Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 60
Trata en este capítulo del rresçibimiento se le hizo al rrey Tiçoçic Chalchiuhtona y a los capitanes en la çiudad de Mexico TenuchtitlamLlegado al paraje de Nonohualco Tiçoçic, rrey de mexicanos, llegan los biexos y, hecha la umillaçión al rrey y a los capitanes, házenles un largo parlamento de mucha autiridad, que por su prolixidad tanta no la explico aquí. Finalmente, le adoran y luego le sahúman con los ynçensarios y copal llaman quitlenamaquillia, y bienen por delante los cautiuos cantando en su lenguaxe de la Guaxteca, y bienen bailando y dando un alarido de rrato en rrato (motenhuitequi), que ansí hazen los moros en Granada quando dam alarido, dando siluos. Llegados a Mexico Tenuchtitlan, se ban derecho al templo de Huitzilopochtli y a los pies dél, començando por el rrey, Tiçoçic, yncadas las rrodillas, con un dedo de la mano toma y besa la tierra señal de umillaçión y tras dél todos los cautiuos, y andan rrodeando la piedra que llaman cuauhxicalli. Llegados, se han al palaçio rreal, adonde lees están aguardando el Tlailotlac Çihuacoatl Tlacaeleltzin. Háblanle los cautiuos al Çihuacoatl diziéndole: "Estéis en norabuena, buen señor, que emos benido nosotros los de Meztitlan y guaxtecas a este rreyno y os emos conosçido y bisto. Conosçemos somos chichimecas y benimos a morir delante del tetzahuitl Huitzilopochtli". Díxoles Çihuacoatl: "Es, en fin, nro cargo y ofiçio éste. [78r] Descansad y rreposad, hermanos, que en ura casa y tierra estáis". Mandó luego les diesen de comer como era costumbre, muy cumplidamente, y llamó a los calpixques, les mandó cada uno licuase en guarda el suyo e que tubiesen espeçial ga con ellos en darles de comer muy cumplidamente, y los calpixques lleuaro cada uno el suyo de la mano, los lleuaron a sus comunidades. Y llegados a su palaçio el rrey Tiçoçic Chalchiuhtona y todos los prençipales mexicanos, capitanes, los biexos llamados cuauhhuehuetques les hazen su loor un largo parlamento, oraçión muy eroica, que por no cansar al lector tan larga prolixidad no la escribo. Despedidos los biexos con liçençia del senado, querían yr a consolar las mugeres de los muertos la guerra y los que murieron, conosçiendo yban de casa en casa a dalles el pésame a las mugeres, hijos, hermanos, en espeçial si era prençipal. Y luego, otro día, començaban los biexos de yr a la casa del prençipal muerto y salían las mugeres, hijos, deudos a una sala y le començauan a çelebrar las onrras muy a conforme, como atrás queda escrito, con todas las çeremonias que es dho y el ayuno de la muger de los ochenta días. Al cabo, házenle las postreras onrras que llaman quixococualia, del conbite y quemazón del estatua del muerto con todos los bestidos tenía bida y armas y luego, otro día, la alegría de la borrachera que ya es dho, como lo tengo atrás rreferido.El biexo Çihuacoatl Tlacaeleltzin hizo llamar a todos los prençipales mexicanos, díxoles: "Señores y hermanos, ya estáis todos la fresca mortandad de los que murieron la guerra y, hechas sus onrras a ellos, es menester que a nro rrey mançebo onrremos y él honrre al tetzauitl Huitzilopochtli, se laue los pies y haga sacrifiçio a nro dios. Y para esto él solo no lo puede hazer, sino que todos nosotros lo hagamos y le onrremos para este labatorio de pies. Y para ello es menester dar boz a los rreyes comarcanos de Aculhuacan, Neçahualcoyotzin, y al señor de los tepanecas, Totoquihuaztli, para la çelebraçión de este solenne labatorio, que para la çelebraçión de esta fiesta y onrra, para las merçedes que an de dar a los rreyes y a todos los prençiales, ya tenemos junto y a punto todas las rropas, mantas, pañetes, cotaras, todo dorado, y cosas muy superfluos para todos los demás prençipales, comunes estrangeros, sujetos a la corona mexicana. Y son ya llegados los tributarios con sus tributos. Ay petates, tecomates pintados a las marauillas, xícaras, asentaderos de yepales y sillas rreales (tepotzoyepalli). Y pues está ya todo a punto, bayan mensajeros a los llamamientos de todos los señores y prençipales para día señalado". Y así, ydos baxadores allá, el rrey Neçahualcoyotzin y al rrey de tepanecas Totoquihuaztli, dixeron que luego yrían antes del día señalado, y por lo consiguiente de pueblo en pueblo fueron a este llamamiento a todos los demás pueblos hasta la costa de la mar, en Cuetlaxtlan, Orisaba, Çempoalla. Y llegados a Mexico los