Época: Edad Moderna
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
El papel de las mujeres como promotoras artísticas

(C) Adán Ruiz



Comentario

Como colofón a esta síntesis de la dedicación femenina a la promoción artística hay que señalar el interés volcado por las mujeres dedicadas a la vida religiosa, tanto en comunidad como a título individual. Hay que destacar el gran volumen artístico que generaron, más si se tiene en cuenta, además de su calidad, el reducido número de monjas que vivieron en los conventos más promotores a lo largo de la época moderna. Las comunidades religiosas, con las abadesas a la cabeza, promovieron las obras de mayor envergadura, principalmente arquitectónicas -coros, retablos mayores y reformas- así como muchas religiosas, de forma personal, enriquecieron sobremanera a sus monasterios. Hay que decir de todas maneras que, aun estando pagadas las dotes, las religiosas podían recibir de sus familiares diferentes cantidades a lo largo de los años siguientes, por herencia o simplemente limosna.


Convento de San Leandro (Sevilla)

Convento de San Leandro (Sevilla)




Dentro del mundo de las religiosas se llega a dar el caso de monjas que además realizaban encargos para otros monasterios, como cuando doña Beatriz Suárez, monja del monasterio de San Leandro encargó el tabernáculo del Calvario de la parroquia de San Andrés, ambos de la capital hispalense. Los impedimentos de la clausura hacen que muchas veces no fuesen ellas mismas las que contratasen a los artistas, para lo cual se servían de algún mediador, normalmente religioso, preferentemente familiar o perteneciente a la orden.



En general, y aunque muchas lo hacían por continuar con la labor de sus maridos tras su muerte, el número de promotoras artísticas durante la Edad Moderna es bastante alto, aunque no llegue a alcanzar el volumen de sus homónimos masculinos, su labor debe de ser tenida en cuenta, más si contamos con el campo de actuación tan limitado que tenían las mujeres en la época, y más en temas relacionados con el dinero, aunque bien es cierto que con la población masculina de clase alta ocupada en labores diplomáticas y económicas, el campo de la promoción artística quedaba libre para la actuación de las mujeres emprendedoras.