Época: Siria
Inicio: Año 1600 A. C.
Fin: Año 1185 D.C.

Antecedente:
Ugarit: promontorio del hinojo

(C) Federico Lara Peinado y Joaquín Córdoba Zoilo



Comentario

Si bien los ugaritas tuvieron una religión perfectamente articulada, según dejan ver los textos encontrados, la arqueología, en cambio, ha revelado hasta ahora pocos edificios dedicados al culto de los dioses. Entre las construcciones que tuvieron carácter sagrado hay que destacar los templos de Baal y de Dagan, descubiertos en 1929 y 1934, erigidos en la acrópolis durante el Bronce Medio y que pervivieron hasta la destrucción de la ciudad, y, asimismo, dos santuarios de pequeñas dimensiones, denominados Santuario hurrita y Santuario de los rythones.
El Templo de Baal es el mejor conservado de los cuatro; su construcción (36 por 35 m), sobre una potente plataforma, domina un recinto sagrado de unos 850 m2. Una ancha puerta, precedida en su día por una escalera, daba acceso a un vestíbulo rectangular situado delante del santuario, al que se entraba, aquí, por una estrecha puerta. En su interior se hallaban restos de una amplia escalera y en el eje de entrada los vestigios de un altar de forma cuadrada, levantado sobre dos escalones. Su larga utilización en el tiempo motivaron diferentes reformas que se aprecian en las técnicas constructivas que se aplicaron. La existencia de las escaleras habla de una torre o terraza -hoy desaparecida-, sobre la cual quizás se efectuasen ceremonias religiosas (la "leyenda de Keret" alude en uno de sus pasajes a un sacrificio del rey efectuado en la cúspide de una torre). Por otra parte, la presencia de anclas de piedra (entre los 600 y los 25 kg de peso), sin duda exvotos ofrecidos en este templo, manifiesta la veneración que los marineros sintieron por él, a quienes muy probablemente, en no pocas ocasiones, la torre del mismo, visible desde el cercano mar -menos de un kilómetro- les habría servido de guía.

El otro templo, en el este de la acrópolis, consagrado a Dagan, era de parecidas dimensiones, estructura y disposición. Del mismo sólo nos ha llegado su plataforma y los restos de un doble muro que correspondería a la caja de unas escaleras, para facilitar el acceso a la torre que sin duda tuvo. Dos estelas con inscripciones cuneiformes alfabéticas demuestran que el templo estuvo bajo la advocación del citado dios.

De menores dimensiones fueron los santuarios, de los cuales hasta ahora se han podido aislar únicamente dos. De ellos, el conocido como Santuario hurrita -llamado también Santuario del hacha mitanni- estaba situado en el sector occidental de la ciudad, sobre la plaza anterior a la entrada del Palacio real. Estructuralmente era sencillo (12 por 8 m), pues se componía de dos estancias, antecella y cella en comunicación. La presencia de escaleras posibilitaría la subida al tejado, recordando los templos de Baal y Dagan. Se piensa que fue edificado en el Bronce Medio y que, dada su proximidad al palacio, habría funcionado como Capilla palatina.

En 1979 y en el centro del tell, por su lado sur, fue descubierto un segundo santuario, denominado de los rythones, en razón a los distintos vasos de tal tipo hallados en él. Estaba integrado en las construcciones particulares; como ha apuntado O. Callot, ello supondría, la existencia de otros santuarios dispersos en los barrios ugaritas. Constaba de un amplio porche que a través de un corredor daba a una sencilla sala (7 por 6 m), en donde se hallaban banquetas corridas de piedra y una plataforma de tres escalinatas adosada en el muro oriental; una pequeña pieza auxiliar se abría en el ángulo nordeste.