Comentario
Aunque la vidriera es una de las grandes aportaciones del gótico, no toda la arquitectura del período avanza en la misma dirección. Si el modelo del norte de Francia exprime todo cuanto puede la estructura para que, tras concentrar los empujes en puntos determinados, el muro restante pueda eludir su función tectónica, no hallamos una preocupación similar en el mundo italiano. El resultado de todo ello es que la vidriera tendrá un desarrollo desigual. Se confecciona por todas partes ciertamente, pero el único lugar donde supera el mero plano artístico y se funde con la arquitectura relevándola a ésta de su función de cierre, es en el norte y en todos aquellos edificios que responden a este modelo en otras zonas. No existe una fábrica parangonable a la Sainte-Chapelle de París y, en muchas ocasiones, cuando se exporta el modelo arquitectónico no siempre es seguido en todos sus aspectos. En los edificios de raíz francesa que existen en nuestra Península, sólo León ha prestado una atención similar a las vidrieras. Ni Burgos ni Toledo acusan una especial sensibilidad hacia ellas.El trabajo de los vidrieros se realizó en estrecha colaboración con los pintores. Estos últimos, como en otros campos artísticos, proporcionaron los cartones que sirvieron como base a la decoración. Estos modelos responden a la sensibilidad de cada momento. Existen, como consecuencia, grandes vidrieras dentro del estilo 1200 tanto en Francia (Saint-Denis) como en Inglaterra (Canterbury), se detectan los presupuestos del gótico lineal en la Saint-Chapelle de París y en Italia las formulaciones propias del mundo toscano.Si en un principio la labor del vidriero consistió en ensamblar cristales de colores por medio de plomo, las vidrieras acaban pintándose. Todos estos matices estilísticos que acabamos de señalar en el párrafo anterior, se manifiestan con más rotundidad cuando se incorpora a la vidriera este complemento.