tliliuhquitepec, e para esto era nesçesario dar sus cartas o mensajeros de los señores comarcanos de las dos çiudades y todos los demás pueblos suxetos a este ymperio mexicano". Oyda la baxada por el rrey Axayaca, hizo luego mensajeros para los señores de las dos çiudades y fueron Tezcacoacatl y Huitznahuatl, prençipales mexicanos. Y hecha su baxada al rrey Neçahualcoyotl, hecha la embaxada y llamamiento del gran rrey Axayaca, dixo le plazía, que luego otro día partiría para la gran çiudad de Mexico Tenuchtitlan. Y asimismo fueron a la çiudad de Tacuba. Fecha la mesma baxada, dixo luego otro día sería luego a la prezençia del rrey Axayaca. Les propuso esta baxada y rrazonamiento: "A lo que, señores, soys biados a llamar es que ya os consta como es de nro patrimonio y cosecha la conquista de Tliliuhquitepec y para acabar de todo punto esta casa y templo de tetzahuitl Huitzilopochtli conbiene yr a esta conquista. Dexada aparte la rriquezas q nos promete la empreza, la prençipal es cautiuos para el adorno y çelebraçión de esta solenne fiesta y gloria nra, y se asiente y aya fin el temalacatl y asiento de la batea, cuauhxicalli, o brazero". Los quales rrespondieron heran de ello muy contentos y que luego querían poner por obra de hazer sus pueblos llamamientos de gente, soldados, para la empresa de esta guerra contra los de tliliuhquitepecas, y fueron despedidos. Y hizo luego prática Çihuacoatl al rrey Axayaca, diziéndole: "Abréis de sauer, hijo y rrey nro, caro y amado nieto, como quando partió de esta bida uro buen padre y señor Monteçuma, su muerte, traslado de su bida y persona en Chapultepec puso una peña su figura y sus hechos y basallos suxetó a la cora del ymperio mexicano, pero tanpoco acabó el templo de Huitzilopochtli, y agora bos, hijo, tenéis hecho el çerco rredondo bien labrado de piedra pesada, cuauhtemalacatl, y tenéis labrado el cuauhxicalli de piedra. No se a subido a lo alto a asentarlo y ponerlo su perfiçión, pero digo que es poco lo que falta en esta parte. Quiero se ponga y asiente ura memoria y se trasunte [71v] ura persona en el propio çerro de Chapultepec". Dixo Axayaca: "A mí me agrada mucho de esa conmemoriaçión y figura". Luego el Çihuacoatl Tlacaeleltzi hizo llamar a todos los canteros biexos de obra prima y dada la rrazón de lo que abían de hazer rrespondieron que eran contentos de ello. Y así, fueron a Chapulptepec y, bisto otra buena peña, la començaron a labrar y en breue tiempo acabaron de labrar la figura, que estaua parado con cabello de muy preçiada pluma y tiñido con colores de la propia manera del páxaro tlauhquechol, con su rrodela y la otra mano un espadarte y por dosel a sus pies o hal hombre un cuero de tiguere, y con las colores de la margaxita dorada y azul y plateada, hazían aguas y colores que rresplandeçíam muy bistoso. Otro, fueron a Chapultepec a beer el estatua labrada, dixeron los canteros oficiales: "Beis aquí, señores, la obra que tenemos hecho en loor de lo que nro caro y amado nieto emos bisto ser de linaje guerrero, batallador, animoso, franco, dador de bienes, como lo es". Y bisto Axayaca y Çihuacoatl la figura, les agradó muy mucho y fueron pagados los oficiales muy bien, con tantas cargas de mantas, naguas, güeipiles, canoas de maíz, huauhtli, chian y lo más anexo pertenesçiente al menester de sus casas. Dixo Çihuacoatl a todos los prençipales mexicanos las graçias y merçedes q tales oficiales hizieron tal obra y las obras de cantería labradas de pernal, como es el cuauhtemalacatl y el cuauhxicalli, para la adoraçióm del templo de Huitzilopochtli, "que ni más en algún tiempo abrá de mí memoria como braço y cabeça, pies, de los rreyes pasados. Y ansí, señores, hermanos, prençiales mexicanos, después de mis días acordaos de mí en algún tiempo con estas y otras cosas de antigüedad y rrecordaçión de memoria". Se acabó esta plática y, llegados a Mexico Tenuchtitlan, dende a pocos días hizo llamar Tlailotlac Çihuacoatl Tlacaeleltzin a todos los balerosos capitanes prençipales, cuachic, otomitl teuctli, achcauhli y los más prençipales Tlaacateecatl, Tlacochcalcatl, Ticocyahuacatl, Tlilancalqui, Hezhuahuacatl, Tezcacoacatl, Tocuiltecatl, Cuauhnochtli, Acolnahuacatl, Teuctlamacazqui, Huitznahuatlailotlac, Chalchiuhtepehua, Temilocatl, Hueyteuctli, Mexicatl teuctli, y habló Çihuacoatl a todos con muy blandas y amorosas palabras de muy largo argumento, mucha rretórica a lo antigua, de consolaçión. Concluido, les manifestó la muerte del rrey [?]el qual fue muy llorado, y tras de estos binieron al mesmo llamamiento los tequihuaque conquistadores y los ayunadores penitentes (tlamaçeuhque), bendedores de fuego (tlenamacaque), y mançebos. Hecho otro largo parlamento y les significó la muerte del rrey Axayacatl teuctli y les propuso el Çihuacoatl a todos en general la muerte, como ya llegó a beerse y a tener lugar y silla con los rreyes pasados, Acamapich y Huitzilihuitl, Chimalpupuca, Ytzcoatl, Monteçuma Ylhuicamina, "y luego agora nro caro nieto el rrey Axayacatl. [72r] Ya agora, señores, abéis sabido esta gloriosa muerte de buestro rrey y señor hera. Agora conbiene que cada uno por su parte bayan a hazerlo sauer a todos los señores comarcanos". Fueron asimismo a dar primero abiso al rrey Neçahualcoyotl de Aculhuacan, luego biniese al llamamiento de Cihuacoatl y de todos los prençiales mexicanos. Oydo esto, hizo mucho y muy dolorido llanto y luego hizo aparexar canoas para pasar a Mexico Tenuchtitlan por medio de la agua salada que está de por medio, el qual, después de auer saludado a Çihuacoatl y a todos los demás prençipales mexicanos, començó a presentar al cuerpo muerto, lo traíam quatro esclauos, dos barones, dos mugeres, beçoleras de muy preçiadas piedras y orejeras de oro fino y piedras preçiosas cantidad dello, trançaderas con preçiada plumería (quetzaltlalpiloni), y una media mitra de rrey de papel dorado, otras de diuersas maneras, y manípula, colgaderas de las muñecas doradas (teocuitlamatemecatl), y alhonbras diferentes de cueros de tiguere adobados, otros blancos, dorados, a las mill marabillas, y otras trançaderas de cuero de colores diferentes, arcos dorados, flechas doradas y mucha plumería, y de águilas y esteras de tule dorados, como si en palma fueran doradas los çoyapetatl, mantas labradas a las mill marauillas. Puéstoselo todo alrrededor del cuerpo muerto, comiença de llorar tan dolorosas palabras que probocauan llorar a todos los que estauan la gran sala rreal, hablando con el cuerpo como si biuo fuera, palabras loor de su fama, hechos, en tan noble jubentud de un niño rrey tan baleroso y constante su ánimo las guerras. Finalmente, concluido, saludó a todos los prençipales y en espeçial al Çihuacoatl. Tras de esto tró el rrey de tepanecas, Totoquihuaztli, y, de la mesma manera lo hizo el señor de Tezcuco, lleuó los presentes tales y tan cunplidos, eçeto su prática fue más sabia y eloquente que el señor de Tezcuco, con la mesma rrecordaçión de los rreyes pasados, fueron escuresçidos tinieblas con leonada noche de obscuridad, el çielo tenebroso azul de doradas y blancas estrellas, y quedan escuresçidos tinieblas de soledad los balerosos mexicanos. Con estas y con otras muchas palabras muy al alma sentidas, salidas de lo profundo del coraçón, que quedaron los mexicanos atónitos con tal espeçiba y rretórica como la çelebró el rrey Totoquihuaztli, señor de tepanecas. Acabado esto, traron la gran sala los señores de Chalco y hizieron sobre el cuerpo muy larga oraçión loor de su muy alta cauallería tan noble jubentud de mançebo digno de ser llorado y luego le presentaron cadenas de oro con unos grandes espexos de esmeraldas, çercado de oro fino, a la rredonda canpanillas de oro y, por no cansar, casi tan cumplido como el rrey de Tezcuco, con mucha sunma de preçiadas y rricas mantas, y para le belar el cuerpo aquella noche, mucha tea (ocotl) y tlaxipehualli (corteza de árbol); [72v] y para aber de acabar de entender este misterio debían de aber balsamado el cuerpo del rrey Axayacatl. Pues luego otro día binieron los señores de Cuauhnahuac, Tierra Caliente, y de la propia manera que los otros susçedió a ellos. Por su orden binieron los prençipales y señores de Yauhtepec y como los demás susçedió, hizieron, ofresçieron según sus posibles y poderíos de cada uno; y éste de Yauhtepec truxo quatro esclauos cargados de rropa muy rrica, para el entierro ofresçió esclauos y todo. Luego binieron los de Guaxtepec cargados con otros quatro esclauos de mucha rropa delgada y naguas, hueipiles, mantas rricas. Tras ellos binieron los de GuYacapichtlan y lo propio los de Guaxtepec, con otros quatro esclauos que an de morir las orras y çerimonias de el entierro. E luego binieron los de Tepeaca y los de Cuetlaxtlan y ofresçieron conforme a los grandísimos tributos suelen dar de oro, piedras de gran balor, páxaros, los pellexos de ellos, tlauhquechol, tzinitzcan y toznenes, cacao, mantas. Tras ellos binieron los señores de Huexoçingo, Cholula y la gran ciadad de Tlaxcalan; que con sobra y abentaxa de presentes fue llorado el cuerpo del benturoso mançebo rrey, que no le llamo yo sino desbenturado, malandante mançebo, pues caresçió como todo los demás de sancto bautismo y ley ebángelica sancta.