Comentario
TERCERA PARTE
I
De la gobernación que tenía y tiene esta gente entre sí
Dicho se ha en la primera parte, hablando de la historia del dios Curicaueri, cómo los dioses del cielo le dijeron cómo había de ser rey, y, que había de conquistar toda la tierra, y que había de haber uno que estuviese en su lugar, que entendiese en mandar traer leña para los cúes. A esto pues, decía esta gente que el que era cazonci, estaba en lugar de Curicaueri. Después del agüello del cazonci, llamado Tzitzispandáquare, todo fue un señorío esta provincia de Mechuacán, y ansí la mandó su padre y él mismo, hasta que vinieron los españoles, pues había un rey y tenía su gobernador y un capitán general en las guerras, y componíase como el mismo cazonci: tenía puestos cuatro señores muy principales en cuatro fronteras de la provincia, y estaba dividido su reino en cuatro partes: tenía puestos por todos los pueblos caciques que ponía él de su mano, y entendían en hacer traer leña para los cúes con la gente que tenía cada uno en su pueblo, y de ir con su gente de guerra, a las conquistas. Había otros llamados achaecha que eran principales, que de confino acompañaban al cazonci, y le tenían palacio. Asimismo, lo más del tiempo, estaban los caciques de la provincia con el cazonci; a estos caciques llaman ellos caracha-capacha. Hay otros llamados ocámbecha, que tienen encargo de contar la gente, y de hacellos juntar para las obras públicas, y de recoger los tributos; éstos tienen cada uno dellos un barrio encomendado, y al principio de la gobernación de don Pedro, que es agora gobernador, repartió a cada principal déstos veinte y cinco casas, y estas casas no cuentan ellos por hogares ni vecinos, sino cuantos se llegan en una familia, que suele haber en alguna casa dos o tres vecinos con sus parientes. Y hay, otras casas que no están en ellas tras de marido e mujer, y en otras, madre et hijo, e ansí desta manera. A estos principales llamados ocámbecha, por este oficio no les solían dar mas de leña y alguna sementerilla que le hacían: y otros le hacían cotaras; y agora, muchas veces, en achaque del tributo, piden demasiado a la gente que tienen en cargo, y se lo llevan ellos, y éstos guardan muchas veces los tributos de la gente, especialmente oro y plata.
Había otro diputado sobre todos éstos, que era después del cazonci: éste agora recoge los tributos de todos los principales llamados ocámbecha.
Hay otro llamado piruuaqua uándari, que tiene cargo de recoger todas las mantas que da la gente, y algodón para los tributos, y éste todo lo tiene en su casa, y, tiene cargo de recoger los petates y esteras de los oficiales, para las necesidades de común.
Hay otro llamado tareta uaxátati, diputado sobre todos los que tienen cargo de las sementeras del cazonci, y aquél sabía las sementeras, cuyas eran; éste era como mayordomo mayor deputado sobre todas las sementeras, que otro mayordomo había, sobre cada sementera, el cual la hacía sembrar y desherbar y coger por todos los pueblos para las guerras y ofrendas a sus dioses.
Había otro mayordomo mayor, diputado sobre todos los oficiales de hacer casas, que eran más de dos mil: otros mil para la novación de los cúes, que hacían muchas veces. No entendían en otra cosa, mas de hacer las casas e cúes, que mandaba el cazonci, y déstos hay todavía muchos.
Había otro llamado cacari, diputado sobre todos los canteros y pedreros, mayordomo mayor en este oficio, y ellos tenían otros mandoncillos entre sí: déstos hay todavía muchos con uno que los tiene en cargo.
Había otro llamado quanícoti, cazador mayor, diputado sobre todos los deste oficio: éstos traían venados y conejos al cazonci, y otros pajareros había, por sí, que le servían de caza.
Había otro diputado sobre toda la caza de patos y codornices, llamado curu hapindi, éste recogía todas estas dicha aves para los sacrificios de la diosa Xarátanga, que se sacrificaban en sus fiestas, y después toda esta caza comía el cazonci con los señores.
Había otro llamado uaruri, diputado sobre todos los pescadores de red que tenían cargo de traer pescado al cazonci y a todos los señores, que los tomaban el pescado no gozaban dello, mas todo lo traían al cazonci y a los señores, porque su comida desta gente, todo es de pescado, que las gallinas que tenían no las comían, mas teníanlas para la pluma de los atavíos de sus dioses. Este dicho uaruri todavía tiene esta costumbre de recoger el pescado de los pescadores, aunque no en tanta cantidad como en su tiempo.
