Comentario
Para conocer en detalle la historia de los Incas, nos encontramos con el difícilmente salvable escollo de la falta de información segura. La tradición oral de este pueblo, recogida por los escritores a partir de mediado el siglo XVI, está teñida de múltiples elementos de carácter mítico que empañan la visión real de su pasado. Lo que sabemos de manera cierta es que, en poco más de un siglo, los Incas habían conseguido desarrollar un Estado que evolucionó desde un pequeño señorío regional hasta la formación de un poderoso imperio cuyas fronteras se extenderán a lo largo y ancho del Tahuantinsuyu.
La historiografía referida a los Incas ha evolucionado a partir de los análisis de los textos, y cada vez cobra mayor fuerza la idea de la existencia de una diarquía como organización política suprema del estado, frente a la tradicional visión de un estado monárquico. Estaríamos ante dos dinastías, Hanan y Hurin, que gobernaban simultáneamente con diferentes competencias. Y si aceptamos esta hipótesis, hemos de reconocer entonces que también entre las esposas principales de los Incas se dio esta dualidad.