Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
VIAJE A LA AMÉRICA MERIDIONAL I



Comentario

CAPITULO V


Descripcion del govierno de Maynes y del rio

Marañon ó de las Amazonas, con noticia de su

descubrimiento, curso y ríos que entran en él



867 Siendo los goviernos de Popoyán y de Jaén de Bracamoros los límites de la rovincia de Quito por las partes del norte y sur y el de Atacames por la del occidente, es la de Maynas quien la cierra por la del oriente, y sus paises, los ultimos adonde alcanza la jurisdiccion de la Audiencia; haviendo, pues, tratado yá en particular de cada uno, lo executaré ahora con el de Maynas, con tanta mayor razon quanto al bañar sus paises el gran rio Marañon lo hace digno de preferencia y de que se den sus noticias con separacion é individualidad.



868 El govierno de Maynas, que se estiende acia el oriente, se sigue immediatamente á los dos de Quixos y Jaén de Bracamoros, en cuyos territorios toman su origen los varios rios que, despues de haver surcado con rápidas corrientes grandes espacios, unidos entre sí, forman el rio de las Amazonas, conocido tambien por el nombre e Marañon. Las amenas riveras de este y de otros muchos que le tributan el caudal de sus cristalinas aguas son las que rodean y cruzan el govierno de Maynas, y sus términos están tan poco conocidos por las partes del norte y sur que, perdiendose entre los paises de infieles, no dexan mas señales que sus linderos que las que pueden conocerse por las missiones de la Compañía, á cuyo cargo y desvelo está la conquista y govierno espiritual de las barbaras gentes y naciones que lo habitan. Por el oriente confina con los paises de los portugueses, siendo sus legitimos terminos la memorable linea ó merdiano de demarcacion que divide igualmente y pone límites á los dominios de las dos Coronas, española y lusitana.



869 No sería dar completa la descripcion de este govierno de Maynas si me ciñesse á lo generico de su extension, defraudando á los lectores las noticias del famoso rio Marañon ó de las Amazonas, por el qual se distingue y hace digno de la mayor atencion, siendo estas tanto mas recomendables quanto mas desconocidas y tanto mas dificiles de adquirir quanto mas remotas. Por esto, me ha parecido preciso haverlas de incluir en la narracion de este capitulo y tratar en él de su origen y principales rios que lo forman, el curso de sus aguas en los dilatados paises á quienes se estiende, de sus primeros descubridores y otras navegaciones hechas por él para que de todo se pueda hacer cabal idea de este principio de los rios y mas individual de la extension y particularidades del govierno de Maynas que describo, para lo cual se havrá de dividir este capitulo en los tres siguientes paragraphos.



I. Tratase del origen del rio Marañón con varios otros que aumentan su caudal, de su curso y de los nombres con que es conocido



870 Dificil empressa ha sido determinar entre la muchedumbre de raices que dan nutrimento á un corpulento arbol qual sea la primitiva á quien haya de reconocer su origen, y sucede, al querer investigarlo, que entre la mayor extension de las unas y la magnitud ó gruesso de las otras haya de quedar indeciso el animo viendo que, á lo que arguyen aquellas con la antiguedad, se oponen estas con el derecho del mayor fomento que en la nutricion subministran y con que pretenden gozar la preferencia, fundandola, no sin probabilidad convincente, en deber conseguirla aquel que contribuye mas al logro de la subsistencia y que tiene á su favor el apoyo del poder y de la grandeza. Del mismo modo, no es facil señalar la gloria del primer origen á un rio como el del Marañón ni el establecerlo en alguna de las provicias del Perú sin hacer agravio á las otras, las quales, igualmente interessadas en procurarle su engrandecimiento, concurren reciprocamente á él agotando á competencia sus entrañas, levantando formidables promontorios de tierra en los altos cerros de las cordilleras para extraer á las nubes su humedad y hacer que, reducida á blancos copos ó convertida en terso y transparente yelo, haga reposo en ellos quando vuela por el ayre con ansia de alexarse á otra region, esforzandose por todos modos á convertir con tantas aguas en dulce mar el que al nacer tal vez no tiene presunciones de rio.



871 Son en gran numero las raices que tiene este gran rio ó tal la abundancia de sus nacimientos que, sin cometer error, se le pueden assignar por tales cada uno de los que lo derivan de la cordillera oriental de los Andes, desde el govierno de Popayán, donde nace el rio Caqueta ó Yupurá, hasta la provincia ó corregimiento de Guenuco, á 30 leguas con corta diferencia distante de Lima, porque todas las aguas que descienden y se destilan de ella por la parte oriental son las que, acrecentadas al passo que se apartan de su débil nacimiento con la union de otras muchas, forman los caudalosos rios que al fin, confederados á lograr desahogo en mas espaciosa madre, componen el Marañón, de que tratamos. Unos de los que assi concurren á su formacion, atravessando mas país, traen el origen de mas distancia, y otros, no teniendolo tan remoto, juntandoseles mayor copia de arroyos, llevan caudal mas crecido, y assi, compensando con el de sus aguas lo que les falta para igualar á aquellos en lo mas dilatado de su curso, ninguno se puede regular menor que su competidor ni ceder al otro el derecho del origen. Por esto, no assignandole con entera confianza á alguno, me contentaré con señalar el de los que lleven el curso de sus ondas desde mas largas distancias y el de los que, aumentandolas en cortos espacios considerablemente, se despeñan por las encumbradas asperezas de los Andes, haciendo varias caidas para ostentar en ellas la prisa con que corren á ganar la antelacion á los mas distantes y recibirlos en la comun madre, de que yá tienen la possession, quedando de este modo al juicioso arbitrio de cada uno el tomar partido en esta averiguacion, segun le pareciere que con mas fundamento se debe establecer.





872 La opinion que lleva la primacía en los modernos tiempos tocante al mas remoto origen del rio Marañón es la que le coloca en la provincia ó corregimiento de Tarma, empezando á correr desde la laguna de Lauricocha, cerca de la ciudad de Guanuco y en la latitud de 11 grados austral con corta diferencia; desde ella, pues, dirige su curso al sur hasta la altura casi de 12, atravesando el país que pertenece á aquel corregimiento; y, formando insensiblemente una vuelta, se encamina al oriente, passando por el de Xauxa, vuelve luego á tomar la direccion del norte despues de haver salido al oriente de la cordillera real de los Andes y, dexando al occidente las provincias de Moyobamba y Chachapoyas, continua hasta la ciudad de Jaén, que está, como se dixo en el capitulo antecedente, en 5 grados 21 minutos. Allí, haciendo un recodo, se dirige y sigue siempre al oriente hasta pagar el crecido tributo de sus aguas al occeano, recibiendolas este por una boca, cuya anchura se estiende desde la equinocial por el espacio de dos grados, en los primeros de latitud boreal. Su distancia desde la laguna de Lauricocha hasta Jaén es de mas de 200 leguas, con el rodeo que toma en ella su corriente, y la que sigue desde esta ciudad al oriente, de 30 grados de diferencia en longitud, que componen 600 leguas maritimas, las quales pueden considerarse con las bueltas y tornos que hace en toda esta distancia por 900 de las mismas, y como 1100 ó pocas mas las que corren las aguas que salen de Lauricocha hasta llegar á mezclarse con las salobres del occeano.



873 No es el ramo que sale de Lauricocha el unico que vá de aquellas partes al Marañón ni es tampoco el mas meridional de los que aumentan sus raudales porque á el sur de aquella laguna, y no lexos de Asángaro, nace el rio que passa por Guamanga; mas allá, en las provincias de Vilcas y Andaguaylas, otros dos, que, uniendose despues de haver corrido alguna distancia, entran á el que se deriva de Lauricocha; otra sale de la provincia de Chumbivilcas y, ultimamente, el que tiene su origen mas al sur es el de Apurímac, que, siguiendo desde su nacimiento el camino del norte, passa por el Cuzco, no muy apartado de Lima Tambo, y, recibiendo otros muchos, vá á encontrar con el Marañón como 120 leguas al oriente de donde se une este con el rio de Santiago; su anchura es tanta, y tan crecido el caudal de sus aguas que dexa en duda si es él el que se introduce en el Marañón ó este el que paga feudo al Ucayale, que assi se llama yá en aquella parte, pues al encuentro de los dos entran las aguas con tanto impulso que cambia el primero su direccion, cediendo el poderío con que el segundo las obliga á que continuen torcidas la carrera que antes llevaban sin interrupcion. Algunos creen que este rio Ucayale es el verdadero Marañón y lo fundan en ser su origen el mas remoto, segun lo averiguado, y su caudal, si no excessivo, nada inferior á el de Lauricocha.



874 En la distancia desde el parage donde se junta al Marañón el rio de Santiago, en cuyo sitio está el Pongo de Manceriche, hasta la boca del rio de Ucayale, y casi en la medianía de uno y otro, desagua en el Marañón el rio Guallaga, que tambien trae su origen de las cordilleras correspondientes al oriente de la provincia de Guamnga. Uno de los rios que concurren á su acrecentamiento nace en las serranías de Moyobamba, y, corriendo á juntarse con el Guallaga, á la mitad de su curso tiene su assiento un pequeño pueblo cuyo nombre es Llamas; en él, segun las mas ciertas noticias, fue donde Pedro de Orsua se embarcó con su gente para baxar á la conquista y descubrimiento del Marañón.



