Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 83
En este capítulo trata como traron buzos dentro del ojo de agua Acuecuexatl, haziendo gran sacrifiçio de gentes que allí mataron, y summa de piedras preçiosas y papel, copall, ulli que lleuaron para çerrarloLlegados los tres rreyes y benidos quinze busos, llegaron al ojo de agua que llaman Acuecuexatl, llegaron al bordo dél todos los saçerdotes rrebestidos, tiznados y bixados los cuerpos de colores azules, las manos sus ynçensarios y mucho copal, y todos figura de Tlaloc, dios de las aguas. Y llegados estos saçerdotes todos juntos y començando a sahumar el agua y arroxalde copale atado con papel y ulli, se desnudan un prouiso los saçerdotes y beuido un trago de agua, se bañan a la orilla; y los buzos, antes de entrar dentro, tiznaron y umtaron el agua con colores azules y con el ulli prieto. Entraron dentro. Abían colgado maromas gruesas, sogas grandes de çient estados, adonde yban atados piedras azuleadas llaman ytztapaltetl y otras piedras azules; y en comemçando a tocar las bozinas los saçerdotes, se arronjan en el agua los buzos todos jumtos y acabados de entrar, comiençan luego a tomar aquellos hijos de prençipales llamados tlacateuctli y abriéndoles los pechos con los nabaxones, les sacan los coraçones y los arronjas en el agua dentro y salpican toda el agua con la sangre de los ynoçentes muchachos, y luego los saçerdotes se comiençan a sangrar de las orejas, braços, espinillas, y con esto el agua començó de heruer a borbollones y dende a más de media ora çerró el heruor. Y acabauan de çerrar los tres ojos de agua los buzos y salieron fuera uno en poz de otro hasta que todos salieron y tonçes no se oyó más rruido de agua, quedaron çerrados todos tres ojos de agua. Ahuitzotl de contento les dio a los buzos a cada diez cargas de muy rricas mantas de las de a ocho y a diez braças de largo y de menos y les dio summa de rriquezas y esclauos heran del rrey Ahuitzotl. Otro día mandó luego fuesen a los pueblos de Aculhuacan y Chaleo, Suchimilco, Cuyuacan e que en cada uno de los dhos hiziesen ocho mill canoas, otras tantas Chalco, ny mas ni menos Suchimilco y Cuyuacan. Acabadas, heran todas nauhxiquipilli (treinta y dos mill canoas), llegadas a Mexico, hizo llamar Ahuitzotl a todos los prençipales mexicanos. Después de les aber perdido perdón, conosçiendo su culpa, que como muchacho hera lo tubo poco el traer el agua temerosa a Mexico, tendiendo la destruiçión de los mexicanos y la grande hambre que por su causa abía benido y los árboles de açiprezes (ahuehuetl) perdidos y sauzes, les rrogó le perdonasen, lo hechasen a su niñez y poco tendimiento. Y dióles a cada uno una canoa en que poner sus hatos y dormir, y que en el ynter menguaba el agua hechasen çéspedes junto a sus casas. Y dio a los demás naturales de sus tributos mucha cantidad de mantas, güeipiles, de los rreales tributos y hizo traer ochoçientas mill cargas de maíz para los mexicanos de todas las partes y lugares çercanas [115r] de Mexico, por tributo, y mucha cantidad de chile, tomate, abes, caça del monte, benados, conexos, liebres, gallinas monteses, codornizes para dar contento a los mexicanos. Y de los otros pueblos binieron a cortar çéspedes y traer tierra rrehinchiendo las partes más menesterosas, que estas rreliquias oy día paresçen y paresçerán mientras fuere mundo fuere, y así, los de los montes çercanos truxeron ynfinitos morillos de los montes para yrlo estando; y oy paresçen esta antigüedad, que no abrá más de çiento y beinte y ocho años, poco más o ms, serían del nasçimiento de Nro Rredemtor XesuXo por el año de 1470 a<ño>s. Boluiendo a nro propósito, biendo los mexicanos el rreparo y aberse caído las casas rreales y aberse acoxido al templo de Huitzilopochtli, después ubieron estacado la tecpan y palaçio, se labró y fundó de nueuo otra bes a trueco y sudor de los forasteros, sin premio alguno. Acabado de labrar el palaçio, luego se dio orden para otro tanto las casas de los señores y mexicanos y sus comunidades, y así, poco a poco, se rrehinchió, diziendo cada día los mexicanos hellos no lo abían de hazer, que no era su cargo ni ofiçio, sino conquistar, cortar nabanjas y pedernales