Época: Mesoamérica
Inicio: Año 1500 A. C.
Fin: Año 400 D.C.

Antecedente:
La transición hacia la vida del poblado

(C) Andrés Ciudad y María Josefa Iglesias



Comentario

Las pequeñas aldeas que viven de la agricultura del maíz, la calabaza y el frijol como productos básicos tienen una tecnología muy sencilla en piedra y en cerámica (otros materiales posibles como fibras y madera han desaparecido del registro arqueológico), y una organización sociopolítica de carácter tribal. Sus elaboraciones ideológicas se corresponden, como es natural, con el grado de desarrollo cultural. En los inicios del Formativo (2500 a 1200 a. C.), no se pasa de este nivel aldeano de carácter igualitario.
De ahí que las únicas realizaciones artísticas que encontremos sean las referentes a un sustrato animista de tipo agrario por medio de toscas figurillas de cerámica. En Tlapacoya se halló una estatuilla de 2300 a. C. que representa a una mujer embarazada confeccionada a partir de cuatro incisiones para configurar los ojos; no tiene boca ni brazos y su aspecto general es de tosquedad. Coincide cronológicamente con la invención de la cerámica, de la cual tenemos evidencia en tres regiones: la cerámica Pox de Guerrero y Purrón de Tehuacán, ambas en México, y Swazey de Cuello (Belice), todas ellas fechadas entre el 2300 y el 2500 a. C.

El arte aldeano trata de plasmar de manera muy directa la naturaleza, la fertilidad de la tierra y tiene clara correspondencia con la fertilidad femenina. La preocupación de los especialistas por la abundancia y la curación posibilitó la potenciación de cultos animistas llevados a cabo por chamanes, y con ellos la aparición de figurillas. En determinados lugares, como Tlatilco, estas estatuillas denominadas "mujeres bonitas" (pretty ladies), tienen brazos cortos, talle delgado y amplias caderas, mostrando una conexión con los cultos a la fertilidad de la tierra y de la mujer, la cual se ve acentuada por la representación abultada de sus órganos sexuales.

Sin embargo, la sociedad de México Central no permanece estática, sino que poco a poco incorpora actividades que ponen de manifiesto el inicio de la especialización en una sociedad que ve aumentar seis éxitos económicos con los excedentes agrícolas: en Tlatilco y otros poblados como Zacatenco, El Arbolillo y Ticomán, este arte en arcilla modelada se hace cada vez más complejo: tecnológicamente, estas figurillas incluyen el pulimento externo. Su modelado sigue siendo tosco, pero al registro de manifestaciones femeninas características se incorporan danzantes, acróbatas, músicos, guerreros, jugadores de pelota y chamanes. También existen tarados y figurillas con dos cabezas, una clara referencia al concepto de dualidad que será básico en las ideologías imperantes en la región.

Otro tipo básico de terracotas es el de representaciones altas, huecas y pintadas en rojo que, después del 1200 a. C., serán depositarias de la influencia olmeca de la Costa del Golfo. El dominio de la manufactura cerámica lleva a los artesanos a incluir diseños en unas formas que, si bien en un principio son exclusivamente domésticas, con el tiempo se hacen variadas e incluyen una diversidad de motivos y decoraciones que siempre están presididas por el naturalismo.

La cerámica es monócroma y bícroma en marrón, rojo y negro, aunque la variedad formal es bastante superior. A cuencos, cántaros y vasos, se le unen diseños en forma de acróbatas, peces, pájaros, patos, armadillos y otros animales propios del lugar. En lo que se refiere a su excelente acabado, muchos autores señalan que los gruesos engobes de las cerámicas negras y su pulimento difícilmente serán superados en etapas más tardías.

Tlatilco es el yacimiento principal en estos momentos, aunque por desgracia desconocemos sus características básicas, ya que fue tapado por la ciudad de México. No obstante, se excavaron 340 enterramientos en los cuales se colocaron como ofrendas las figurillas y cerámicas ya comentadas.

La arquitectura pública comienza en el Formativo Medio (1200-300 a. C.), en particular en el sitio de Cuicuilco, que se constituye así en el primer núcleo urbano, coincidiendo con los experimentos de irrigación más tempranos en el valle. La única estructura conocida es la base de una futura pirámide de forma circular y cuatro pisos, que alcanzará una altura de 25 m. La base, de 135 m de diámetro, y los basamentos en talud, confieren a la edificación un aspecto que no tendrán el resto de las pirámides mesoamericanas las cuales, conceptuadas como imagen del firmamento y morada de los dioses, se elevarán como flechas hacia él.