875 Al oriente de Ucayale desemboca el rio Yabarí y, despues, otros quatro, que son Yutay, Yuruá, Tefe y Coarí, siguiendo todos su curso desde el sur, donde tienen el origen casi en aquellas mismas cordilleras de donde sale el Ucayale; pero, atravesando por paises de infieles, no bien conocidos de españoles, se ignora la verdadera derrota que llevan sus aguas hasta entrar en el Marañón y, solo por los informes de algunos indios, se sabe que en ciertos meses del año son navegables, no faltando algunas luces de haver entrado en otros tiempos por ellos diversas personas y reconocido señales, de donde inferir que se dan la mano con mucha inmediacion á las provincias del Perú.



876 Mas adelante del rio Coarí, siguiendo acia el oriente, entra el de Cuchibara, llamado Purus por otro nombre, y, despues de este, el de la Madera, que es uno de los mas considerables que se introducen en el Marañón. En el año de 1741 entraron los portugueses por él y lo navegaron hasta tal punto que llegaron á poca distancia de Santa Cruz de la Sierra por la latitud austral de 17 á 18 grados. Desde este rio en adelante conocen los portugueses al Marañón por el nombre de rio de las Amazonas, dandole hasta él el de rio de Solimoes. Luego, sigue el rio de los Topayos, que tambien es de los mayores, y tiene su origen en las minas del Brasil; y, al fin, se le juntan los rios Xinou, de Dos bocas, Tocantines y Muju, siendo la orilla oriental de este ultimo donde está situada la ciudad del Gran Pará, y todos nacen en las minas y serranías del Brasil.



877 Vistos yá los mas remotos brazos del caudaloso rio Marañón y los mas principales rios que recibe de la parte del sur, falta dar la noticia de los que con mas inmediacion salen de las cordilleras y, desde su nacimiento, toman curso acia el oriente atravesando lo vasto de aquella America y los que le entran por la parte del norte, para lo qual, sin invertir el orden, seguiremos sus noticias en la conformidad en que se hallan colocados ellos mismos, continuando del sur al norte.



878 Nacen en las cordilleras y cerros de Loja y Zamora varios rios pequeños que, unidos entre sí, forman el de Santiago, y de las de Cuenca, otros que componen el de Pauta. Este, uniendose con el antecedente, pierde su nombre, y, ambos yá juntos, retienen el de Santiago por estar despues la ciudad assi llamada, de quien la toma, y, cerca de ella, se incorpora con los que yá han corrido desde Lauricocha y Apurímac. Del mismo modo, el rio Morona deriva su origen del páramo de Sangay y, passando muy cerca de la ciudad de Macas, corre al sueste hasta encontrarse con la madre principal del Marañón, entrando en él sus aguas cosa de 20 leguas mas al oriente de la ciudad de Borja, capital del govierno de Maynas.



879 De las serranías del corregimiento de Riobamba, de las de Latacunga y villa de San Miguel de Ibarra nacen los rios de Pastaza y Tigre; y de Cotopacsi y su cordillera salen los primeros ramos del rio de Coca y rio Napo. Estos, aunque poco apartados en su origen, corren bastante trecho manteniendose algo distantes pero despues se juntan y, conservando el nombre de Napo, dan sus aguas al Marañón, haviendo caminado antes de entrar en él mas de doscientas leguas en linea recta de occidente á oriente, declinando alguna cosa, aunque insensible, al sur. Este es el rio que el padre Christoval de Acuña, de quien se hablará despues, creyó fuesse el verdadero Marañón ó el legitimo, á quien, por mas principal y caudaloso, se entendia deberle reconocer feudo los demás con el tributo de sus aguas.



880 En las serranías del corregimiento de San Miguel de Ibarra y en las de Pasto tiene nacimiento el rio Putu Mayo, llamado tambien Ica, que, corriendo entre el sueste y este, casi 300 leguas, entra en el Marañón mucho mas al oriente que el rio Napo. Y, ultimamente, de la jurisdiccion del govierno de Popayán toma su origen el rio Caqueta, que, dividido en dos brazos, descarga con el mas occidental, llamado Yupurá, en el Marañón la abundancia de sus aguas, entrando en él, qual otro Nilo, por siete ó ocho bocas, las quales se apartan tanto entre sí que media entre la primera y la ultima un espacio de mas de 100 leguas; el otro que corre mas al oriente, es no menos famoso y se distingue con el nombre de rio Negro. Este se cree sea una de las comunicaciones entre el rio del Orinoco y el Marañón, segun assegura Mr. de la Condamine en la relacion de su viage, comprobandolo con la autoridad de una carta del padre Juan Ferreira, rector del colegio de la Compañía de la ciudad del Gran Pará, por la qual daba aviso que en el año de 1744 havian subido por el rio Negro los portugueses de un campo volante que tenia allí su situacion hasta llegar á encontrarse con el superior de las missiones españolas del rio Orinoco y que con él havian vuelto á restituirse el campo volante del rio Negro sin hacer por tierra transito alguno, sobre cuyo particular discurre este autor que naciendo de Mocoa, país que está contiguo á Almaguer, en la jurisdiccion de Popayán por la parte del oriente, el rio Caquetá, de quien yá se ha hecho mencion, y que toma el nombre de un pequeño lugar por donde passa, no muy lexos de su principio; este, despues de haver corrido acia el oriente con alguna corta inclinacion para el sur, se divide en dos brazos, de los quales, declinando el uno algo mas al sur, se forma el rio Yupurá, que, subdividido despues en varios brazos, entra en el Marañón, como se dixo, por siete ú ocho bocas, y el otro, que continua la derrota del oriente, haviendo corrido assi otro transito, vuelve á subdividirse en dos brazos, de los quales el uno, haciendo su curso al nordeste, entra en el Orinoco, y el otro, que lo lleva al sueste, es el rio Negro. No hay duda que esta subdivision de brazos en rios caudalosos para tomar cursos tan contrarios es cosa poco regular, pero no del todo estraña mediante no ser impossible que, llegando el rio á un sitio igual y casi á nivel por todas partes, se derrame dividido en dos ó mas brazos por donde encuentre alguna insensible inclinacion en el terreno; y no siendo esta muy grande y, por el contrario, sí caudaloso, el rio se navegará por todos ellos passando reciprocamente de uno á otro sin dificultad. En esta forma sucede tambien con los esteros en país llano, y lo tenemos experimentado en los de la costa de Tumbez pues, entrando el agua de la mar, con el fluxo, por varias bocas, que tal vez suelen distar entre sí 20 y mas leguas, el que navega y entra por el un brazo llevando favorable la marea de creciente, al llegar al parage donde el terreno está mas alto, la encuentra repentinamente contraria y empieza á sentir la que, con la misma creciente, entre por el otro brazo. A este respeto, con el refluxo hacen division las aguas en aquel punto, inclinandose á salir cada porcion por el lado que entró, sin que por esto quede seco aquel lugar en donde forman la separacion. Pero aun quando el sitio en que las aguas del rio Caquetá se subdividen no estuviesse llano y á corta diferencia horizontal, sino con mucha pendiente, como este fuesse igual para entrambas partes, no embarazaría el que se inclinassen la una al Orinoco y las otras al rio Negro; y solo resultaría de ello el que la mucha rapidez fuesse obstáculo á su navegacion, mas no á que las aguas, llegando á un punto, no puedan dividirse tomando diversos rumbos porque esto consiste en hacer una isla mas á menos capaz.



881 Se entra á el rio Marañón, yendo de la provincia de Quito, por tres caminos, los quales son igualmente incomodos por su mucha fragosidad que molestos por la naturaleza del temple y penosos por ser preciso en algunos hacer á pie la mayor parte de sus distancias y transitos pues, á proporcion que son menos frequentados, tienen mas parte en las dificultades que suelen acompañar á los otros de las Indias, de que yá hemos dado alguna idea. El primero, pues, de estos, que assimismo es el mas cercano á Quito, corre por Baeza y Archidona, de donde se vá á tomar puerto en el rio Napo. El segundo es por Hambato y, passando por Patate, al pie del páramo de Tunguragua, se vá á salir á Canelos, cuyo país atraviesa el rio Boboaza, que, desaguando en Pastaza, uno y otro de la jurisdiccion de Macas, siguen unidos hasta llegar al Marañón. Y, el tercero es por Cuenca, Loja, Valladolid y Jaén; desde esta ciudad ó del pueblo de Chuchunga, que es el puerto de ella, empieza á ser navegable este gran rio, y, efectivamente, se embarcan allí los que intentan entrar en Maynas ó viajar por él. De todos tres, es este el unico por donde pueden traginar bestias llegando sin embarazo hasta el mismo puerto, pero, como la distancia desde Quito es mucho mas grande, viene á ser el que se frequenta menos porque, huyendo de su rodeo y del peligro que hay en el passo del Pongo de Manceriche los missioneros, que son los que con mas continuacion practican estos viages, prefieren las penalidades y riesgos de los otros como menos dilatados, yá que no de menor gravedad que los de aquel.



882 En la larga carrera que desde el pueblo de Chuchunga lleva el rio hasta el mar hay parages donde, reduciendose á veces sus orillas, forman varios estrechos en que la velocidad de las aguas hace peligroso su transito, y, encorbandose en otros la direccion de ellas, es causa de que choquen violentamente en el escarpe de piedra de sus bordos y que, haciendo con lo rápido de este impulso diversos remolinos, queden paradas, siendo para las embarcaciones tan grande el riesgo de lo primero como perjudicial el entrar en la serenidad del remanso despues de haver salido del otro con felicidad. Entre las estrechuras que hacen peligrosa esta navegacion, es celebrada la que media entre Santiago de las Montañas y Borja, á quien dan el nombre de Pongo de Manceriche, cuya primer palabra significa puerta, y la aplicaban los indios generalmente á todos los parages estrechos; la segunda es tomada del territorio inmediato, que se llama assi.