y endereçar baras para dardos y saetas, y esto es lo que por momentos aguardan la gente mexicana. Con esto se tretubo algunos días, que no dexarían de pasar más de dos años, y con dolor tenía su coraçón de las sorrostradas de los mexicanos por la notable nesçedad hizo del Acuecuexatl, bínole a la memoria su muerte y así, con esto, hizo llamar a al mayordomo mayor (Petlacalcatl), díxole: "Llamame a todos los canteros y albañís, luego bengante mí". Benidos fueron, les mandó hiziesen su nombre y labrasen la figura del dios llamado Totec, fue dios mançebo murió malogrado en el mundo antes fuese al rreyno del ymfierno, que a de estar en pie parado con una rrodela y la mano unas sonajas de hueso, llaman omichicahuaz, y trançado con un trançado de preçiada plumería, llaman tlauhquecholtzontli, y les dio pintado de la manera que abía de ser, buscasen la mejor piedra de peña ubiese en Chapultepec. Acabado, le binieron abisar para lo fuese a beer y fue luego allá y lo bido buelto unas mantas nueuas y lo descobixaron luego y bido la figura, de que holgó en estremo y díxoles staba conforme a su deseo y boluntad, y dixoles: "En esta figura mía os acordaréis bosotros de mí, y los que preçedieren en este rreyno berán aquí figurado mi figura y nombre". Y gratificóles su trabaxo y dende algunos días, serían ya muy pocos, por lleuar postema de pesar de las soostradas le dieron los mexicanos, bino a morir.Dende a pocos días ubieron dado notiçia de la muerte del rrey Ahuitzotl sus basallos a los dos rreyes de Aculhuacan y de tepanecas, chalcas, Suchimilco y a todos los demás pueblos grandes y pequeños, que para esto bió muchos mensajeros el nuebo Çihuacoatl Tlilpotonqui a Aculhuacan al rrey Neçahualpilli, cómo abía fallesçido el rrey Ahuitzotl teuctli, que le rrogauan y suplicauan Çihuacoatl Tlilpotonqui y todos los señores prençipales mexicanos se biniese al entierro y onrras del rrey Ahuitzotl, que fenesçió la bida suya, que por pocos días abía tenida puesta la bida y gozado poco el amistad de los mexicanos y el señorío de ellos, "y agora está en conpañía de sus padres, abuelos, hermanos, los rreyes pasados, Acamapich, Huitzilihuiutl, Chimalpupuca y Ytzcoatl, Motecçuma, Axayacatl, Tiçoçic teuctli, que ya luego en la parte postrera, [115v] Xiuhmohuayan (al eterno del olbido), en Chicnauhmictlan (al noueno ynfierno), q ya dexó su cargo y trabaxo de este mundo". Rrespondió el Neçahualpilli al mensajero mexicano: "Seáis muy bien llegado. Agradesco la buena boluntad de los señores mexicanos con esta triste y dolorosa baxada que desde bían sus lágrimas y sospiros, y condolézcome de ellos como a tales berdaderos amigos de los rreyes difumtos que ya están descansando en Apochquiahuayucan las partes escuras izquierdas, adonde no ay calles ni callexones ni sendas de guía, en el nobeno ynfierno, y llegó al lugar adonde está Tzomtemoc Mictlanteuctli, el señor del ynfierno, y adonde está la muger de este señor, llamada Micteccaçihuatl, que es la autora de la muerte, todos prençipales de los ynfiernos y escuridad". Y con esto, se bino con el mensajero y todos sus prençipales aculhuaques con él para la gran çiudad de Mexico Tenuchtitlam trayendo por delante los que truxeros de las guerras, son esclauos, para con ellos morir en el sacrifiçio de las onrras del rrey Ahuitzotl. Llegado a la çiudad, base derecho a donde estaua el cuerpo muerto del rrey, lleuando por delante los esclauos y dízele al cueerpo, como si biuo fuera: "Señor y rrey mançebo, prençipal señor, descansad, pues abéis dexado el cargo del ymperio mexicano y prençipales tenuchcas, adonde aguardauas y rresçibíades compañía y por su mandato del tetzahuitl Huitzilopochtli, y dexastes ura patria y naçión mexicana, y queda sin bos el ymperio a scuras y tinieblas, adonde con uro trabaxo limpiastes, barristes el sitio, lugar y silla del tiempo, noche, ayre, señalado el nombre Titlacahuan ( somos todos sus esclauos de este señor)". Con estas y otras muchas y largas palabras concluyó la prolixa oraçión del cuerpo muerto y con esto le ofresçió los miserables esclauos, diziendo: "Beis aquí, señor, estos hijos del sol y páxaros alindados, galanos, çacuan, que delante de bos yrám como a basallos