Comentario
Uno de los fenómenos claves de la historia mesoamericana afecta a la decadencia de los grandes centros clásicos. En un corto lapso de tiempo entre el 750 y el 1.000 d.C. la mayor parte de los núcleos urbanos que habían controlado la vida mesoamericana sufre un proceso de abandono y deterioro, posibilitando que nuevos sitios retomen el poder y se inicie una profunda remodelación de las áreas de influencia y control.
El centro de México vive a finales del siglo VIII una etapa de revueltas sociales y de reacomodación del poder debido al fin del Estado teotihuacano; surgen entonces algunos centros muy pujantes desde un punto de vista comercial y militar, que se sitúan en sitios bien defendidos y construyen paredes defensivas a su alrededor. Son capitales de pequeños Estados regionales y protagonizan una etapa de transición hacia un nuevo estado: aquel basado en una sociedad secular y militarizada frente a las teocracias características de la etapa anterior.