Época: cultura XVIII
Inicio: Año 1660
Fin: Año 1789

Antecedente:
La Ciencia del XVIII

(C) Antonio Blanco Freijeiro



Comentario

Su importancia y difusión a lo largo del siglo XVIII fue tal que llegó a convertirse en una auténtica pasión de eruditos y aficionados. En cuanto a las investigaciones realizadas, encontramos en ellas una doble dirección: la que se dirige a comprobar matemáticamente la gravitación universal, cuyo centro estará en el Continente, y la que presta mayor atención a las observaciones, desarrollada sobre todo en Inglaterra. Dentro de la primera, destaca la figura de Laplace, ya citado por sus trabajos sobre mecánica y que también colaboraría con Lavoisier en estudios sobre gases, sonido, cálculo de probabilidades, etc. Si en su Mecánica celeste reúne en una teoría conjunta las ideas dispersas de Newton, Halley, D'Alembert y Clairant sobre las consecuencias de la ley de gravitación universal, en Exposición del sistema del mundo (1796) sintetiza el conocimiento existente del cielo y formula una hipótesis cosmogónica basada en la observación de la dirección o sentido idéntico que el Sol, los planetas y los satélites siguen en sus rotaciones. Según Laplace, el sistema solar fue en sus inicios una nebulosa con un núcleo condensado a temperatura muy elevada y girando alrededor de un eje central. La rotación unida al enfriamiento de las capas exteriores originarían anillos sucesivos de los que, por condensación en uno de sus puntos, se formarían los planetas y de ellos, por similar proceso, los satélites. El núcleo central daría lugar al Sol. Para el investigador francés, los anillos que envuelven a Saturno son el ejemplo de la fase intermedia.
Tal teoría estaba en contradicción con la expuesta unos años antes por su compatriota Buffon (1708-1788) quien considera que el origen de nuestro sistema solar está en el choque de un cometa con el Sol, como fruto del cual una parte de éste se desgarra. Separada del núcleo incandescente, el proceso de enfriamiento que experimenta da origen a los planetas y a los satélites que conservarán la dirección rotatoria solar. Si no en todos sus puntos, sí en sus líneas generales la formulación de Buffon es más conforme a las actuales que la de Laplace. Además, ella le va a servir para articular una historia de la perra que recoge en su Épocas de la naturaleza (1778). De acuerdo con sus términos, nuestro planeta ha pasado desde su formación por siete etapas cuya duración aproximada calcula. Actualmente nos encontramos en la última de la que van transcurridos 5.000 años y faltan otros 93.000. Se caracteriza por un progresivo enfriamiento que hará que al final la vida sea imposible y se extinga. Estas ideas, de gran modernidad también, permitieron, en gran medida, las investigaciones geológicas y prehistóricas.

Respecto a la observación del universo, va a recibir un gran impulso de sir William Herschel (1738-1822), facilitada por la mejora técnica que él mismo realiza en el telescopio. Siguiendo la tradición de la época, llevó a cabo sus labores en compañía, aunque esta vez era la de una mujer: su hermana Carolina. Sus observaciones les permitieron: hacer el primer descubrimiento en época histórica de un planeta: Urano; encontrar muchas estrellas nuevas cuya relación incluyeron en el Catálogo de Estrellas (1788); hallar los satélites Titania y Oberón pertenecientes a Urano, además de Encelado y Minas de Saturno. Estudiaron, asimismo, varias nebulosas y la Vía Láctea, de la que consideraron que tenia forma convexa, ocupando el Sol un lugar descentrado. Acerca de éste, finalmente, sus trabajos les llevaron a concluir que lejos de estar parado, como se había creído, se movía en dirección a un punto distante del universo.

Además de la gravitación universal y el estudio de las estrellas, otro tema que preocupó a los astrónomos fue la medición de la densidad de la Tierra. El británico Maskelyne (1732-1811), director del Nautic Almanac (1766), para guía de los marinos, la cifró en cuatro veces y media más que el agua. Cavendish (1731-1810) mejoró su método, dando la cifra de 5,488, muy próxima a la más reciente de 5,5270.

Resultaron fallidos, sin embargo, todos los intentos de conocer la distancia entre el Sol y la perra, que habría de ser el patrón para posteriores medidas del universo. Mas no todo fue negativo, el proyecto provocó la cooperación a gran escala de los astrónomos de varios países.