883 Las relaciones de los españoles que lo han passado suponen tanta la estrechura de este passo que la ciñen á 25 varas; su extension afirman ser de tres leguas y que se caminaban estas sin mas impulso que el curso de las aguas en un quarto de hora, con grandissimo peligro. Si fuesse assi, corresponderla á 12 leguas por hora, digno, por cierto, de la mayor admiracion por ser una velocidad sumamente excessiva. Pero, siguiendo el dictamen de Mr. de la Condamine, que lo examinó con particular cuidado y á quien hace su inteligencia acreedor preferible, la anchura del Pongo por la parte donde mas se cierran las orillas que lo forman es de 25 tuessas, las quales componen aun algo mas de 60 varas, y la distancia en que assi permanecen, de dos leguas, contada desde donde empiezan á estrecharse hasta la ciudad de Borja; estas las anduvo en 57 minutos, que es cosa mas regular, y advierte que la balsa, embarcacion en que lo passó, presentaba á la resistencia del viento el volumen de su carga, por cuya razon no pudo andar todo lo que la corriente la huviera llevado sin tal embarazo; assi, computado lo que se detenia por esta causa, resulta que el curso de las aguas era dedos y media ó, á todo excesso, de tres leguas por hora.



884 A lo grande de este rio, por lo que corre de distancia, es correspondiente su anchura y no menos su profundidad, siendo de suponer que tal vez, como sucede en los pongos ó estrechos y en otros transitos, se comprime tanto que, dissimulando la grandeza, oculta sus caudales en el exceso de su fondo, y assi se vé que muchos rios de los que recibe engañan en la apariencia, ostentando en la mayor anchura con que sus aguas corren ser mas poderosos que el Marañón, á quien pagan feudo, pero al punto se descubre el poco momento que los nuevos raudales causan en el Marañón y se desvanece aquella falsa impression que pudo padecer el juicio porque, continuando este gran rio sin mutacion sensible ni en lo ancho ni en el aumento de la velocidad, parece que no son de entidad alguna á su respeto las que antes pretendian la preferencia. En otros espacios, ostentando mas visiblemente su poder, se explaya de tal modo que, dividiendose en distintos brazos, todos grandes y caudalosos, dexa en medio una multitud de islas; y esto se observa desde poco mas al oriente de la desembocadura del rio Napo hasta cerca de la del rio Coarí, que está algo al occidente del rio Negro, en cuyo intermedio, dividido en mas brazos, forma, á correspondencia, mayor numero de islas. Entre la mission de los Pebas, ultima en estos tiempos de las que cuidan los españoles, y la de San Pablo, que es primera de las que tienen los portugueses, midieron Mr. de la Condamine y Don Pedro Maldonado lo ancho de algunos de estos brazos y encontraron que, á muy corta diferencia, tenian cada uno de por sí casi 900 tuessas, que componen 2356 varas castellanas y un tercio, y estas casi un tercio de legua maritima. Junto al rio de Chuchunga, que es donde empieza á ser navegable el Marañón y por donde entró en él Mr. de la Condamine, halló ser su anchura de 135 tuessas, que son 353 varas castellanas y media; y aun con estar allí en su principio, no encontraba el fondo á las 28 brazas la sonda si no era al tercio de su anchura.



885 Las islas que forma el rio al oriente del rio Napo cessan desde el rio Coarí en adelante, y vuelve á reducirse el Marañón á dos margenes; por allí, es su ancho de 1000 á 1200 tuessas, las quales componen 2618 ó 3142 varas; estas ultimas, iguales á media legua corta; y, tomando todas las precauciones necessarias contra la corriente, el mismo Condamine, como lo havia practicado en la desembocadura del rio Chuchunga, de tal modo que, haciendo bogar contra la fuerza de ella, no mudaba de sitio la canoa, halló ser su profundidad allí tanta que con 103 brazas de cordel no se pudo encontrar el fondo. En rio Negro, medido á dos leguas mas adentro de su desembocadura, fue hallado de 1200 tuessas de ancho, que es al mismo que lleva por allí el rio principal, á cuyo respeto con algunos de los que se han nombrado, como el Ucayale, la Madera y otros.



886 Haviendo corrido el Marañón como 100 leguas desde la boca del rio Negro en adelante, vuelven sus orillas á estrecharse en la inmediacion del rio de Trumbetas, á cuyo parage llaman el estrecho de Pauxis, y en él, como tambien en los sitios de Parú, Curupa y Macapa á sus orillas y en las orientales de los rios Negro y de los Topayos, hay fortalezas pertenecientes á los portugueses. Desde este estrecho de Pauxis, por donde tiene el rio 900 tuessas de ancho ó 2356 varas y un tercio, se empieza á sentir el efecto de las mareas, aunque dista todavia de las playas maritimas mas de 200 leguas, consistiendo este en que, sin mudar las aguas de curso, disminuyen el que antes llevaban y se hinchan subiendo sensiblemente en las orillas. Son regulares los fluxos y refluxos en cada 12 horas con aquel ordinario atrasso propio de ellas pero, como advierte Mr. de la Condamine con bastante reflexion y podrá verse en la relacion de su viage, no es el fluxo y refluxo que se experimenta en la mar un dia y á una hora determinada el que se siente en la misma hora y dia en varios otros parages intermedios, desde las playas maritimas ódesembocadura del rio hasta Pauxis, sino, antes bien, efecto de las mareas de los dias antecedentes y tanto mas en numero quanta sea mayor la distancia del parage á la tal desembocadura; pues, no pudiendo caminar el agua de una marea en solo las 12 horas todas las 200 ni aun muchas menos leguas, es consiguiente que, produciendo su efecto hasta determinada distancia en el discurso de un dia y conservandolo en los siguientes con los esfuerzos de las mareas successivas, vaya en todo aquel grande espacio reconociendose la regular alternacion de horas en las crecientes y menguantes y que en muchas partes coinciden estas horas con aquellas en que suceden las mareas en el mar.



887 Estando yá el Marañón para terminar su dilatado curso despues de haver caminado tan estendidos paises, de haver congregado en su seno aguas que se destilan en cordilleras y provincias tan distantes, de haver formado las vueltas, los saltos y los estrechos con que vá ostentando el poder y la riqueza y de haverse dividido en varios brazos y formado con ellos tantas islas, unas grandes y otras menores, empieza desde el rio Xingu á inclinarse al nordeste, ensanchandose su madre como para que las aguas salgan al mar por mas desahogada puerta, y en este anchuroso espacio dexa islas muy capaces y fértiles, entre quienes se lleva la primacía la de los Joanes ó de Marayo, para cuya formacion se desata del rio principal, como 25 leguas mas adelante de la boca del rio Xingu, un brazo llamado Tagipuru, que, corriendo al sur con direccion opuesta á la que lleva el principal, conduce una parte de las aguas del Marañón á hacerlas comunicables con el rio llamado de Dos bocas, que es compuesto de los de Guanapu y Pacayas, y en su boca tiene mas de dos leguas de ancho; á ellos se une despues el rio de Tocantines, mas ancho en su desague que el antecedente, y despues el de Muju, á cuya orilla oriental está fundada la ciudad del Gran Pará, mas abaxo de donde desagua en él el rio Capi, que lleva tambien sus aguas inmediatas á la ciudad.



888 Desde el rio de las Dos bocas, corren las aguas de este juntas con las del canal de Tagipuru, casi al oriente, en figura de arco hasta el rio de los Tocantines, desde el qual continuan al nordeste, como el Marañón, dexando en medio la isla de Joanes, haciendo una figura algo triangular, aunque declinando á circulo por la parte del sur, y es de mas de 150 leguas su contorno. Por ella, se dividen las dos bocas con que el Marañón sale al mar, de las quales la principal, entre cabo de Maguari, en esta isla, y cabo del Norte viene á ser de 45 leguas, que son las que hay entre el mismo cabo de Maguari y la punta de Tagioca.



889 Es conocido este famoso rio, y el mayor entre todos aquellos que se hicieron por grandes memorables en las historias sagradas y profanas, con tres nombres distintos, y está tan extendida la fama de su grandeza que no menos se dexa comprehender por el uno que por los otros, de modo que qualquiera lo descifra igualmente magestuoso, dando á entender la preferencia á que con razon aspira entre todos los que riegan y fertilizan la Europa, corren el vasto país del Africa y hermosean los territorios dilatados del Assia fecundizando sus riberas, y parece que quiso darlo á entender la casualidad assignandole tres diversos nombres, sin duda, para que con cada uno de ellos abrazasse en dissimulado enigma otro de los que corren con celebridad por las restantes tres partes del mundo, y son en Europa el Danubio, en Assia el Ganges y el Nilo en Africa.



890 Son los tres grandes nombres en que se contiene la grandeza de este rio los de Marañón, de las Amazonas y de Orellana; pero de ninguno de estos hay certeza fuesse el nombre primitivo que tuvo antes que lo descubriessen los españoles ni se sabe qual era el que le daban los indios, aunque es creible lo tuviesse, y tal vez muchos, pues, hallandose habitadas sus orillas por varias naciones, era natural que cada una se lo diesse particular ó usasse aquel que por otra le estuviesse impuesto, pero estos ó no los inquirieron bien los primeros españoles que lo traginaron ó quedaron desde entonces confundidos con los otros que le pusieron, de suerte que no conservó la memoria reliquias de ello.



