Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 99
Tratará en este capítulo de la buena nueua lleuaron al rrey Monteçuma de la bitoria se ubo contra los enemigos y como fueron a sangre y fuego bençidos y desbaratados, y la bitoria de tanta sunma de esclauosPartidos los mensajeros, llegados a la prezençia de Monteçuma y de Sihuacoatl y el senado mexicano, quedaron muy contentos con tal bitoria, en espeçial de tender traían dos mill y quis cautiuos y quedar asolado totalmente el pueblo de Teuctepec; y la sunma de soldados nueuos ubieron contra sus enemigos bitoria, se yntitulan ya tequihuaques y tresquilados, fueron dozientos y sesenta, que es de gran consuelo, para ofresçerse a otra trada para se hagan cuachic o achcauhtli tequihuaques. Fueron bien rresçibidos y les fueron dados mantas labradas. E otro día binieron mensajeros como el campo mexicano benía ya çerca de la çiudad de Mexico Tenuchtitlam. Dada notiçia de esta benida del campo mexicano, los biexos y los sahumadores y los saçerdotes de los templos, adereçados según uso y costumbre acostumbrado Tenuchtitlan, y la música de los templos de cornetas, bozinas de caracoles y atabales, hazían gran sonido al trar de la gran plaça de la çiudad. Y los miserables cautibos, abisados, besauan la tierra de los pies del Huitzilopochtli. Y de allí todos los miserables cautiuos comiençan de rrodear y mirar la piedra rredonda del quauhtemalacatl o quauhxicale y de allí baxan a hazer rreuerençia al rrey Monteçuma y danle cuenta de la pérdida del pueblo de Teotecpan. Acabados los mexicanos, traron los tlaltulcanos. Después de le aber besado las manos a Monteçuma, con una larga oraçión le presentan sus cautiuos y bisto Monteçuma su humillaçión, les rresçió su graçia, agradeçiéndoles su trauajo. Mandóles lleuasen los cautiuos para quando fuesen menester y les tubiesen en espeçial guarda y cuidado, que los tubiesen contentos, no adoleçiesen [140r]. Y como es dho, con esto, traron los tlatelulcanos a la çiudad y casas rreales de Mexico Tenuchtitlan, no dexando por eso de dar su tributo, lo prometido por ellos al rrey Monteçuma, de piedras rricas de esmeraldas y otros chalchihuites y preçiada plumería y pluma suaue de páxaros y abes de las orillas de la mar, como grandes mercaderes y tratant ellos son, xiuhtototl, tlauhquechol, tzinitzcan, çacuan, y petates galanos y sentaderos (ycpales) muy galanos. Los biexos mexicanos dixeron al rrey Monteçuma que, como biexos guardadores de los rreportorios y acabamiento de años, llaman toxinmolpilli, hes de a setenta y tres años, y que tan solamente faltauan quatro días para escuresçerse el sol, como agora se dize eclibse del sol y luna, y para ello se a de hazer lunbre nueua, como dezir que es el çirio pascual, se saca la lumbre de un pedernal y eslauón y yezca, ansí, ni más ni menos, sacaban lunbre de dos troços de leños rrollisos. Y se yba a sacar de noche de ençima del çerro de Huixachtecatl, que es el çerro de Yztapalapan y Culhuacan, para traellos más engañados y çiegos los demonios de sus antiguos dioses. Y acabado de sacar aquella lumbre y de aber hecho aquella gran lumbrada de mucha leña, yban todas suertes de gentes por lumbre allá ençima del çerro alto. Y la primera se traía la ponían frontero del Huitzilopochtli, que, como adelante se dirá y trata, este tenmplo abía de estar ardiendo de día y de noche, traían de los montes tueros o troncos gruesos de enzina, y cuando y acaso se apagaua por descuido del saçerdote semanero, moría por ello. Y así, abisauan a los pueblos de Aculhuacan, Chalco, Tacuba y a todos los pueblos de las lagunas, aquella mesma noche benían por lumbre nueba y allí ençima de este çerro. Otro día: "Abemos de yr en proçesión todos allá y lleuar todos los cautiuos del pueblo que se truxeron de las costas de la mar y luego y ante todas cosas dar abiso con toda presteza para estos cautiuos y proçesión solenne de este día". Y entendido, Monteçuma dixo hera muy bien. Y luego fueron a los pueblos a traer los cautiuos y lleuarlos en proçesión al çerro de Huixachteccatl. Dado abiso de esto a los saçerdotes de los templos, fueron allá todos y otros sahumadores, tlenamacaque, lleuando