prençipales de Cuetlaxtlan y tuchpanecatl y tziuhcoacatl y Tuçapan, y luego binieron los de Cuauhnahuac, [78v] Yauhtepec, Huaxtepec, Yacapichtlan, y luego los de los pueblos más baxos, Cohuayxtlahuacan y Huitzocco y Tepecuacuilco, Tlachmalaca, Nuchtepec, Tzacualpan, Tlachco, Yztapan; tras ellos todos los ofigiales de obras mecánicas (toltecas), mayordomos, Chiauhtla y Piaztlan, Teotlalco, Cuitlatenanco, Cuahuapazco y Xochihuehuetlan y Olinalan, Tialcoçauhtitlan y Matlatzinco, Tlacotepec, Calimayan, Tepemaxalco, Teotenanco, todos estos, sus mayordomos, y Malinalco, Ocuilan, lleuando por delante el mayordomo mayor de Tiçoçic, llamado Petlacalcatl. Fueron todos los mayordomos con Petlacalcatl ate Tiçoçic, el qual estaua sentado su trono con el Çihuacoatl, y todos los mayordomos estrangeros comiençan a dar y presentar al rrey Tiçoçic Chalchiuhtonac los presentes, conforme es de cada pueblo: trançaderas doradas de cauello, dorados orejeras, beçoleras de oro y pedrería muy rrica, bandas de muchas maneras, manoplas de oro, llamados matzopetztli, y collarejos de la garganta de los pies con los caxcabeles de oro fino, mantas labradas a las mill marabillas de diuersas plumas doradas de pájaros nonbrados, çacuan, xiuhtototl, tlauhquechol, tzinitzcan, frentaleras de la frente puestas medias coronas o mitras, cuaxado de finas pedrerías de esmeraldas muy menudas, amoxqueadores de pájaros galanos de la costa de Cozcatlan, quetzaltotome, de a braça, muy bistosas y galanas, cueros de tigueres adouados y leones, onças y tigueres y leones blancos, meçedores de cacao de tortuga, anchos, engastonados de pieças de oro, llamados acuahuitl, tecomates para cacao, esteras llaman ezpetlatl, alahuacapetlatl, cuauhxicalli, cargas de cacao, cantarillos de miel de abexas, pilones de sal blanca, gamusas coloradas, blancas, azules, berdes, amarillas, cotaras (cactles) doradas, arcos, flechas, carcaxes dorados. Comiença una oraçión el mayordomo mayor (Petlacalcatl) nombre y por los demás mayordomos de los rreales tributos dedicados a la corona mexicana y de el tetzahuitl Huitzilopochtli. Adxudicados los quales, después de auer presentado su tributo y presentes, les rrindió las graçias el Tiçoçic Chalchiuhtonac y su nombro acabó la rretórica el Cihuacoatl Tlacaeleltzin. Por lo consiguiente rreplicaron a ello los dos rreyes Neçahualcoyutzin y Totoquihuaztli, y con esto fueron aposentados todos los prençipales a las casas de las comunidades, de cada un pueblo grande un mayordomo y sus prençipales. Y la casa y palaçio rreal del rrey Tiçoçic toda enrramada y con arcos y rrodelas de tule, todo el suelo sembrado de trébol montesino (quetzalocoxoxhitl). Otro día, muy al alua, en el patio de la gran casa rreal pusieron la música un buhiyo llaman huehuexacalco, el qual era cubierto de paxa y yerua seca montesina y de tea (ocoçacatl) y ençima dél puesto una águila rreal al natural, parada ençima de un tunal, coronada con una frentalera o media luna de corona de rrey, azul y la [79r] una pierna asida y comiendo una bíuora, son las armas del ymperio mexicano, y todo el xacal (buhiyo), atrauesadas muchas flechas muy largas, doradas, que atruesauan el xacal de una parte a otra. Salían luego los cantores muy bien adereçados con mucha plumería y braçeletes de oro, todos estos eran prençipales y señores mexicanos y aculhuaques y tepanecas. Dezían un canto muy onrroso al Huitzilopochtli y loor del ymperio; y las esquinas de las cuadras del gran patio estauan los llaman tlenamacaque, que echauan copal sus brazeros, sahumando a los bailauan y cantauan, todos con sus beçoleras, orejeras (tentetl o tençacatl y nacochtli), de oro y pedrería. Unos traían mantas muy galanas, otros graçiosamente metidos cueros de tigueres adereçados, que paresçían biuos, otros de leones, onças, águilas, otros traían cargas de plumería llaman el día de oy quetzalpatzactli. Sobre todos ellos salían los dos rreyes, les abían dado de merçed muy abentaxados bestidos y pañetes, cotaras, cargas de muy preçiada plumería, todo lo qual para ellos dedicados. Descansado un rrato, comían cada uno la sala que le estaua situados conforme al meresçimiento de cada un prenjipal, no trante con ellos mexicano nenguno, que ellos seruían de maestresalas a todos los prençipales y señores estrangeros. Y luego, acabada la comida, el cacao, y luego las rrosas y perfumaderas olorosas, que la diuersidad de rrosa no ay lengua que las explique.