891 De estos tres goza la preferencia, en quanto á la antiguedad, el de Marañón; y aunque algunos autores pretenden que su imposicion fue posterior á la de los otros dos, tanto en ello como en la causa que dan para haverle llamado assi, se cree que padecieron equivocacion, pues suponen haversele puesto los españoles que baxaron con Pedro de Orsua por los años de 1559 ó 1560 , siendo assi que muchos años antes lo tenia yá porque Pedro Martyr de Angleria, en sus becadas, hablando del descubrimiento de la costa del Brasil, hecho en el año de 1500 por Vicente Yañez Pinzon, entre otras cosas refiere haver llegado á un rio cuyo nombre era Marañón. Este libro fue impresso en el año de 1516, mucho antes que Gonzalo Pizarro emprendiesse su descubrimiento y conquista por tierra y que Francisco de Orellana lo navegasse; con que es, sin duda que yá tenia el nombre de Marañón; pero no es facil ni el averiguar el tiempo en que se le puso ni venir en conocimiento de su derivacion, no encontrandose de lo uno ni de lo otro noticias que lo aclaren. Algunos, siguiendo á Agustin de Zarate, atribuyen el origen de este nombre á el de un capitán español llamado Marañón y pretenden que, siendo el primero que lo navegó, lo huviesse contraido de él, pero esta opinion tiene mas de apariencia que de solidez y dá muestras de estar solo fundada en la similitud de los nombres, argumento de bastante debilidad concurriendo á persuadir esto la falta de memoria de tal capitan en todas las historias donde se trata de los descubrimientos de aquellos reynos, pues en ninguna hay noticia de este descubridor ni relacion de su descubrimiento, de que se puede inferir que Zarate, al ver que este rio se llamaba Marañón, hizo juicio de ser su nombre tomado de alguno que lo navegó porque, á haver tenido mas individualidad de él, era muy propio el haver concluido en su Historia las noticias correspondientes á este descubrimiento; y, aun en caso de haverlas omitido, juzgandolas de poco momento, no todos los historiadores havian de hacer el mismo juicio para dexar al olvido la memoria de un español que daba nombre con el suyo propio al mayor rio que se conoce en el mundo.



Lo que parece mas verosimil sobre este particular es que, quando Vicente Yañez Pinzon llegó á él, lo oyesse llamar assi de los indios que poblaban la muchedumbre de sus islas y orillas ó con otro que sonasse al oido formando el mismo eco y que de aqui naciese en el mismo Vicente Yañez el decir se llamaba Marañón. De cualquier suerte, es innegable que el nombre de Marañón goza entre todos la primacía por la antiguedad y que no fue Orsua ni su gente quien se lo impuso con alusión á las inquietudes y alborotos que entre sí tuvieron, llamadas en español marañas, ó de haverse perdido entre la gran cantidad de sus islas, que son como un enmarañado laberynto de varios canales, segun pretenden otros historiadores.



892 El nombre que se siguió á el antecedente es el de rio de las Amazonas. Este le fue dado por Francisco de Orellana con el motivo de que, entre las naciones que intentaron defenderle el passo, saliendole á las orillas á recibirlo con las armas y oponerse á sus intentos, fueron en una las mugeres las que combatieron contra él, manejando el arco y flecha con tanta destreza como los indios mas expertos, y se portaron tan valerosamente en el fervor de la batalla que le dieron mucho que hacer y le obligaron á retirarse de las orillas y, sin saltar en tierra, donde ellas defendian las playas, hacer la navegacion por medio del rio para librarse de su oposicion. Por esto, despues que llegó á España y dió noticia de todo, en los titulos que se le despacharon confiriendole aquella governacion se expressaba hacersele merced de la conquista de las Amazonas; y desde aquel tiempo le quedó este nombre, por el qual ha sido conocido.



893 Algunas dudas ha havido sobre si el Marañón y las Amazonas eran un mismo rio, y muchos estuvieron persuadidos á que fuessen dos distintos, pero su sentir no ha tenido otro fundamento que el de no haverse hecho su reconocimiento con toda perfeccion hasta los fines del siglo passado.



894 Que sea cierto el caso de las amazonas lo persuade la conformidad con que lo tratan todos los escritores al hacer memoria de este rio y del viage de Orellana. Pero, además de esto, que pudiera ser prueba suficiente, quando no para creerlo enteramente al menos para no repugnar su probabilidad, lo acredita la memoria que se conserva todavia entre aquellos naturales; assi lo testifica uno de los sugetos mas capaces y especulativos que la provincia de Quito ha dado á la republica de las letras en Don Pedro Maldonado, natural de la villa de Riobamba y vecino de Quito, cuyo ingenio se ha hecho conocer bastantemente entre los professores de las ciencias. Este, haciendo viage á España, lo emprendió por el rio Marañón el año de 1743 en compañia de Mr. de la Condamine; y, no olvidandose entre la diversidad de assuntos que su aplicacion procuró indagar de el de las amazonas, no solo averiguó por el informe que le dieron algunos indios ancianos ser acierto el que allí se conocieron mugeres que, formando republica particular entre sí, vivian solas sin admitir varones á su govierno sí tambien el que aún subsistian, pero retiradas de las orillas de aquel rio á lo interior del país, y, en prueba de ello, la citaron algunos casos de haverse dexado ver una ú otra. Mr. de la Condamine, en la relacion de su viage por aquel rio, impresso en París el año de 1745, como compañero de viage de Don Pedro Maldonado, y no menos que este indagador de semejantes curiosidades, refiere en su historia abreviada, algunos casos de los que los indios les citaron, y podrá ver el que gustare en su obra, contentandome yo con exponer aqui lo que dicen los historiadores sobre este particular, dexando libertad al juicio de cada uno para que á la narrativa del caso de Orellana ó á la de la subsistencia de las amazonas dá el credito que le pareciere deberse.



895 No falta alguna opinion que, aun supuesto como cierto el caso de las amazonas con Orellana y creyendolas como mugeres varoniles en su valor, les niega la particularidad de vivir en republica y la de no admitir la sociabilidad continua de los varones; los que son de este dictamen dicen, no sin bastante fundamento, que las mugeres contra quienes combatió Orellana eran de la nacion yurimagua, que señoreaba en aquel tiempo lo mas del rio Marañón y se hacía respetar de todas las demás por su mucho brio. Siendo esto assi, es muy natural que las mugeres, participando en parte del valor tan comun en sus maridos, tomassen las armas para partir con ellos las glorias de las batallas, como tambien se experimentó en otras partes de las Indias.



896 El ultimo nombre de Orellana se le dió á este rio por haver sido Francisco de Orellana el primero que lo navegó, hizo su reconocimiento y combatió con los indios que habitaban las muchas islas formadas en su anchurosa madre y las orillas ó riveras de él. Algunos han querido distinguir en su distancia varios espacios donde adquiera cada uno de estos nombres, de modo que desde ellos haya de corresponderle uno particular; y assi le dan el de Orellana á aquel por donde este capitan baxó con el bergantin, el qual, uniendose á el Marañón, le acrecentó, como con sus aguas, con este nuevo nombre. De las Amazonas le llaman desde aquel parage en que se le incorpora el otro rio, en cuya boca ó inmediacion tuvo Orellana el encuentro con las mugeres ó amazonas que le salieron á hacer oposicion, y que, dando motivo á su denominacion, lo fuesse tambien para que desde allí, lo comunicasse al rio, con quien llegaba hasta el mar; y, finalmente, que el nombre de Marañón comprehenda desde lo mas alto de él, aun mucho antes del Pongo, y por aquella parte que este rio baza del Perú, fundandose en haver sido por donde entró Pedro de Orsua y, en la derivacion que diximos ser incierta, de haversele dado este nombre por los disturbios que huvo entre su gente. Lo mas seguro de todo es que el rio del Marañón, el de las Amazonas ó el rio de Orellana es uno mismo y que lo que se entiende por cada uno de estos nombres es la madre comun por donde corren unidos los muchos que concurren á formarlo desde aquel parage mas distante, en donde no tiene otro nombre particular y donde yá es su caudal considerable, como sucede desde la ciudad de Jaén en adelante, y que al primitivo nombre de Marañón se agregaron los otros dos por las causas yá referidas. Los portugueses, mas que otros, han fomentado esta opinion, dandole el solo nombre de Amazonas y transfiriendo el de Marañón á una de las capitanías del Brasil, que viene á estar entre la del Gran Pará y la del Siará, cuya capital es la ciudad de San Luis del Marañón.



II. Tratase de los primeros descubrimientos y famosas navegaciones que en varios tiempos se han hecho por el Marañón para reconocerlo



897 Consiguientes á las noticias del curso y nombres de este rio, deben ser las de su descubrimiento y de las navegaciones dignas de atencion que por él se han practicado. Vicente Yañez Pinzon, uno de los que havian acompañado al almirante Don Christoval Colón en su primer viage, fue el que descubrió su boca por la parte que desagua en el occeano, segun queda yá advertido. Este armó á su costa, en el puerto de Palos, quatro embarcaciones por el mes de diciembre de 1499 con animo de emplearse en los descubrimientos de las Indias, assunto que andaba entonces en su mayor fervor, y, para cumplirlo, empezó la derrota dirigiendose á las islas de Canarias, de las quales passó á las de cabo Verde y, navegando despues al occidente, descubrió tierra el dia 26 de enero de 1500 y la llamó cabo de Consolación por haverlo sido de una furiosa tempestad que antes havia experimentado, siendo ahora conocida por cabo de San Agustin. De este parage continuó, despues de haver estado en tierra y reconocidola, costeando acia el norte, y tal vez apartandose de su vista, quando de repente se halló dentro de un mar de agua dulce, donde hizo provision de lo que necessitaba, y, con el deseo tan propio de averiguar su origen, hizo derrota para encontrarlo y llegó á la boca del rio Marañón, cuuyas islas eran el mas lisongero recreo que podia apetecerse por su frondosidad y alegria; allí estuvo algun tiempo tratando amistosamente con sus indios porque lo permitia assi la mansedumbre y docilidad de ellos, no mostrandose estraños con los forasteros, y luego volvió á continuar el viage para adelantar la empressa de su descubrimiento á proporcion que las nuevas tierras le iban enseñando camino para ver otras mas.



