Época: Mesoamérica
Inicio: Año 1325
Fin: Año 1521

Antecedente:
La cultura azteca



Comentario

Otro mecanismo que mantuvo a la sociedad mexica fue el comercio a larga distancia, que estuvo controlado por un segmento de la nobleza, pochtecas. Como tal, tuvo sus propias reglas, y sus divinidades particulares, convirtiéndose en un grupo de presión de enorme peso en la estructura del Imperio, ya que no sólo intervenía en transacciones comerciales, sino que eran agentes al servicio del estado mexica y, con frecuencia, verdadera fuerza de choque que intervino en la ampliación de las fronteras del Imperio. Los productos conseguidos en estas expediciones a larga distancia y traídos a Tenochtitlan por medio de caravanas de tlameme -cargadores- eran de naturaleza exótica o estratégica, por lo general de poco peso y mucho valor, y muchos de ellos terminaron en el gran mercado de esta ciudad. A este mercado también llegaban alimentos especializados y otros productos de la propia cuenca y zonas limítrofes, donde se creó una esfera de interacción económica formada por regiones que de manera tradicional eran económicamente interdependientes. Este mercado se rigió por normas religiosas según un sistema solar, como el que se puede comprobar hoy día en zonas de Mesoamérica: cada 20 días en los lugares más pequeños, cada 5 días en sitios secundarios y cada día en Tenochtitlan. Muchos de ellos estaban especializados en productos regionales, y en otros se concentraban mercancías de las regiones más periféricas del imperio.
El sistema tributario fue otro pilar económico de importancia, que se basó en unidades de parentesco y en grupos políticos y sociales. Alimentos, combustible, instrumentos manufacturados, materias primas, textiles, bienes de lujo, esclavos y un sifín de artículos fueron demandados por los nobles y señores mexicas a los pueblos conquistados y a sus propios vasallos mediante la producción de las tierras de los calpulli. El tributo sirvió, pues, tanto para el mantenimiento del Imperio y de la nobleza, como para el de su fuerza coercitiva, el ritual y para entablar grandes obras sociales y de acondicionamiento de la ciudad.