Comentario
CANTO DE HERMANDAD
He llegado, oh amigos nuestros,
con collares os ciño,
con plumajes de guacamaya os adorno,
cual ave preciosa aderezo con plumas,
con oro yo pinto,
rodeo a la hermandad.
Con plumas de quetzal que se estremecen,
con círculos de cantos,
a la comunidad yo me entrego.
La llevaré conmigo al palacio
hasta que todos nosotros,
algún día,
todos juntos nos hayamos marchado,
a la región de los muertos.
¡Nuestra vida ha sido sólo prestada!7
AMISTAD EN LA TIERRA
¡Que haya ahora amigos aquí!
Es tiempo de conocer nuestros rostros.
Tan sólo con flores
se elevará nuestro canto.
Nos habremos ido a su casa,
pero nuestra palabra
vivirá aquí en la tierra.
Iremos dejando
nuestra pena: nuestro canto.
Por esto será conocido,
resultará verdadero el canto.
Nos habremos ido a su casa,
pero nuestra palabra
vivirá aquí en la tierra.8
YAOCUÍCATL: CANTOS GUERREROS
Póngase ya enhiesto el atabal, príncipes:
a pesar de todo, gozaos aquí delante del dios.
El llanto escurre, gotean las lágrimas,
aquí en el lugar de los atabales delante del dios.
Se remece cual águila, se revuelve cual tigre
el príncipe Motecuzoma al engalanar a los hombres.
¡Id a experimentar en el campo de guerra!
A los variados Águilas, a los variados Tigres,
a los variados príncipes conforta el rey Motecuzoma
al engalanar a los hombres.
¡Id a experimentar en el campo de guerra!
Enderezó los corazones de los hombres
la flor de greda y la flor de pluma:
enajenó los corazones de los hombres
la flor del Águila.
Por eso ya se fueron, se fueron
los príncipes chichimecas.
El rey Motecuzoma, Chachuacueye, Cueyatzin,
ellos, que al colibrí se hicieron semejantes.
Ya en verdad no habéis visto a Xaltemoctzin,
en verdad ya no os puso a prueba el rey Quinantzin,
Tzihuacpopocatzin.
En breve habrá de hacerse remisa y marchita quedar
la flor del escudo: la tenéis sólo en préstamo,
oh príncipes.
Nadie la verá extinguirse,
porque tendremos que irnos al Reino del Misterio:
hay que hacerse a un lado para dejar el sitio
a otros en esta tierra: la tenéis sólo en préstamo,
oh príncipes.
Ya por eso llora, oh Chimalpopoca,
y tú Acolmitzin y tú Tizahuactzin.
Poned enhiesto el atabal:
dé recreo a las gentes, y huya nuestra tristeza.
¿En dónde está el atabal?
Percuta fuertemente nuestro atabal:
dé recreo a las gentes y huya nuestra tristeza.
Cual nenúfar del viento gira el escudo,
cual humo el polvo sube, el silbo de las manos repercute
aquí en México Tenochtitlan.
Es la casa del escudo, es la casa del combate,
aquí está la Orden de las Águilas,
es la mansión de la Orden de los Tigres:
Allí rigen la guerra, dan el silbo para el combate.
Aquí las flores del Escudo Humeante:
no en verdad, de veras, no en verdad
habrán de cesar, habrán de extinguirse.
Llora por eso, oh chichimeca,
por eso llora, tú Tlaixtoctin.
Deleitan las bellas flores del Dador de vida.
Porque tú los atormentas está doliente el corazón de los
príncipes. ¿Qué les queda hacer?
La flor de la guerra abre la corola,
la flor del escudo en mi mano está:
me alegro con las flores,
con la flor del Tigre y con la flor del Águila.
Ya los atormenta: doliente está el corazón de los
príncipes. ¿Qué les queda de hacer?
Conforme sufrimos,
muramos así: ¡que ya hubiera sido!
Que nos digan nuestros amigos,
que nos reprendan Águilas y Tigres:
¿Qué hacer? Hazla.
¿Qué hacer? Tómala:
es la flor del que hace vivir:
La toman: es tomada en lugar de angustias,
donde está la gloria, junto a la gloria
en el campo de combate.9
CANTO A LA MUERTE DE TLACAHUEPAN
Ya con escudos pintas la nobleza,
y con dardos escribes la batalla.
Ya te aderezas luego con plumas
y con gredas te tiñes el rostro,
oh Tlacahuepan, porque te irás al Lugar del Misterio.
Tú vas en lugar de los príncipes,
oh Tlacahuepan.
Ya a boca llena gritas
y te responde el Águila roja,
oh Maceuhqui, ya silba con la mano
en el Lugar del Misterio.
Pintado de Tigre está tu canto,
cual Águila que se estremece es tu flor,
oh tú, príncipe Tlacahuepan,
hay estruendo de escudos: ya tañes tu atabal.
Con las flores del Águila
ya ciñes la nobleza y la amistad:
son un licor precioso que embriaga y amortaja
a los hombres.
