Comentario
CAPITULO IV
Del recebimiento que hace Lima á sus virreyes, fiestas
y funciones con que se le obsequian, pompa y
suntuosidad de esta ceremonia y otras annuales
104 Luego que llega el virrey á desembarcar en el puerto de Palta, que dista de Lima 204 leguas, despacha una persona de toda distincion ó yá de los de su comitiva ú otro particular para que passe á Lima con el caracter de su embaxador y, por medio de una carta politica, le participa al que está en possession su llegada y de haverle el rey conferido el govierno de aquel reyno; llegado este á Lima, corresponde con un chasqui ó correo el que concluye, dandole la bienvenida, y, al despedir al embaxador, le obsequia con una joya de valor y la gracia de uno ó dos corregimientos de los que á la sazon se hallan vacantes para que passe á servirlo, si no lleva ocupacion que se lo estorve, ó nombre theniente que lo execute por él. El corregidor de Piura recibe en el mismo puerto de Paita al virrey y, teniendo prevenidas literas correspondientes á su persona y familia, le subministra todas las que ha menester, vagages y lo demás necessario hasta que llegue á la jurisdiccion inmediata; hace formar ramadas en aquellos sitios despoblados donde han de hacer parada y lo comboya costeando los repuestos hasta que el corregidor inmediato le releva de la obligacion. Llega por ultimo á Lima y, sin detenerse, passa en derechura, atravessando la ciudad como de oculto, al puerto del Callao, que es el inmediato y distante de ella dos leguas y media; allí le reciben y reconocen uno de los alcaldes ordinarios de Lima, nombrado para este fin, y los oficiales militares hospedandolo en el palacio que tienen los virreyes, el qual se adorna para este caso con toda ostentacion. Al siguiente dia le van á cumplimentar todos los tribunales, seglares y eclesiasticos, á quienes recibe debaxo del dosel, dando principio á esta ceremonia la Audiencia, á la qual siguen el tribunal de Quentas, el cabildo eclesiastico, el secular y el consulado; despues continuan los inquisidores, tribunal de Cruzada, prelados de las religiones, colegios y personas de lustre. Este dia le acompañan en la ostentosa mesa que el alcalde le hace servir los oidores, y á su familia, todos los sugetos distinguidos que gustan de hacerles este cortejo. En la noche, se le representa una comedia, y hay franqueza para que todas las señoras y demás mugeres entren de tapadas, como lo acostumbran á ver al nuevo virrey.
105 El dia siguiente, que es el segundo de su llegada, sale en un coche que, como para tal personage, tiene prevenido la ciudad y llega hasta la capilla de la legua, assi llamada por estar en la mitad de la distancia que hay desde el Callao á Lima; allí se haya ya el virrey que acaba y, saliendo de sus coches uno y otro, hace este la ceremonia de entregarle un bastón en señal de que le passa el mando del reyno; concluido lo qual y hecho aquel regular cumplimiento que dicta la urbanidad, se separan, y sigue cada uno su camino.
106 Si el que llega tiene animo de hacer su entrada publica en Lima dentro de pocos dias, se vuelve al Callao, en donde permanece hasta el determinado; pero siendo mas regular el que media, algun tiempo interin se hacen las prevenciones necessarias para ella, passa á Lima y, desde luego, se aloja en su palacio, cuyo adorno está al cuidado del mas moderno oidor y del alcalde ordinario.
107 Señalado el dia para la entrada publica, limpias y colgadas las calles y adornadas en distancias con varios arcos de triunfo, en que no luce menor el arte que la riqueza, passa el virrey oculto á las dos de la tarde á la iglesia y monasterio de Monserrate, el qual queda separado de la calle por donde ha de empezar la estacion por medio de un arco y de una puerta; juntos los que han de componer el acompañamiento, monta el virrey y toda su familia en cavallos que para esta ceremonia les previene la ciudad y, abriendose las puertas, vá á incorporarse y cerrar la marcha del concurso, la qual sigue con este orden. Dan principio las compañias de milicias, despues los colegios, la Universidad, cuyos doctores van en el trage correspondiente de Universidad, el tribunal de Quentas, la Audiencia á cavallo con gualdrapas y el cabildo secular, vestido con ropones de terciopelo carmesí forrados en brocado del mismo color y gorras, trage que solo usa en esta funcion. Los individuos del ayuntamiento que van á pie llevan las varas de un palio, baxo del qual entra el virrey, y los dos alcaldes ordinarios, que tambien visten del mismo modo, sirven de palafreneros, llevando asida cada uno la brida del cavallo de su lado. Esta ceremonia, aunque está prohibida por las leyes de Indias, se observa no obstante con la puntualidad que queda descrita porque, siendo costumbre tan antigua, no se han conformado en innovarla aquellos regidores por no minorar el obsequio á los virreyes ni atreverse ninguno á ser el primero en abolirla.