898 A este descubrimiento maritimo se siguió el que hizo por tierra en el año de 1540 Gonzalo Pizarro, á quien su hermano el marqués Don Francisco Pizarro, con la noticia que el año de 1536 havia dado del país de la canela Gonzalo Diaz de Pineda, lo encomendó confiriendole el govierno de Quito. Gonzalo Pizarro llegó al país de los canelos y caminó por las riveras de un rio, que no está bien averiguado si fue el rio Napo ó el Coca, aunque parece mas verosimil que fuesse por el primero; sufrió trabajos imponderables y, viendose en una total falta de alimentos y que su gente, precisada á comer las hojas y cortezas de los arboles, culebras y otras sabandijas y animales inmundos, se le moria toda, dispuso fabricar un bergantin para adelantarse á buscar bastimentos en el parage donde aquel rio se juntaba con otro y donde la havian los indios anunciado que los hallarian con abundancia; concluido, pues, el bergantin, dió su mano á Francisco de Orellana, su theniente general y sugeto de toda su confianza, encargandole la diligencia y la puntualidad, segun lo pedia la estrechez en que estaban. Este, haviendose embarcado en él y navegado 80 leguas, llegó al parage de la union de los dos rios; pero, no encontrando lo que esperaba por ser todo aquel país escaso de frutas silvestres, yá porque los arboles no eran propios para producirlas ó yá porque los indios las tenian exhaustas, le pareció ardua empressa la de volver con el bergantin á encontrar á Pizarro venciendo la contraria rapidez de las corrientes; y, mas no pudiendose seguir de ello el provecho que se esperaba porque, despues de conseguido el triunfo á costa de mucho tiempo y trabajo, volvia sin la abundancia ó socorro de los alimentos á que havia sido destinado, assi, sin consultar su intento con los compañeros, resolvió continuar el viage hasta salir al mar, dexandose llevar de la corriente de las aguas. Esta idea no pudo dissimularse mucho tiempo porque, al ver levantar las velas, sospecharon todos el fin que tendria en ello y, opuestos algunos á su execucion, estuvieron divididos y aun quisieron llegar á las manos contradiciendo esta determinacion; pero, al fin pagados de los ofrecimientos que Orellana les hacia y casi convencidos yá con sus razones, cedieron lo que antes repugnaban, y continuó su viage dexando en aquel sitio, expuesto á ser victima de el hambre y de la necessidad, á Hernando Sanchez de Vargas por haver mas que los otros hecho oposicion á su proyecto.



899 Pizarro continuó por tierra su viaje con designio de acercarse al sitio en que consideraba á Orellana, pero, llegando á él, supo por el mismo Hernando Sanchez de Vargas lo que en el bergantin havia sucedido; y lleno de desdichas, con total falta de mantenimiento, un parte de su gente muerta, otra desfallecida con la necessidad que á cada passo les hacia rendir la vida y la menor reducida á esqueletos, determinó volverse á Quito, en cuyo viage se le doblaron los trabajos, y con muy pocos compañeros llegó á aquella ciudad en el año de 1542 sin haver conseguido por su parte otra cosa mas que reconocer aquellos rios y el país contiguo á ellos, triunfo muy corto, donde tanto huvo que sufrir y fueron los trabajos tan estraños y tan lastimosas sus consequencias.



900 Este fue el primer descubrimiento que con toda formalidad se practicó para venir en conocimiento del rio Marañón; y si por él no consiguió Pizarro tan completo el logro como lo deseaba su eficacia y correspondia á el celo de su diligencias, fue instrumento, á lo menos, para que enteramente se consiguieses, y debe atribuirse á la resolucion con que, atropellando dificultades y haciendo desprecio de las incomodidades y peligros, la emprendió el éxito que en ella tuvo Orellana, como uno de sus soldados, pues, navegandolo este enteramente, dió las primeras luces de lo que hasta entonces era de todos desconocido en aquel rio, descubriendo el dilatado país que corren sus aguas, la muchedumbre de islas que se forman en la distancia de su curso y la abundancia y diversidad de naciones que lo habitaban. Y para que estas noticias no se echen menos aqui, daré razon de lo que entonces reconoció.



901 Francisco de Orellana, confirmado en el dictamen de seguir su viage el rio abaxo, empezó á caminar por él á principio del año de 1541 y, reconociendo varios pueblos y naciones situadas en sus orillas, trató de pez con muchas de ellas y, inclinandolas á reconocer vassallage á los reyes de España, solemnizó el acto de su possession con la junta y consentimiento de los mismos caziques; con otras le fue preciso sostener porfiados combates porque le salian con canoas innumerables y muchedumbre de indios á embarazarle el passo por el agua y dificultar el que sus soldados pudiessen salir á tierra. Entre ellas, fue una la de cierta nacion tan belicosa que, mezcladas con los varones las mugeres indias, manejando con no menor destreza los arcos y las flechas y acometiendo con igual intrepidez que los hombres, daban muestras del mas esforzado valor; de aqui nació que Orellana les impusiesse el nombre de amazonas y que de ellas lo tomasse el rio, cuyo sucesso, segun la relacion del mismo Orellana, y el computo que por ella se puede formar de los sitios y señales de él se regula haver sido algo mas adelante de donde el rio Negro mezcla sus aguas con el Marañón. De esta suerte, continuó el viage hasta el 26 de agosto de aquel mismo año, que, por entre una multitud de islas, salió al mar y passó á la isla de Cubagua, aunque otros dicen que á la de la Trinidad, con el fin de venir á España á solicitar se le concediesse el titulo de governador de aquellos paises, siendo, segun su juicio, la distancia que navegó por el rio de 1800 leguas.



902 Siguióse á este descubrimiento otro aunque no tan completo, que, de orden del virrey del Perú, Don Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, emprendió Pedro de Orsua en los años de 1559 ó 1560. A este se le hizo gracia de aquel govierno y conquista; pero, apenas daba principio á ello, quando assi Orsua como los mas que le acompañaban, tuvieron desastrado fin muriendo á manos de la traycion, procedido todo del mal orden de su conducta, y quedó malograda la expedicion y perdidas las providencias que se havian dado para ella.



903 Por los años de 1602, teniendo emprendida antes el padre Rafael Ferrer, de la Compañía de Jesus, la mission de los Cofanes, baxó acia el Marañón, siendo curioso explorador por aquella parte del país y repitiendo su reconocimiento hasta la junta de los rios, á donde havia dexado Orellana á Hernando Sanchez de Vargas; con el examen que hizo, volvió á Quito é informó de lo que havia encontrado y de las muchas y varias naciones de aquellos distritos.



904 Al padre Rafael Ferrer se siguió el año de 1616 otro reconocimiento casual del mismo rio porque, siguiendo 20 soldados españoles de la ciudad de Santiago de las Montañas, en la provincia de Yaguarsongo, á unos indios que en la misma ciudad havian dado muerte á otros y retirandose tierra adentro, se embarcaron en el Marañón en unas canoas y, dexandose ir, llegaron á la nacion de los maynas, cuyos indios los recibieron de paz y con facilidad admitieron las platicas de dar la obediencia á los reyes de España y de pedir missioneros. Con la noticia que subministraron estos soldados en Santiago de la docilidad y buen genio de los maynas y de los deseos que manifestaban de ser christianos y de dexar la barbara rusticidad á que estaban reducidos, se le hizo informe al virrey del Perú, Don Francisco de Borja, principe de Esquilache, y por él merced de aquella conquista y governacion, intitulada de Maynas y el Marañón, á Don Diego Baca de Vega, vecino de la ciudad de Loja, despachandosele los titulos de ella en el año de 1618 y siendo el primero que obtuvo el empleo con formalidad, pues ni Gonzalo Pizarro ni Francisco de Orellana ni Pedro de Orsua, aunque con titulos de tales, llegaron á su goce por no haverseles proporcionado el hacer la conquista, sin la qual no havia sobre que pudiesse recaer.



905 A este descubrimiento se siguió el que en los años de 1635 y 1636 practicaron dos religiosos del orden Serafico, los quales, acompañando á otros de su misma religion, havian salido de Quito con expressa determinacion y anhelo de promover entre las naciones del Marañón la doctrina evangelica y reducir al gremio de la Iglesia sus paises; mas, no pudiendo todos sobrellevar las fatigas y trabajos propios de aquellos sitios y, en parte tambien, poco satisfechos de no conseguir el fruto á que aspiraban sus buenos deseos y celo, después de haver estado algun tiempo peregrinando por aquellas montañas, despoblados y malezas, se restituyeron los mas á Quito, quedandose solos dos, que fueron fray Domingo de Brieda y fray Andrés de Toledo, legos entrambos. Estos, con mas fervor en el logro de aquella conquista, mas animosos y fuertes ó mas estimulados de la curiosidad, emprendieron el viage por aquellos vastos paises, acompañandolos en él seis soldados de una compañia, que, al cuidado y direccion del capitan Juan de Palacios, havia ido en la misma ocasion para sostener á los missioneros, de la qual se havian retirado los soldados con los religiosos que se volvieron á Quito y quedado solo el capitan y estos seis hombres, pero aquel rindió la vida dentro de pocos dias á manos de los infieles en uno de los reencuentros que se le ofrecieron.