Sus cantos y sus flores
van a adornar el Lugar del Misterio:
allá quizá los cantan los mexicanos.
¿En tu interior lo temes, oh mi corazón?
¿No te atreves acaso? ¡Allá es deleitado el dios!
¿No irás por fin allá al Lugar de los Descarnados?
¡Deja la tierra y vete allá:
allá es deleitado el dios!10
CANTO DE GUERREROS
A nadie tan precioso, a nadie tan fuerte
hace el Dador de la vida:
El Águila que va volando,
el Tigre, corazón de la montaña:
ellos empero se someten al deber del trabajo.
Ya el amarillo Tigre llorando está,
ya la blanca Águila silba con sus manos:
es la casa de Xíhuitl Popoca,
es la misma de Huexotlalpan,
y son los príncipes chichimecas
Coxanatzin y mi señor Tlamayotzin.
Tomen todos parte en la alegría:
ya tañe el áureo atabal,
ya retañe estrepitoso en la casa de Mixcóatl.
No por siempre se es rey,
de eso disfruto, pero no siempre
es el reino y es la gloria.
Oh, príncipes sólo un poco,
bien poco vivimos aquí.
Teñido de greda está vuestro atabal, mexicanos,
se yergue allá en la llanura,
y allí están también los que visten de obsidiana,
atados están con flores del Águila,
¿Acaso lo quieren Águilas y Tigres?
Ya tañeron ellos los príncipes,
Cecepaticac y Tezcatzin,
atados están con flores del Águila,
¿Acaso lo quieren Águilas y Tigres?
Hubo creación de Águilas,
hubo conversión de Tigres: son los príncipes.
Hubo en la llanura de la guerra
matizarse de (Tigres), remecerse de Águilas:
allá toma al que quiere el Dador de la vida.
Y a aquel reconoce en breve, lo hace su amigo.
¡Téngase eso por cierto!
Se abrió la flor del Tigre,
donde se muestra siempre con florida obsidiana
ante el agua divina.11
CANTO A TLACAHUEPAN
Sólo en casa de Mixcóatl está su reposo,
en la casa de Mamapan se canta a sí mismo:
ya viene a dar gritos Tlacahuepan
e Ixtlilcuecháhuac: se manda cantar,
ya en mandada la Sociedad de amigos y la Nobleza.12
CANTO A UN GUERRERO DESOLADO
¿Qué remedio? ¡Hazlo!
¿Qué remedio? ¡Anhélalo!
Son las flores del dios que da la vida...
¡Oh, tú por quien todo vive:
es por tu ayuda por la cual vinimos a vivir
en esta tierra, nosotros tus siervos!
¡Cuán grande es la riqueza de tus flores
del Águila que allá se hallan tendidas...!
¡Ah, mi corazón teme...!
¿cómo podré lograrlas?
Así en breve tiempo
en el campo del combate,
en medio de la batalla,
donde el polvo del escudo se alza,
donde crujen los escudos y llueven los dardos
y caen vibrando sobre el campo...
¡Ah, mi corazón teme...!
¿cómo podré lograrlas?13
CANTO DE GUERREROS
Por mucho que llore yo,
por mucho que yo me aflija,
por mucho que lo ansíe mi corazón,
¿no habré de ir acaso al Reino del Misterio?
En la tierra dicen nuestros corazones:
¡Ojalá que no fuéramos mortales, oh príncipes!
¿Dónde está la región en que no hay muerte?
¿No habré de ir allá yo?
¿Vive acaso mi madre allá en la Región del Misterio?
¿vive acaso mi padre allá en la Región del Misterio?
Mi corazón trepida... ¡no he de perecer...
me siento angustiado!
Dejaste asentada tu fama en la tierra,
tú, príncipe Tlacahuepan:
aún ahora se hace el oficio de servir,
aún ahora se ponen en pie los hombres,
delante del que hace vivir al mundo:
¡se viene a nacer, se viene a vivir
en la tierra!
Las banderas se entrelazan en la llanura,
las flores de obsidiana se entrecruzan,
llueve la greda, llueven las plumas:
sé que anda allí Tlacahuepan.
¡Viniste a ver lo que quería tu corazón:
la muerte al filo de obsidiana!
Por muy breve tiempo se tiene prestada
la gloria de aquel por quien todo vive:
¡se viene a nacer, se viene a vivir
en la tierra!
Con tu piel de oro con jades esparcidos
ya eres dichoso en medio del campo de combate.
¡Viniste a ver lo que quería tu corazón:
la muerte al filo de obsidiana!
Cesó nuestra muerte al fin:
somos famosos los de Zacatlán:
por allá anda nuestra fama:
con nosotros es feliz el autor de la vida.
Frente del Cerro del Escudo
es festejado el dios.
Convulsiona la tierra, en giros se revuelve,
cae una lluvia de dardos, el polvo se levanta.
Frente al Cerro del Escudo
es festejado el dios.14