108 El passeo que hace el virrey en esta forma es algo dilatado porque rodea varias calles hasta que ultimamente entra en la plaza, donde la tropa ocupa la fachada opuesta á la cathedral; apease en esta, y lo reciben á su puerta el arzobispo y cabildo eclesiastico, y, entrando en la iglesia, se canta el Te Deum solemnemente, para lo qual, assi el virrey como los tribunales ocupan los lugares que les corresponden; y concluida esta funcion, vuelve á montar á cavallo y se encamina á su palacio, desde el qual es conducido por la Audiencia al gavinete, donde se le sirve un magnifico refresco, que tambien es general á toda la nobleza que se halla en los salones.
109 Al siguiente dia vuelve á la cathedral por la mañana en su coche con el séquito y ostentacion que se acostumbra en todas las fiestas de tabla ó funciones publicas, y se reduce á marchar toda la compañia de guardias de cavalleria, los tribunales en sus coches y, ultimamente, el virrey y su familia seguido de la compañia de alabarderos. La iglesia se adorna para este acto con la mayor suntuosidad y grandeza que es possible; el arzobispo oficia de pontifical la missa de gracias, y uno de los mayores oradores de aquel coro predica. De allí se vuelve al palacio, donde le corteja toda la nobleza, y lucen con emulacion las galas y riquezas. En la noche de este dia y las de los dos siguientes se repite el refresco con la mayor abundancia y delicadeza que es imaginable, y los dulces y helados, siendo exquisitos, se sirven á las señoras y cavalleros con grande magnificencia en primorosas vagillas de plata. En ellos hay permisso para que concurran al palacio en sus salones, galerías y jardines todas las señoras y tapadas de la ciudad y puedan lucir entre mil agudezas los chistosos ofrecimientos, la prontitud de los dichos y los secretos discursos que, como parto de sus sutiles entendimientos, dexan confuso y admirado al mas advertido forastero.
110 A todo este obsequio y cortejo sigue el de la diversion de las corridas de toros que previene la ciudad; y determinado el tiempo en que se han de hacer, se empiezan y duran cinco dias, los tres primeros por el virrey, y los dos ultimos en obsequio del embaxador que embió dando el aviso de su llegada y del distinguido honor que el soberano le hizo en conferirlo aquel govierno. Este embaxador, que como queda yá advertido es persona de sobresaliente calidad, hace su entrada en Lima á cavallo el mismo dia que llega, y la nobleza, noticiosa yá de ello, le sale á recibir y acompañar hasta el palacio, de donde lo conduce despues al hospedage que le tiene preparado, á lo qual debian seguir inmediatas las fiestas de su recebimiento pero, por no embarazarse con ellas quando tiene aquella ciudad que assistir á las demás prevenciones del recebimiento del virrey, se difieren para hacerlas todas juntas.
111 Concluida la celebridad de los toros, siguen despues las ceremonias de reconocerlo por vice patron real la Universidad, los colegios de San Phelipe y San Martin y todas las comunidades de religiosos y monjas, donde no menos que lo antecedente brilla la ostentacion, se demuestra la riqueza, y llega á todo su auge la liberalidad en los costosos y exquisitos premios con que se recompensa á aquellos ingenios que mas se distinguen en los aplausos del virrey; y porque estas funciones elevan mas el explendor de esta ciudad en la pompa con que se practican y no están muy conocidas en Europa, creo que no será molesto el que me alargue en referirlas por su orden.