906 Los seis soldados y los dos legos, que, con mas constante resolucion, atropellaron los peligros de unos sitios habitados de barbara gente, desconocidos totalmente y llenos de riesgos y precipicios, entrandose en una pequeña embarcacion, se ofrecieron á la voluntad de las corrientes y, despues de muchos trabajos, necessidades y conflictos, obtuvieron el lauro de su empressa llegando á la ciudad del Pará, que entonces era dependiente ó una con la capitanía del Marañón, y, residiendo su governador en San Luis, passaron á informarle de lo que havian descubierto y observado en su viage.



907 No conocia en aquel tiempo la Corona de Portugal otro soberano que el España; y, unidas ambas, ceñian las sienes de un mismo monarca, por el qual governaba la capitanía del Marañón Jacobe Reymundo de Noroña; celoso este en el adelantamiento de aquel descubrimiento porque conocia interessarse en ello el mejor servicio del rey de España, su principe, dispuso una flotilla de canoas, de que dió el comando el capitán Pedro Texeyra, á fin de que, subiendo por el rio, repitiesse su reconocimiento haciendo el examen con mayor formalidad. Dispuesto lo necessario para la jornada, salió la flotilla de las cercanías del Pará al 28 de octubre de 1637; y embarcandose en ella los dos religiosos, navegaron aquel rio con el trabajo que se puede considerar, siendo en contra la fuerza de sus corrientes, pero vencida con el tiempo y con la fatiga toda su oposicion, llegaron al puerto de Payamino el 24 de junio del siguiente año de 1638. Este lugar pertenece á la jurisdiccion del govierno de Quixos; y passando Texeyra con los religiosos y soldados á la ciudad de Quito, se informó de ello la Audiencia, y por esta se dió aviso al virrey del Perú, que lo era Don Geronymo Fernandez de Cabrera, conde de Chinchón, el qual, hecho capaz de todo, dió nuevas providencias para que se individualizassen mas las noticias de aquel rio, como se hizo en el reconocimiento que se practicó despues.



908 La disposicion del conde de Chinchón en este assunto fue que la flotilla portuguesa se restituyesse al Pará y que con ella fuessen sugetos de toda confianza, inteligencia y celo, que hiciessen con la mayor prolixidad el reconocimiento del rio Marañón, al qual, siendo tan grande, no bastaba el examen de unos solos sugetos ni el cuidado que se podia tener en uno ó dos viages, de modo que no faltasse mucho á la especulacion que adelantar é inquirir; y que concluida esta diligencia con atencion y desvelo, viniessen á España los que se ocupassen en ella á informar directamente al rey por medio de su Real Consejo de las Indias de lo tocante á aquellos paises para que, en su consequencia, se pudiesen dar las providencias mas acertadas y conducentes á la conquista y reducion de sus naciones. La eleccion recayó con general aplauso en los padres Christoval de Acuña y Andrés de Artieda, de la Compañia de Jesus, los quales, saliendo de Quito el 16 de febrero de 1639 y embarcandose en la armadilla, empezaron á navegar, durando su viage hasta el 12 de diciembre del mismo año, que llegaron al Gran Pará, de donde continuaron despues á España y desempeñaron muy completamente la confianza que de ellos se havia hecho.



909 Al fin del siglo passado se volvió á repetir el reconocimiento y examen de este gran rio pero entonces estaban tan conocido que la mayor parte de sus tierras se hallaban mejoradas con el establecimiento de las missiones que los padres de la Compañia de Jesus española teni an fundadas en ellas. El govierno de Maynas estendia su jurisdiccion sobre muchas naciones, que, recibiendo la religion catholica por medio de el fervor con que estos padres se la predicaban, havian dado la obediencia á los reyes de España; y sus orillas, frequentadas antes solo de indios como fieras, yá se havian transmutado en poblaciones bien dispuestas y ordenadas, donde vivian racionales. A estas mejoras no havia contribuido poco el mismo que practicó la diligencia de perfeccionar el reconocimiento del rio, el padre Samuel Fritz; este, pues, entrando á predicar á aquella gentilidad, fue de ella muy bien recibido el año de 1686 y, teniendo la felicidad en su ministerio de que á la dulzura de sus palabras no se resistiesse la rusticidad de aquellos entendimientos, logró en tiempo muy corto convertir naciones muy crecidas. El continuo afan y las fatigas incessantes de ir de unos sitios á los otros, caminar por montañas ásperas y atravesar caminos incomodos, tan presto por tierra con peligros imponderables como por agua con insufribles incomodidades, la quebrantaron la salud de tal suerte que llegó á postrarse; y teniendo por mas dificil recurso para curarse el de Quito que el del Pará, como efectivamente lo era, se dirigió á el ultimo por enero del año de 1689 llegando á esta ciudad el 11 de septiembre del mismo año; allí le fue preciso detenerse no solo el tiempo que tardó en recuperarse sino tambien aquel en que se huviessen de evacuar algunos assuntos que sobrevinieron y pedian mayor demora, hasta recibir noticia de sus resultas de la Corte de Lisboa.



910 El dia 8 de julio de 1691 salió del Pará el padre Samuel Fritz para restituirse á sus missiones, que se estendían entonces desde la boca del rio Napo hasta mas adelante del Negro y comprehendian las naciones de los indios omaguas, yurimaguas, aysuares y otras diversas comarcanas, las mas quantiosas de todo aquel rio; el 13 de octubre del mismo año volvió á entrar en el pueblo nombrado Nuestra Señora de las Nieves, principal de los de la nacion yurimagua, y, haviendo visitado todos los demás hasta el numero de 41, muy grandes y de bastante gentío, que tenia á su cargo, passó, llevado de otros cuidados, al pueblo de la Laguna, cabeza de todas aquellas missiones de el Marañón, en donde residía el superior de ellas, y de este á la ciudad de Lima á informar al conde de la Moncloa, que entonces ocupaba la dignidad de virrey, del estado de aquellos paises. Este viage emprendió por el rio Guallaga, entrando desde él en el Paranapura; de allí passó á Moyobamba y á Chachapoyas, Caxamarca, Truxillo y Lima.



911 Evacuados en Lima los assuntos de su viage, volvió el padre Samuel Fritz á sus missiones en agosto de 1693, dirigiendose á ellos por la ciudad de Jaén de Bracamoros con el fin de instruirse mejor en el curso y disposicion de los rios que de aquellas partes del sur se encaminan al Marañón; con cuyas luces, las que adquirió en su primera entrada y las que le subministró la repeticion de los viages que continuamente se le ofrecian, dispuso el mapa de aquel rio, que se gravó en Quito el año de 1707; y aunque su exactitud no fuesse tanta como podia desearse por haver carecido este padre de instrumentos adequados para observar las latitudes y longitudes de los parages mas principales, conocer la direccion de los rios y determinar las distancias que sus aguas corren en cada una; con todo, fue acreedor de la mayor estimacion porque hasta entonces no se havia hecho otra donde se viesse el origen y curso de todos los que se juntan en aquella anchurosa madre y el camino que por esta hacen sus aguas hasta salir al mar:



III. Dase noticia de las conquistas hechas en el Marañón, de las missiones establecidas en él y alguna razon de las naciones que pueblan sus orillas con otras particularidades que en él se hallan dignas de atencion



912 A los descubrimientos de este famoso rio y á el examen de sus paises y naciones, se siguió la conquista de las que habitan sus orillas y las muchas islas que forman sus aguas. Yá se ha visto el mal sucesso que tuvo la expedicion de Gonzalo Pizarro promovida con este fin; la de Orellana no logró mas feliz sucesso quando, en consequencia de la merced de aquella governacion, volvia á plantificarla porque no llegó el caso de conseguirlo; Orsua pereció desastradamente, y de su desgracia participaron muchos de los que lo acompañaban. Assi, passaremos ahora á reconocer el mas favorable éxito que tuvo en este particular Don Diego Baca de Vega, de quien yá se hizo mencion.



913 Conferido á este el govierno de Maynas y el Marañón con la segura confianza que yá tenia en la amistad de los indios maynas, cultivada desde que los soldados de Santiago dieron principio á la comunicacion con ellos, entró á sus tierras y, llevando alguna gente en su compañía, hizo la fundacion de la ciudad de San Francisco de Borja en el año de 1634, erigiendola cabeza de todo el govierno, prerrogativa que justamente mereció tanto por haver sido la primera poblacion de todo él quanto porque sus indios se distinguieron en la amistad con los españoles desde que llegaron á sus paises; y, reconociendo la madurez y capacidad de Don Diego Baca de Vega que el genio y natural de aquellas naciones mas bien necessitaba de prudencia y blandura, acompañadas con alguna autoridad para hacerse respetable, que de rigor ó severidad, lo hizo presente á la Audiencia de Quito y á la religion de la Compañía, por quienes le fueron destinados los padres Gaspar de Cuxia y Lucas de Cuebas, que entraron en Maynas el año de 1637, siendo tan considerable el fruto de almas que experimentaron á la primera insinuacion de sus sermones que, no siendo bastantes ellos solos para recoger todo el que se les ofrecia, ocurrieron á Quito pidiendo se les embiassen otros compañeros; y, assi, se fue acrecentando continuamente el numero de los missioneros, á proporcion que era mayor el de las naciones que, dexando los montes y desechando la fiereza, con docilidad suma salian á buscar la luz del Evangelio, y á su respeto se aumentaban los paises porque, dando la obediencia á los reyes de España, compensaban con el vassallage los cuidados de su conversion.