uros al balle de Ximohuayan, al eterno del olbido". Y acabado el rrey Neçahualpilli, començó luego el rrey de tepanecas la mesma oraçión larga, prolixa y ofresçió, ni mas ni menos, esclauos para el sacrifiçio de sus onrras. Acabado, traron luego los chalcas y hizieron otra larga y prolixa oraçión. traron luego unos, salidos otros, trados de todos los pueblos çercanos y de diez y quinze y beinte leguas, las mesmas oraçiones dhas, e le ofresçían esmeraldas y otras piedras muy rricas y oro para fuese aconpañado el cuerpo quando le quemaron lugar de sepoltura, como adelante se dirá, y mantas para fuese buelto a la sepoltura, todo ello fue quemado. Al cabo y a la postre de todos binieron los de Santiago Tlatelulco y le hizieron su oraçión al cuerpo, exortatoria, eloquente, bien sentida, e truxeron con sus tesoros esclauos para aconpañar el cuerpo y sacrificallos, y preséntanle luego con fue adornado el cuerpo difunto mucho chalchihuitl y teocuitlachayahuac cozcatl (cadena de oro con una medalla a manera de Agnus Dei, alrredor dello caxcabeles de oro a lo antiguo) y teocuitlayxcua amatl, el señorío o corona frontalera de oro, esmaltado de pedrería le pusieron la cabeça, y braçeletes de pies dorados, banda dorada cargada de muy preçiada plumería de muchas colores, y todos los estrados de cueros de benado y de tigueres adouados, muy grandes, de lo que ofresçieron todos los prençipales de todos los pueblos. Y adornado muy bien el cuerpo, le ponen luego un braçalete de oro con ynfinita pedrería y pluma de la muy ancha, [116r] de la más preçiada de la costa, y los que le bistieron fueron los dos rreyes Neçahualpilli y Totoquihuaztli, e luego le bixan el cuerpo y puestos pañetes labrados a las marabillas y una manta llaman teoxiuhayatl, de rred azul, cargada de pedrería los ñudos dél, y le pusieron su trançado medio de la cabeça con un trançado dorado y plumería muy rrica, beçolera de esmeralda, orexera de oro fino. Y los biexos cuachicme y otomi y cuauhhuehuetque fueron adornados. Y hizieron los saçerdotes de los templos una tumba muy alta que llaman tlacochcalli y otra llaman tzihuaccalli, adonde estar y ponerse el cuerpo del rrey, todo de madera teñida y pintada. Tomáronlo y lleuáronle el cuerpo y lu pusieron en el tzihuaccalli y tlacochcalli y comiençan luego de cantar los saçerdotes un canto triste sin teponaztli, y traíanle todos los prençipales, serían más de sesenta personas, por el peso de la tumba o casa de madera, y banlo a poner a los pies de Huitzilopochtli. Tocan luego los saçerdotes las bozinas de caracoles y comiençan de ponerle luego a la rredonda mucha madera seca, llaman teocuahuitl y pegádole fuego y haziendo mucha brasa y mucha lumbrera, truxeron a los miserables esclauos bestidos todos de las rropas solía traer el rrey Ahuitzotl, con la mesma plumería, trançados, braçeletes, orexeras, beçoleras de pedrería y oro, pañetes, cotaras doradas; finalmente, fueron todos adereçados y bestidos con las mesmas armas y diuisas fueron del rrey. Y puesto el gran teponaztle, música hera del rrey, tomaron a uno de los pobres esclauos, pusiéronle ençima del teponaztle biquiarriba, diziéndole: "Hijo mío, yd con uro amo y señor a gozar de la bienabenturada estançia de Xinmoayan, al seteno ynfierno, dende para siempre descansaréis". Y luego le abrían el pecho teniendo seys o siete saçerdotes y el mayoral le sacaua el coraçón. Y todo el día y toda la noche ardía el cuerpo del rrey con los coraçones de los miserables esclauos heran sin culpa, e otro día yban todos los prençipales y los saçerdotes al templo y coxían toda la çeniza del rrey unas mantas muy rricas e lo terraua en el lado del cuauhxicalco, degolladero de ynoçentes y miserables o descanso y alegría del demonio, por mejor le así nombrar. Acabado el entierro de los poluos, estando los prençipales mexicanos todos presentes, estando asentando juntos todos los prençipales señores de Chalco, Suchimilco y los chinanpanecas, finalmente, todos los demás de los forasteros, estando tres asientos y lugares en un estrado de cueros de tiguere, el de en medio bazío y los de los lados asentados los dos rreyes, hizo callar toda la gente el rrey Neçahualpilli y propuso esta prática.