112 Empieza la ceremonia la Universidad, y para ella dispone su rector un certamen poético, obra que se distingue no menos por su idea que por su erudicion; despues de publicado con los assuntos y premios que se han de dar á los que mas bien desempeñaron el assunto á que se inclinaren, passa á ponerlo en noticia del virrey y á saber el dia en que gusta recibirse; y estando determinado y adornado todo con la mayor pompa que es possible, en el atrio principal, donde en suntuosos aparadores sobresale la riqueza de los premios por su orden y los bien sutilizados conceptos en los pilares ó columnas estampados en muy lucidas targetas y primorosas molduras, se hace el recebimiento en esta forma.
113 Llegado el virrey, entra en el atrio y toma assiento en la silla rectoral, que para este caso se procura adornar con la mayor magnificencia; enfrente de ella está la cathedra, desde la qual, bien sea el rector, á quien le corresponde, ó, en defecto suyo, otro sugeto de los mas distinguidos de aquel sabio cuerpo, le hace una bien dispuesta arenga, cuyo objeto es manifestar la complacencia de toda la Universidad en merecerle por protector; la qual concluida, se vuelve el virrey á su palacio, adonde en el siguiente dia le lleva el rector el libro del certamen poetico forrado en terciopelo, con cantoneras de oro, acompañado de una alhaja, cuyo precio nunca baxa de ochocientos á mil pesos.
114 Como el principal deseo de aquella Universidad es obsequiar al virrey y á su familia en esta funcion, dispone el rector que.las tarjetas principales ó poemas de los primeros premios se hagan en nombre de sugetos que componen lo mas lucido de la familia para que assi vayan á recaer en ellos los correspondientes que están en primer lugar y, consiguientemente, los de mayor estimacion y valor; y como siendo doce los assuntos del certamen, hay tres premios para cada uno; quedan los dos ultimos para los demás ingenios dependientes de la Universidad, que se distinguen entre los muchos que componen. Las alhajas que sirven de premio son todas de plata y sobresaliente valor, yá por el intrinseco de la materia y yá por el primor de sus hechuras, que se procura sean exquisitas.
115 Con el mismo orden que la Universidad, siguen su obsequio los colegios de San Phelipe y San Martin, diferenciandose solo en que no hay certamen poetico publico.
116 Despues continuan las religiones por el orden de antiguedad de su establecimiento en las Indias; estas dedican al virrey conclusiones publicas sustentadas por los lectores mas hábiles y que desean ser postulados para obtener el grado de maestros; assiste el virrey á todas, y cada replicante le hace, antes de arguir, un gran elogio.
117 Las superiores de los conventos de monjas le embian la enhorabuena y, quando vá á visitarlas en correspondencia, lo reciben con toda ostentacion cortejandole con un concierto de musica, en que lucen las mejores voces, y, al fin, le regalan las comunidades con aquellas cosas de mas curiosidad que se fabrican en ellas, segun lo permite el instituto de cada una.
118 A mas de estas solemnes funciones, que son las mayores que allí se hacen, hay otras annuales, las quales no menos acreditan la grandeza de la ciudad, como sucede por año nuevo en la eleccion de alcaldes, quienes, despues de confirmados por el virrey, salen en publico á cavallo la misma tarde acompañando á los lados de su carroza vestidos de golilla con mangas de tisu y joyas de mucho precio y, á su correspondencia, los jaeces de los cavallos. Esta salida, que es publica, lleva grande ostentacion pues concurren á ella las dos compañias de guardias de cavalleria y alabarderos, todos los tribunales en coches y, del mismo modo, el séquito del virrey, nobleza y señoras.
119 El dia de Reyes por la mañana y la vispera en la tarde sale el virrey á cavallo en publico, haciendo el passeo del estandarte real en memoria de la fundacion de la ciudad, que, segun queda advertido, se hizo en semejante dia. Las visperas solemnes se cantan en la cathedral, y se celebra la missa, terminandose la funcion con otro passeo publico semejante á el del dia de año nuevo.
120 Los alcaldes recien elegidos para el año hacen festejo publico en sus casas, cada uno por tres noches seguidas; y para que no se embaracen las funciones de ambos, se comparten tomando uno los tres dias inmediatos á la eleccion y el otro el de Reyes y los dos siguientes; con que, logran que el concurso sea mas numeroso y los gastos, mas crecidos y ruidosos, á cuyo respeto son todas las demás funciones que entre año celebra aquella ciudad, pues en ninguna es menor ni mas limitados los gastos, y de ellas se podrá conocer bastantemente el grado á que llega su magnificencia.