914 De este modo, fueron creciendo las missiones y el numero de los pueblos, entrando en aquellas apartadas regiones á un mismo tiempo la religion catholica y el señorío de los reyes de España, pero con mas favorable progresso desde el año de 1686 que fomentó esta causa la grande actividad y celo del padre Samuel Fritz. Este llevó determinadamente su destino para la nacion de los omaguas, cuyos indios, teniendo noticias por medio de los cocamas del buen trato y del acierto con que los missioneros de la Compañia les enseñaban á vivir con leyes justas y policia no conocida de ellos hasta entonces y que, por este medio, se hallaban mejoradas su nacion y las otras que se havian convenido en recibir su govierno, passaron en el año de 1681, estimulados de estos informes, al pueblo de la Laguna, perteneciente á cocamas, y pidieron quien los doctrinasse al padre Lorenzo Lucero, que era entonces superior de las missiones. Este, aunque por lo primero no pudo concederles tanto bien porque no havia entonces en ellas mas padres que los que tenian destino en pueblos de otras naciones, les ofreció que, luego que de Quito passassen algunos, embiaría uno para que los instruyesse en la doctrina de la religion y enseñasse á vivir con cultura y régimen mas racional.



915 Los omaguas no descuidaron en la solicitud ni dieron tiempo á que pudiesse olvidarse la promessa por parte del padre Lorenzo Lucero porque, el punto que supieron haver llegado de Quito á la Laguna nuevos missioneros, y entre ellos el padre Samuel Fritz, se adelantaron á reconvenir se les cumpliesse la oferta y, en la seguridad de su logro, passaron con mas de 30 canoas al pueblo de la Laguna para recibirlo y llevarlo á sus paises, dando tales muestras de estimacion que, no permitienddo pisasse la tierra, al ir llegando á los pueblos, lo conducian sobre sus hombros, y en esta demostracion se engrandecian tanto que solo los caziques eran los que reservaban para sí tal privilegio, como honor que no debia ser comun á todos. A proporcion de estos anhelos y demostraciones, correspondieron los efectos en el fruto copioso de la conversion, y, assi, en muy poco tiempo passó á ser christiana toda aquella nacion, abrió los ojos del entendimiento y conoció al Dios verdadero, ofrecióle culto en la legitima religion, sacudió la rusticidad é ignorancia en que antes vivia y se reduxo á leyes justas, cultas y politicas, á cuyo exemplar varias naciones comarcanas practicaron lo mismo, entre ellas los yarimaguas, aysuares, banomas y otras, acudiendo de su motu propio al padre Samuel Fritz á que les enseñasse á vivir con el orden y buen methodo que lo practicaba con los omaguas. De este modo, dando voluntariamente la obediencia á los reyes de España, acudian las naciones enteras á sujetarse á la soberanía de nuestros principes, y se conquistaron todos los paises que corren desde el Napo hasta mas abaxo del rio Negro sin haver sido necessario en todo lo que el govierno de Maynas comprehende emplear para ello las armas. Tantas eran las naciones que lo reconocian hasta el fin del passado siglo que solo el padre Samuel Fritz en las suyas, bastantemente quantiosas y estendidas, apenas tenia tiempo, sin cessar en todo el año, para visitar en su discurso una vez cada pueblo de los que las componian, y además estaban al cuidado de otros missioneros las naciones de los maynas, xébaros, cocamas, panos, chamicuros, aguanos, muniches, otanabes, roamaynas, gaes y otras muchas, cuyos nombres se omiten por no ser tan considerables ni de tanta extension. Y á este respeto eran las demás missiones.



916 Yá queda visto que hace cabeza en el govierno de Maynas la ciudad de San Francisco de Borja, cuya latitud es austral de 4 grados 28 minutos y está al oriente del meridiano de Quito 1 grado 54 minutos. La capacidad, disposicion y formalidad de ella es conforme á la que queda dicha de las ciudades pertenecientes al govierno de Jaén, y su vecindario, tan corto que, aunque compuesto de messtizos y de indios y donde el governador de Maynas y el Marañón debe hacer su residencia, es mas reducido que el de Jaén de Bracamoros.



El pueblo principal de las missiones, en que debe residir de continuo el superior de ellas, es Santiago de la Laguna, como queda advertido, cuya situacion es á la orilla oriental del rio Guallaga, y los que componen en los tiempos presentes aquellas missiones, siendo de pendientes del govierno de Maynas y en lo espiritual del obispado de Quito, son los siguientes. En el rio Napo, San Bartholomé de Necoya, San Pedro de Aguarico, San Estanislao de Aguarico, San Luis Gonzaga, Santa Cruz, El Nombre de Jesus, San Pablo de Guajoya, El Nombre de Maria, San Xavier de Icaguates, San Juan Bautista de los Encabellados, La Reynna de los Angeles y San Xavier de Urarinas; en el rio Marañón ó de las Amazonas, la ciudad de San Francisco de Borja, San Ignacio de Maynas, San Andrés del Alto, Santo Thomás Apostol de Andoas, Simigaes, San Joseph de Pinches, La Concepcion de Caguapanes, La Presentacion de Chayabitas, La Encarnacion de Paranapuras, La Concepcion de Xébaros, San Antonio de la Laguna, San Xavier de Chamicuro, San Antonio Abad de Aguanos, Nuestra Señora de las Nieves de Yurimaguas, San Antonio de Padua, San Joaquin de la Grande Omagua, San Pablo Apostol de Napeanos, San Phelipe de Amaonas, San Simón de Nahuapo, San Francisco Regis de Yameos, San Ignacio de Pevas y Caumares, Nuestra Señora de las Nieves y San Francisco Regis de Baradero.



917 Además de estos pueblos fundados de mucho tiempo acá, hay otros en no corto numero empezados á formar, y sus indios son de distintas naciones que los nombrados. Hay tambien otras varias muy crecidas ó yá inmediatas á las orillas de los rios que dan sus aguas al Marañón ó yá algo retiradas de las playas; y de estas y aquellas, algunas que tienen correspondencia y amistad con los missioneros españoles y con la gente que habita en las poblaciones de indios christianos, con quienes comercian, y del mismo modo con los españoles y mestizos establecidos en Borja y en la Laguna.



918 Todas estas naciones de indios, cuyas costumbres, semejantes en parte, no lo son tanto que guardan entera uniformidad entre sí, se diferencian mucho mas en el lenguaje porque cada una suele tener el suyo particular, bien que hay muchas que se assemejan y algunas que no se apartan tanto como otras de la lengua general del Perú. Entre todas, se hace particular la de los indios yameos por lo dificil de su pronunciacion y lo árduo de su inteligencia; al contrario sucede con la de los omaguas por ser la mas facil, comprehensible y suave al oido. A proporcion de sta diferencia en el lenguage, se han dexado percibir entre aquellas naciones del Marañón algunas particularidades en su trato y racionalidad que han dado á conocer la dde su mayor aptitud; assi, en los omaguas se notaban, aun antes de reducirse, algunos visos de posseer mas desembarazado y libre de ignorancias el entendimiento, y, mas que en ellos, se advertia esta particularidad en los yurimaguas. Aquellos vivian con algun genero de policia, reducidos á pueblos y con obediencia á sus curacas; no estaban tan entregados á la barbaridad ni eran sus costumbres licenciosas y desordenadas como por lo regular en los indios y los yurimaguas, formando como especie de republica entre toda la nacion, observaban algunas leyes de govierno; en la policia, no obstante, llevaban la preferencia los omaguas porque, además de vivir en union muchos juntos, usaban alguna mas decencia para cohonestar la desnudez de su cuerpo, en que los otros no ponian algun cuidado. Esta corta disposicion con que una y otra nacion se hallaba para acercarse á las costumbres y vida racional fue la que contribuyó á que no repugnassen admitir las leyes divinas y humanas; con que, les mejoró el celo de los padres de la Compañia porque les fue facil llegar á comprehender la verdad y razon de lo que se les predicaba y á conocer por malo lo que ellos practicaban en una vida casi de irracionales.



919 Entre las varias y particulares costumbres que cada una de aquellas naciones usa, lo es en los omaguas como gala y distintivo especial la de aplanarse las cabezas por la frente y el cerebro en tal modo que les quedan monstruosas, pues la frente crece acia arriba al passo que se pone chata; y assi continuando, desde el nacimiento de la nariz hasta el principio del pelo, viene á ser mayor el espacio que hasta la punta de la barba; y por la parte posterior, de la misma forma; en los costados queda sumamente angosta á causa de que todo lo que con la opression crece acia arriba, dexa de ensancharse á lo regular. Esta moda, que fue antigua en ellos, la conservan todavia y la usan con tanto rigor que hacen mofa de las otras naciones, entre quienes no se halla introducida, llamandoles por vilipendio cabezas de calabazo. Para ponerlos chatas, los omaguas las entablillan á las criaturas desde que nacen y se las van amoldando, con cuya diligencia las reducen al estado en que las quieren poner.



920 Otra nacion de indios hay entre aquellas que obstante la bizarria en llenarse los labios, tanto inferior como superior, las ternillas laterales de las narices, la barba y las mexillas de agugeros, y en ellos meten despues plumas de pajaros ó flechillas de 8 á 10 pulgadas de largo, con lo qual hacen la mas horrible figura que se puede imaginar porque todo el rostro parece puerco espin con semejantes adornos. Otros se particularizan no menos por sus monstruosas orejas, las quales hacen crecer de modo que su loba inferior llegue casi á tocar sobre el hombro, y de aqui les hace el nombre de orejones con que son distinguidos; para lograr esta extension, abren en las orejas un agugero pequeño, y, á fuerza de ir metiendo cosa mas gruessa en él, se vá agrandando hasta que llega al estado que queda dicho, y, á proporcion que él se hace mayor, se engruesa todo al rededor la loba de la oreja. A este respeto, se pintan algunos, yá en parte yá todo el cuerpo, y tienen diversas costumbres y modales no menos estrañas que particulares con las quales se diferencian entre sí.



