Comentario
Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del XX alcanzan un gran desarrollo los estudios de etnografía, de sociología primitiva y de historia de las religiones -J. G. Frazer, L. Levy-Bruhl, E. Durkheim, etcétera-. Se prestaba una particular atención a las indagaciones sobre la mentalidad primitiva, los problemas del origen y del carácter de la magia y de la religión primitivas, etcétera. En este tiempo se puso de moda el totemismo, que se simplificaba en una idea básica según la cual el animal-totem es el antepasado del grupo social (prohibición alimenticia, pero con excepciones) y la idea derivada conforme a la que los miembros del grupo social no pueden contraer matrimonio entre sí, o sea lo que se conoce como exogamia (reacción contra la promiscuidad). Para Frazer el totemismo es una relación íntima que se supone existe entre un grupo de hombres de una misma raza por una parte y una especie de objetos naturales o artificiales por otra parte, siendo estos objetos llamados totems por dicho grupo humano. Pero, indudablemente, sobre el totemismo se ha escrito demasiado y se ha abusado al aplicarlo a pueblos en distintos estadios de evolución y en ocasiones muy alejados, geográfica y cronológicamente, unos de otros.
En relación con el tema del arte prehistórico, mucho antes de que se admitiera la autenticidad del arte parietal, el arte mueble ya se ponía en relación con aquella problemática. Los sociólogos se ocuparon de los orígenes de la religión, relacionándolos con los del arte. En cuanto a los prehistoriadores, sabemos que E. Lartet y H. Christy -seguidos más adelante por E. Piette- creían que aunque las condiciones culturales de los hombres del Paleolítico eran muy primitivas, la abundancia de la caza y las condiciones ambientales hacían que dispusieran de largos períodos de ocio y que de este ocio había nacido el arte. Se originaba así una explicación simplista que sigue existiendo bajo diversas formas y a la que se designa como el arte por el arte mismo.
Las teorías del abate Breuil y las doctrinas de Leroi-Gourhan serán las interpretaciones más destacables durante el siglo XX.