mucho copal blanco y todos los nabaxones anchos para abrir por los pechos a los miserables yndios por los pechos y sacarles los coraçones y quemallos, como si dixeran es ofresçido al gran dios o gran diablo del Huitzilopochtli. Y llegado el día y noche, estando ya todos ençima del çerro de Huixachtecatl, que no es [?]dad que tal cosa abía de permitir el muy alto y berdadero XesuXo Señor, sino cosas ordenadas del demonio por tener almas lleuar al ynfierno, llegado, pues, a medianoche, los saçerdotes comiençan luego de tocar las cornetas desde ençima del çerro de Yztapalapan y comiençan, hecha la lumbre, nueua sacada de los dos maderos, comiençan a sahumar con el copal al propio fuego ençendido, hera grande; comiençan luego de abrir a los miserables yndios con tanta crueldad. Comiençan luego de yr de todos los pueblos comarcanos a subir por lumbre nueua, ynbentada del gran diablo Huitzilopochtli; y saliendo el Luzero de la mañana, çesan todos de yr por más lumbre y con esto se acaban todos los mis [140v] cautiuos de morir tan cruelmente. Y en esta piedra pintada que estaua ençima de este çerro de Yztapalapan, quando la conquista mexicana por Don Fernando Cortés capitán de los españoles, al subir arriba de este çerro para desbaratar a los le ofendían, arroxó de allá esta piedra labrada, como se dirá adelante en la propia conquista, que fueron con esta bez tres bezes que esto susçedió, bienen a ser dozientos y beinte años menos uno.En este comedio començaron los tlaxcaltecas y Huexoçingo a tener diferençias sobre los montes y bino a tanto rrompimiento binieron a batalla campal. Y era por tiempo de las aguas de berano y era tanto el daño hazían los tlaxcaltecas les destruían sus sementeras, y era quando estaba ya el maizal con maçorca tierna, y esto duró por espaçio de algunos a<ño>s tanta manera que morían de hambre los de Huexoçingo. Y biendo esta crueldad ynumana, bienen los prençipales de Huexoçingo, el uno era llamado Tecuanehuatl (Pellexo de animal brauo), y el otro Nelpilony. Llegados a Mexico Tenuchtitlan, banse derechos a la casa rreal de Monteçuma. Hablado las guardas, heran cuachicme y otomi, dixeron: "Señores, ¿está casa el baleroso sobrino nro, Tlacateuctli Monteçuma?, porque somos Mensajeros". tendido Monteçuma de la benida de los huexoçingas, túbolo mucho. Mandólos llamar que trasen. Díxoles los porteros: "Señores y sobrinos nros, que tréis allá dentro". Y bístolos Monteçuma, comiençan de llorar los huexoçingas, dízenle: "Netle nomatzine (como si dixera Preçiada esmeralda, sobrino nro), dizen nros prençipales Tecuanhehuatzin y Tlachpanquizqui que a muchos días que de nra boluntad nos emos querido confederar con nra patria y naçión mexicana y tributar al tetzahuitl Huitzilopochtli, pues tan baleros dios y señor es de los mexicanos, y sujetarnos a esta rreal corona como a berdaderos hermanos en armas. No nos an dado lugar los tlaxcaltecas, por la qual causa bienen contra nosotros. Y a dos años bienen a rromper y arrancar nras sementeras estando ya flor y fruto, de cuya causa mueren ya muchos biexos, niños muy pequeños, mugeres con criaturas las cunas, que es la mayor lástima y conpasión del mundo. Y así, baleroso señor, rresçibinos ura graçia y amor berdadero y adorar y rreuerençiar al dios Huitzilopochtli". Y con esto, les rrespondió a los de Huexoçingo: "Hijos y hermanos, seáis muy bien benidos. Descansad, que aunque es berdad soy rrey y señor, yo solo no puedo baleros si no es todos los prençipales mexicanos del sacro senado mexicano. Descansad". Dixo a Cuauhnochtli: "Lleualdos y daldes la sala y casa llaman mixcoacalitic, palaçio de los señores mexicanos. Danles luego rrosas, flores, perfumaderos, danles muy altamente de comer y muy buen cacao, como prençipales heran, y danles luego de bestir de las rropas llaman tentecomayo. Benidos ante Monteçuma todo el senado mexicano, consultado sobre ello, dixo Çihuacoatl rresulto: "Señor, ¿cómo será esto si no es lo sauen uros consexeros de guerras los rreyes de Aculhuacan, Neçahualpilli, y el de tepanecas, Tlaltecatzin, y haga tero cauildo y acuerdo?" Fue acordado así. Lue [141r] fueron a llamarlos, fueron prençipales mexicanos