Época: ParacasTiahuanaco
Inicio: Año 500 A. C.
Fin: Año 700

Antecedente:
De Paracas a Tiahuanaco
Siguientes:
Paracas. Los tejidos
La cerámica de Nazca
El arte cerámico de Moche

(C) Emma Sanchez Montañés



Comentario

Aunque el proceso cultural de la costa sur de Perú se ha dividido habitualmente en Paracas, perteneciente al Formativo Tardío, entre los siglos VI y I a. C., y Nazca, ya en el período de Culturas Regionales, I a. C. y VIII d. C. la realidad es que se trata de la transición gradual de una cultura a otra, sin solución de continuidad, o más precisamente, de una misma cultura con una serie de cambios normales en el transcurso de los siglos. La diferente denominación nos servirá para ejemplificar dos de las más espectaculares manifestaciones artísticas de Perú: el tejido y la cerámica polícroma.
En este período la población tiende a establecerse en poblados concentrados en relación con las áreas de cultivo, aunque hay indicios de que esa concentración se vio interrumpida cíclicamente por momentos de dispersión en numerosos pequeños establecimientos. Uno de esos momentos coincidió probablemente con la fuerte incidencia militarista de Nazca en sus últimas fases.

En Paracas, además de las famosas tumbas, aparecen viviendas semisubterráneas en forma de pequeñas casas rectangulares de adobe y también casas hechas de postes de madera. Hay pirámides, de probable carácter ceremonial, de dimensiones variables, hechas de adobe en forma de cantos rodados para el relleno y de grano de maíz para formar los muros. Muchas aldeas estaban fortificadas.

La arquitectura de Nazca utiliza muros de adobe, de forma cónica, colocados horizontalmente con la base descansando en el paramento para lograr una superficie plana. Se usó también la quincha, o cañas amarradas y cubiertas de barro. Las casitas, de planta rectangular y estrechamente relacionadas, formaban poblados y hay también construcciones de carácter público, con algún templo de forma piramidal rodeado de plazas y habitaciones.

El comercio debió constituir una actividad importante al menos durante las fases finales de Nazca. Paracas representa además el extremo más meridional de la influencia Chavín, lo que se hace patente en los estilos cerámicos y en la iconografía. Paulatinamente esa influencia se fue diluyendo dando paso a estilos característicos propios.