Había otro llamado tarama, diputado sobre tollos los que pescaban de anzuelo.
Había otro mayordomo mayor, llamado cauáspati, diputallo sobre todo el axí que se cogía del cazonci, y otro, mayordomos sobre todas las semillas, como bledos de muchas maneras y frísoles y lo detrás.
Había otro mayordomo mayor para rescibir y guardar toda la miel que traían al cazonci, de cañas, de maíz y de abejas.
Había un tabernero mayor, diputado para rescibir todo el vino que hacían para sus fiestas de maguey; éste se llamaba atari.
Había otro llamado cutzuri, pellejero mayor de baldrés, que hacía cotaras de cuero para el cazonci; éste todavía tiene su oficio.
Había otro llamado uzquarecuri, diputado sobre todos los plumajeros que labraban de pluma los atavíos de sus dioses y hacían los plumajes para bailar. Todavía hay estos plumajeros. Estos tenían por los pueblos muchos papagayos grandes colorados y de otros papagayos para la pluma, y otros les traían pluma de garzas, otros otras maneras de pluma de aves.
Había otro llamado pucuriquari, diputado sobre todos los que guardaban los montes, que tenían cargo de cortar vigas y hacer tablas y otra madera de los montes, y éste tenía sus principales por sí y los otros señores. Todavía le hay aquí en Mechuacán este pucuriquari. Otro que hacía canoas con su gente.
Había otro llamado cuirínguri, diputado para hacer atambores y atabales para sus bailes, y otro sobre todos los carpinteros.
Había otro, que era tesorero mayor, diputado para guardar toda la plata y oro con que hacían las fiestas a sus dioses, y éste tenía diputados otros principales, con gente que tenían la cuenta de aquellas joyas, que eran rodelas de plata, y mitras, brazaletes de plata, guirnaldas de oro y ansí otras joyas.
Había otro llamado cherénguequa uri, diputado para hacer jubones de algodón para las guerras, con gente que tenía consigo e prencipales.
Había otro llamado quanícoqua uri, diputado para hacer arcos y flechas para las guerras, y éste lo guardaba, y las flechas como habían menester muchas, que son de caña, la gente de la cibdad las hacían cada día.
Había otro diputado sobre las rodelas, que las guardaba, y los plumajeros las labraban de pluma de aves ricas, y de papagayos, y de garzas blancas.
Había otro mayordomo mayor sobre todo el maíz que traían al cazonci en mazorcas, y éste lo ponía en sus trojes muy grandes, y se llamaba quengue.
Había otro llamado icháruta uandari, diputado para hacer canoas, y otro llamado parícuti, barquero mayor que tenía su gente diputada para remar y ahora todavía le hay.
Había otro sobre todas las espías de la guerra.
Había otro llamado uaxanoti, diputado sobre todos los mensajeros y correos, los cuales estaban allí en el patio del cazonci para cuando se ofrecía de inviar [a] alguna parte, y agora sirven éstos de llevar cartas.
Tenían su alférez mayor para la guerra, con otros que llevaban las banderas, que eran de plumas de aves, puestas en unas cañas largas.
Todos estos oficios tenían por sucesión y herencia los que los tenían, que muerto uno, quedaba en su lugar algún hijo suyo o hermano puestos por mano del cazonci.
Había otro que era guarda de las águilas grandes y pequeñas y otros pájaros, que tenía más de ochenta águilas reales, y otras pequeñas en jaulas, y les daban de comer del común gallinas. Había otros que tenían cargo de dar de comer [a] sus leones y adives, y un tigre y un lobo que tenía, y cuando eran estos animales grandes, los flechaban y traían otros pequeños.
Había otro diputado sobre todos los médicos del cazonci.
Había otro diputado sobre todos los que pintaban xicales llamado urani atari, el cual hay todavía.
Otro sobre todos los pintores, llamado chunicha.
Otro diputado sobre todos los olleros.
Otro sobre los que hacen jarros y platos y escodillas, llamado hucátziqua uri.
Había otro diputado sobre todos los barrederos de su casa.
Otro diputado, sobre todos los que hacían flores y guirnaldas para la cabeza.
Había otro diputado sobre todos sus mercaderes que le buscaban oro y plumajes y piedras con rescate.
Andaban con él los valientes hombres, que eran como sus caballeros, llamados quangariecha, con unos bezotes de oro o de turquesas, y sus orejeras de oro.