Teuccalcatl y Calmimilolcatl. tendidos los dos rreyes el llamamiento les haze Monteçuma, binieron luego al llamamiento. Paresçidos ante él, comiença el rrey Monteçuma de les explicar la baxada traen los de Huexoçingo, de la manera que la explicaron los de Huexoçingo cumplidamente. Acabado, tomó la no el rrey Neçahualpilli, dixo: "Señor, lo que a mí me paresçe açerca de esto que, pues bienen debaxo de buestra clemençia, fauor y ayuda, que no deuen de ser deshechados, sino rresçibillees como a berdadero árbol y amparo y sombra de la gran secura y hambre, que no sauemos lo que nosotros nos susçederán los tiempos, si nos fauoresçeremos y ampararemos de ellos. Será bien que se tornen estos mensajeros a les dar abiso como les aguardáis con la boluntad, entrañas paternales, a buenos deudos y sobrinos nros. bengan luego con los señores sus rreyes y prençipales, a rreçibirles con amor. Y aquí delante de ellos deemos traça de este estoruo y aun dañarles todo lo posible a los enemigos, y para se rrestauren sus hambres, nesçesidades y trabaxos de las miserables criaturas, mugeres, niños, biexos. Y esto me paresçe". Lebantóse el rrey de tepanecas, Tlaltecatzin. Aprouaua y aprouó por muy sano y tendido conçexo y acuerdo. Dixo el rrey Monteçuma a Tlacochcalcatl que aquella mesma rrespuesta los explicase tendidamente a los mensajeros de Huexoçingo, de un acuerdo y boluntad del rrey Monteçuma y Neçahualpilli y Tlaltecatzin, e que les mandasen dar diez mexicanos los lleuasen hasta salir de los términos de Chalco, y que los propios chalcas les hiziesen buen ospedexa a los prençipales biniesen después de Huexoçingo. Con esto, fueron despedidos y, explicada la baxada de los tres rreyes a los prençipales y señores de Huexotzinco, fueron contentos de ello, y para esta defensa tomaron luego los dos señores Tecuanehuatl y Tlachpanquizqui como beinte prençipales y partieron. Llegados a Chalco, les hizieron gran rresçibimiento por mandado de los rreyes de Mexico. E luego, otro día, llegaron a la çiudad de Mexico juntamente con el otro señor dellos, llamado Cuauhtecoztli y Nelpiloni. A la postre binieron muchos biexos, biexas, niños, moças cargadas con criaturas, hera la mayor conpasión del mundo. Llegados al templo de Huitzilopochtli, abiéndose humillado, yban todos comiendo la tierra de sus pies del ydolo, y los tres prençipales de ellos, señal de berdadera humillaçión, se punçaban los molledos de los braços y espinillas y orejas. Y de allí baxan a las casas rreales del rrey Monteçuma, el qual estaua ya allí con los dos rreyes a sus lados y todo el senado mexicano. Házenle muy gran rreuerençia al rrey Monteçuma y le esplican y ponem delante suxetarse a la corona mexicana, les fauoresçiese, les amparase contra los tlaxcaltecas de le auer destruido sus sementeras dos años abía, y estaua el pueblo a esta causa que peresçíam de hambre, como claramente bía por aquellos miserables biexos y niños que allí benían a su amparo y fauor; que jamás se olbidarían de su humana misericordia los son y nasçerán de oy en adelante. Y para esto, con ura grande y fauor, balentía tan notoria en el mundo, me fauorescáis con ura balerosa y esclaresçida gente tan nombrada en el mundo". Díxole el rrey Monteçuma: "No tengáis pena. Descansad, que a uras propias casas y pueblo estáis. lo demás, sosegad con [141v] con uras gentes, que todo se rremediará como bosotros pedís y deseáis, yrán buestros hermanos los mexicanos a guardar buestras casas, tierras, labores". Fueron lleuados a unos grandes y buenos palaçios a descansar. Mandáronles dar abundantemente todos géneros de comidas, rrosas, flores, perfumaderos a todos ellos. Los tres rreyes trataron hera cosa conbiniente darles ayuda y fauor pues estauan los huexoçingas tan flacos y perdidos; fuese el campo mexicano a la defensa de ellos. Dixeron los dos rreyes que aquello conbenía, se fuesen y aguardasen el campo mexicano las partes lugares que más daños les hazían los tlaxcaltecas. Y con esto, les fue dho a los prençipales se fuesen con toda priesa por Chalco y les aguardasen la parte llaman Atzalan Tlachichiquilco, porque se podrán las casas, tiemdas, buhiyos del campo mexicano.