Época: Mesoamérica
Inicio: Año 1000
Fin: Año 1524

Antecedente:
El periodo Postclásico



Comentario

La expulsión de los itzá trajo como consecuencia la revitalización de los antiguos patrones de vida maya, los cuales fueron centralizados por Hunac Ceel, dirigente del linaje Cocom, en la ciudad de Mayapán. Este centro, fundado por los itzá de Chichén, se transformó entonces en la capital de un estado que controló el norte del Yucatán, más restringido que el centralizado en torno a Chichén Itzá. En la "Relación de las cosas de Yucatán" el Obispo Diego de Landa documenta los sucesos históricos, mezclados con leyendas, ocurridos en la ciudad, un centro rodeado de murallas de unos 4,5 km2 de extensión que pudo albergar en su interior 4.150 estructuras. A su caída en 1446 se produce la fragmentación política, donde cada territorio está representado por un pequeño centro. En la costa este de Yucatán existieron pujantes centros comerciales mientras que en Guatemala alcanzaba su esplendor el pueblo quiché, que a lo largo del Postclásico habría de formar un estado fragmentario con capital en Utatlán.
En el núcleo del sitio se levantaron los edificios públicos y religiosos, rodeados por otros de naturaleza residencial. Los gobernantes de Mayapán obligaron a residir en la ciudad a la nobleza campesina de sus territorios aliados, con el fin de controlarlos políticamente, basando su dominio en las relaciones tributarias con sus aliados. Desde un punto de vista cultural y arquitectónico resulta una mezcla de los viejos patrones mayas -revitalización del culto a la estela, del uso del estuco para cubrir edificios, etc.- con estructuras que simulan el esplendor de Chichén Itzá, como es el Templo de Kukulcán. Mayapán decayó en 1.446 fruto de la conspiración interna y de las excesivas cargas tributarias y falta de libertad que se imponía a la nobleza nativa residente en ella. Entonces el Yucatán quedó dividido en 16 cuhcabal (provincias o, tal vez, pequeños señoríos regionales). La característica de este momento es la fragmentación política, donde cada territorio está representado por un pequeño centro y no todas las 16 provincias tienen el mismo tipo de gobierno, sino diferentes soluciones políticas para dirigir sus territorios. Algunos de ellos fueron aliados políticos, pero otros se mantuvieron en continua competición hasta la llegada de los españoles.

En este tiempo, en la costa este de Yucatán existieron pujantes centros comerciales que sirvieron como puertos de aprovisionamiento, control y descanso a los mercaderes que hacían la ruta hacia Centroamérica. Es el caso de Tulum, Xelhá, Tancah, Lamanai o Santa Rita Corozal. Del potencial económico que tienen estos sitios del Postclásico Tardío da cuenta no sólo su rápida evolución, sino sus artesanías encontradas en las ofrendas y un arte mural que requirió la presencia en ellos de maestros del centro de México que representaron por este medio escenas de claras reminiscencias del estilo mixteca-puebla.

Mientras tanto, en el altiplano de Guatemala, se había producido un profundo cambio cultural hacia el 1.000 d.C., según el cual los asentamientos se habían trasladado a una posición defensiva y habían asimilado elementos del centro de México. Esta mexicanización se produjo en algunos sitios de manera pacífica como ocurre con la capital de los Mam, Zaculeu. Pero en otros la naturaleza de la presencia mexicana parece acompañada por la guerra y la fragmentación política, como ocurrió en las mesetas del centro del Quiché. Allí se estableció el pueblo quiché, que a lo largo del Postclásico habría de formar un estado fragmentario que tuvo su capital en Utatlán, y del que más tarde se desgajaron los cakchiqueles, que establecieron su centro más importante en Iximché. Mames, quichés, cakchiqueles y, en cierta medida, pokomames -que tuvieron su capital en Mixco Viejo- y tzutuhiles fueron pequeños estados de conquista muy centralizados, que se mantuvieron en permanente competición por la ampliación de sus territorios hasta que se inició la conquista de Guatemala en 1524 por Pedro de Alvarado