921 Haviendo yá dado la descripcion de este gran rio y de los pueblos y naciones que lo habitan, no será razon passar en silencio las demás particularidades en los pescados estraños que en él se reconocen, aves y animales que pueblan sus orillas ú otras que sean acreedoras á la mayor atencion. Entre las varias especies de pescados que allí se notan, hay algunos amphibios, como lo son los lagartos ó caymanes y las tortugas, de cuyas dos especies están las playas y las islas sumamente pobladas, siendo las tortugas de tan gustosa carne que se hacen estimables con preferencia á las de mar. Entre los pescados, se particulariza el pexe buey ó baca marina, por cuyo nombre se descifra la similitud que en parte se le observa con el ganado bacuno; es de las mayores especies que se crian en los rios, pues suele tener de largo de 3 á 4 varas y proporcionado el gruesso; su carne es muy gustosa y, segun el sentir de los que la han comido, no difiere mucho de la de baca. Sustentase con la yerba que nace en las orillas, pero no sale del agua para comerla porque la estructura y disposicion de su cuerpo no se lo permite. La hembra tiene tetas con que alimenta á sus hijuelos. Y aunque algunos han pretendido darle mayor semejanza á la especie terrestre de su nombre, ni tiene cuernos ni pies como ellos, sí solo dos aletas, con las quales, al passo que le sirven para nadar y governarse en el agua, se asa en las orillas interin que está cogiendo el pasto.



922 El modo que tienen los indios en general para hacer allí la pesca es con yervas, en la misma forma que queda dicho hablando del rio Guayaquil, ó con flechas envenenadas, y la actividad de estas es tal que, llegando á herir y sacar sangre, aunque sea ligeramente, queda muerto el animal; con la misma industria hacen las cazerías; y con tanta destreza y prontitud uno y otro que es muy raro el tiro que pierden en ellas. La composicion del veneno de que se sirven consiste principalmente en el jugo de un bejuco como de quatro dedos de ancho y chato por los dos lados, cuyo color exterior se inclina algo á musco; este se cria en los lugares muy humedos. Y para hacer el veneno, lo cortan primero á pedazos, lo machacan un poco y ponen á cocer, danle punto, y despues se coagula; con él untan la punta de la flecha y, si esta seco por haver passado dias de haverle untado, la humedecen con saliva; su qualidad es frigidissima y con ella hace retirar repentinamente toda la sangre que circula al corazón, y, no cabiendo por su abundancia en los vasos de él, los rompe y se quaxa. Lo particular en esto es que, comido no solo el animal muerto pero la misma sangre coagulada, no causa efecto perjudicial á la salud. La trisca mas poderosa contra este veneno es el azucar comido inmediatamente á haver recibido la herida, pero no parece sea tan infalible que, si en repetidas ocasiones ha surtido efecto, en otras experiencias no haya quedado burlada la virtud creida del especifico por la malignidad de tan eficaz enemigo.



923 Las orillas y campañas de este famoso rio y de los demás que concurren á él encierran en sus espesas y empinadas arboledas maderas de todos colores, de fortaeza grande y hermosura, unas tirando á blancas, otras inclinandose á obscuras, coloradas algunas, y jaspeadas las que enteramente no son de un color ni de otro. Entre estas, las hay que destilan resinas muy fragrantes ó gomas muy medicinales y raras, y otras tambien que dan sazonados frutos, delicados al gusto y saludables. Con solo el cultivo que subministra allí la naturaleza y el vicio de aquellos campos, se cria en ellos el cacao silvestre no con menos abundancia ni inferior en calidad á el que se ha dicho nacer en las jurisdicciones de Jaén y de Quixos, cogese tambien mucha zarza parrilla, baynilla muy fragrante y delicada y corteza, que llaman de clavo porque, semejandose en la figura á la canela aunque en el color es algo mas obscura, tiene el mismo gusto y olor que el clavo de la India oriental.



924 En cuanto á animales quadrupedos, aves, reptiles y insectos, los hay en aquellas montañas de tantas especies como quedan explicadas en las descripciones de los paises cálidos, y son comunes en él los que tambien se notan en los de Jaén y Quixos, no abundando menos en los unos que en los otros. Y porque, además de los que se han explicado, se particulariza uno entre los reptiles, concluiré con sus noticias el assunto de este capitulo.



925 Registra la vista en los territorios contiguos al Marañón una culebra de magnitud tan disforme quanto estraña en las propiedades que algunos le atribuyen. Asseguran muchos, para dar á entender su corpulencia, que se traga ó engulle entero qualquier animal y que la capacidad de su gaznate y boca es tanta que executa lo mismo con un hombre; lo mas singular que de ella refieren viene á ser que contiene en el aliento una virtud atractiva de tal eficacia que, sin moverse de un parage, arrastra á sí qualquier animal que llega á encontrarse dentro de aquellos terminos adonde puede alcanzar la vehemencia de su atraccion, cosa que no dexa de hacerse repugnante á la credulidad. Danle el nombre de yacumama, que significa madre de agua, y esto originado de que, por habitar en los lugares donde hay lagunas ó muchas humedades, se puede regular en algun modo, aunque no perfectamente amphibio. Lo que yo puedo decir sobre este assunto, haviendolo examinado con algun cuidado por informes los mas seguros, es que su magnitud excede á lo que parece regular. Segun las noticias de algunos sugetos dignos de todo credito que la han visto en provincias pertenecientes á los reynos de Nueva España, donde tambien la hay, concuerda lo que estos dicen tocante á su corpulencia con lo que se sabe de la del Marañón, mas en la virtud de atraer no se conforman.



926 En el supuesto algo fundado de que podemos al presente suspender el juicio y no dar entero credito á todas las particularidades que se le atribuyen á este animal, segun las propone la vulgaridad, y en el conocimiento de que esta muchas veces es conducida á una idea que lisongea á la admiracion con lo que tiene de raro, sin detener la consideracion á examinar con solidez su incertidumbre, me será aqui permitido que, variando los accidentes solo en alguna parte, indague la causa, y, por ella, con medios menos repugnantes se venga en conocimiento de las propiedades que se hacen dificiles quando no se hallan sostenidas de ciertas experiencias, pero sin pretender yo que prevalezca mi sentir, pues dexo á la prudente estimacion de cada uno que dé assenso á lo que juzgare mas digno de él, advirtiendo que no puedo assegurarlo de otra suerte que por las noticias adquiridas de los que la han visto, sin haver sidome facil hacer experiencias en su comprobacion.



927 Dicese, pues, que assi el largo de esta culebra como el gruesso de su cuerpo es, sin mucha diferencia, semejante al tronco de un arbol envegecido en el suelo, á quien despues de tiempo le faltó el nitrimento por medio de sus raices, que al rededor de toda ella cria una especie de barba, como las que tienen los arboles silvestres, sin duda del polvo y lodo que se le pega y humedece ó seca con el agua y sol; con ella forma una delgada costra contra las escamas y duras conchas que la guarnecen; contribuye á que essta crezca, y tenga permanencia la quietud y lento movimiento con que anda pues, interin que la necessidad no le precisa á buscar el alimento, se mantiene inmoble muchos dias en un lugar y, quando muda de sitio, es casi imperceptible su passo y vá dexando un rastro en el suelo como el de un gran madero que se arrastra por él.



928 El aliento que despide de sí es tan ponzoñoso que, embriagando con él á la persona ó animal que está en el camino por donde lo dirige, lo hace moverse acia ella involuntariamente hasta que, teniendolo cerca, se lo traga. Esto dicen y adelantan que el modo de librarse en semejante tronco es cortando el tal aliento, quando se empieza á sentir, con un otro cuerpo que, passando violentamente por medio, lo divida y rompe, lo qual, executado, puede, el que empezaba á padecer, tomar otra senda y salir del peligro. Todo esto bien considerado tiene mas visos de fabula que apariencias de realidad, como el mismo yá citado Mr. de la Condamine dá á entender en su relacion, y las propias circunstancias con que se pinta apartandolo de la regularidad lo hacen inverosimil; pero con poco que se varíen, se encontrará á mi parecer menos repugnancia, y de una cosa que, considerada en esta forma, trae consigo muestras de fabulosa, otra que casi se haga natural.



929 No debemos oponernos á que pueda ser de tal calidad el efecto de su aliento que embriague al que lo perciba, pues vemos que los orines del zorrillo tienen la misma propiedad y que se experimenta muy frequentemente en los bostezos de las ballenas ser tan fétidos algunas ocasiones que no se pueden sufrir y perturban el sentido; á correspondencia, pues, de esto, no encuentro yo dificultad en que el aliento de esta culebra tenga la propiedad que se le atribuye y que por su medio consiga el sustento que su gran lentitud o puede facilitarle de otro modo, pues, perdiendo los sentidos el animal que percibió aquel envenenado olor y no quedandole arbitrio para huir ni libertad para continuar su rumbo, antes bien, dexandolo inmovil, es regular vaya la culebra con su tardo movimiento acercandose á él hasta que lo tenga á tiro para cogerlo y engullirlo. En lo demás, tocante al corte del aliento y que solo el camino por donde lo despide sea el dañoso, son assuntos á que solo se puede dar assenso faltando el conocimiento del origen y propagacion de los olores. Lo mas de esto fue con vulgaridad supuesto de aquellas incultas gentes y creido de los otros con buena fé porque ninguno, por satisfacer la curiosidad, se havrá arrojado al peligro del examen.