Época: II Guerra Mundial
Inicio: Año 1944
Fin: Año 1945

Antecedente:
El principio del fin: Normandía

(C) Isabel Cervera



Comentario

El almirante Nimitz, que había ocupado las Aleutianas, deseaba seguir aproximándose al archipiélago japonés pero Mac Arthur convenció a Roosevelt de que era primordial conquistar las Filipinas, a las que el Senado prometió la independencia tan pronto como pisaran su suelo los soldados americanos. El primer desembarco tuvo lugar en octubre de 1944 en la isla de Leyte y la escuadra japonesa aprovechó la ocasión para intentar una batalla decisiva contra la americana. La batalla del golfo de Leyte constituyó la mayor batalla naval de la Historia, enfrentándose 282 buques de guerra que desplazaban más de dos millones de toneladas. Las fuerzas japonesas, mandadas por los almirantes Aca, Kurita y Nashimura, se enfrentaron a la VII (Kindaid) y III (Halsey) Flotas. Se resolvió en choques aislados y demostró que la flota japonesa había quedado anticuada, con radares primitivos y sus enormes cañones ineficaces. Allí jugó su última baza y perdió numerosos buques, entre ellos el acorazado Musashi de 70.000 toneladas, que se hundió con 1.023 tripulantes. Los americanos pagaron cara su victoria, en parte por la acción de los kamikaze, pilotos suicidas que, aunque habían aparecido anteriormente, aquí actuaron de forma organizada.
La conquista de Filipinas se prolongó hasta febrero de 1945 y constituyó la batalla más larga y sangrienta del Pacífico. Costó 20.000 muertos, 10 buques de guerra y 2.000 aviones americanos y 230.000 muertos, 30 buques de guerra y 5.000 aviones japoneses. Mac Arthur ocupó Leyte y Mindoro a fin de dividir el archipiélago en dos partes e impedir que Yamashita pudiera mover sus reservas. Después, inició una conquista que requirió 38 grandes operaciones anfibias y otras menores. La guarnición de Manila presentó una durísima resistencia casa por casa durante un mes, mientras los kamikaze y los hombres-rana atacaban a los barcos americanos. Como años atrás los americanos, ahora los japoneses se defendieron en Corregidor, que fue machacada por 3.128 toneladas de bombas, además de los cañones navales.

Después del primer ataque testimonial de 1942, no se había vuelto a bombardear el Japón hasta junio de 1944, cuando 50 aviones B-29 atacaron Yawata, sede de la industria del acero. A finales de agosto se terminó una pista en Saipan (Marianas), donde se instalaron doce B-29 que, un mes más tarde, comenzaron sus ataques. En marzo de 1945 los aviones de Saipan eran ya 300 y abandonaron los bombardeos diurnos para atacar de noche y a poca altura. Dada la escasa presencia de cazas, el Estado Mayor americano calculaba que los bombardeos bastarían para colapsar la industria japonesa; sin embargo, se prefirió desembarcar en las islas. Los B-29 realizaron unas 20.000 salidas y lanzaron 104.000 toneladas de bombas sobre las 66 ciudades principales y otras 29.400 sobre instalaciones industriales. Desde marzo de 1945 el bombardeo empleó artefactos incendiarios, mucho más dañinos sobre las inflamables ciudades japonesas. Un sólo bombardeo, el 9 de marzo, arrasó la cuarta parte de Tokio y, en los siguientes días, fueron atacadas Osaka, Kobe y Nagoya, hasta agotar todas las bombas incendiarias del arsenal de las Marianas. En julio se triplicó el número de bombas de marzo y se lanzaron minas náuticas contra el tráfico costero. Más de 8.500.000 japoneses huyeron al campo, la industria se resintió seriamente y la última ofensiva aérea y submarina hundió 1.250.000 toneladas de barcos.