Época: Africa
Inicio: Año 1941
Fin: Año 1943

Antecedente:
La campaña del África Oriental

(C) Emma Sanchez Montañés



Comentario

Hasta comienzos de julio los italianos no se mueven. Este tiempo es aprovechado por los británicos para adiestrar a sus tropas, bombardear los puertos enemigos y llevar a cabo cierta actividad antisubmarina.
Finalmente, con gran retraso, los italianos van a atacar débilmente en Sudán, donde ocupan, el día 4, Kássala y Gallabát, el 6, Kurmúk, y el 14 Guezzán. La ofensiva se detiene.

En Kenya, el 15 de julio, los italianos conquistan Moyale, penetrando 90 km y suprimiendo el saliente del mismo nombre; el 1 de septiembre ocupan Debal y Buna, deteniéndose.

El 3 de agosto, los 17 batallones de infantería y de áscaris del general Nasi penetran en Somaliland, defendido ya por los cinco batallones del general Goodwin-Austen (británicos e indios). El 7 los atacantes ocupan Odweina y Hargueisa, el 8 Zeila; tras duros enfrentamientos, entre el 11 y el 16 entran en la capital Bérbera, el 19.

Los italianos han obtenido una victoria neta, pero costosa (más de 2.000 bajas) y de utilidad mediana, al aumentar el ya enorme territorio a controlar, y por su escaso valor estratégico. Tras la conquista del Somaliland, los italianos vuelven a la pasividad y a la espera.

Los británicos, por el contrario, hacen afluir nuevas unidades británicas y coloniales (sudaneses, indios, kenyanos, sudÁfricanos, etc.), a las que se suman pronto "franceses libres" (degaullistas) y belgas y congoleños, y a los que hay que añadir los guerrilleros etíopes. En enero de 1941 los generales Platt y Cunningham disponen ya de más de 70.000 soldados y más de 35.000 guerrilleros etíopes, para alcanzar más adelante una cifra situada entre 180.000 y 200.000. Y llega material en abundancia (camiones, carros y otros blindados, aviones -entre ellos cazas Hurricane y algunos Spitfire-, gran número de cañones, etc.) y provisiones. Platt, llamado el Caíd, será el eficaz organizador de las renovadas fuerzas británicas. Platt dirigirá a las fuerzas del Norte, Cunningham a las del Sur.

Y reaparece el Negus (en Jartúm), cuya proximidad infunde moral a los etíopes y provoca nuevos levantamientos en Etiopía y deserciones de áscaris en las filas italianas. Junto a los etíopes aparecen, como antes en España, algunos dirigentes antifascistas italianos como los comunistas Barontini y Spano. Por su lado, el Negus, noblemente, ordenará a sus súbditos que no se venguen de los italianos.