Época: GriegosPersas
Inicio: Año 500 A. C.
Fin: Año 400 D.C.

Antecedente:
Evolución de los acontecimientos



Comentario

Los atenienses envían, pues, veinte naves. La rebelión se convirtió en una manifestación de la solidaridad de los jonios que se autodefinen, de acuerdo con los atenienses, como enemigos de la tiranía, ahora claramente identificada con las actitudes favorables a los persas. Con ello se encauza políticamente la tensión creada como consecuencia del curso que tomaban los acontecimientos internos de las ciudades. Las actitudes internas se traducen en posiciones específicas en relación con los persas. Algunas opiniones conocidas, como la de Hecateo, se oponían a la revuelta. Heródoto se hace eco de la oposición cuando ve en aquélla el inicio de los males para los griegos.
La expedición tuvo un primer éxito espectacular, cuando los jonios llegaron a Sardes, se apoderaron de las zonas periféricas y pusieron fuego a algunos centros religiosos. Parecía fácil obtener la adhesión de las poblaciones de Licia y Caria, que se unieron a la rebelión. En el mar, la lucha adoptó la forma de un enfrentamiento entre griegos y fenicios y tuvo un importante escenario en Chipre, donde algunas localidades se unieron inicialmente a la revuelta. En el año 496, sin embargo, la isla estaba de nuevo controlada por los persas.

En el continente, los persas reaccionaron, liberaron Sardes y vencieron a los griegos en Efeso. En esos momentos, con la llegada del invierno, los atenienses se retiraron. En adelante, las ciudades de Jonia dejan de actuar de modo unitario. Todavía hubo algún intento de unificar la flota y a duras penas pudieron presentarse así en la batalla de Lade, bajo el mando de Dionisio de Focea, que, no obstante, hubo de enfrentarse a múltiples problemas debidos a la insolidaridad de los contingentes. Una vez derrotados en Lade, los jonios sufrieron los ataques y la represión de los persas, que se hicieron

especialmente notorios en el caso de Mileto, donde la destrucción llegó incluso al santuario panhelénico consagrado a Apolo en Dídima y la población

fue masivamente sometida a esclavitud. En sus relaciones con los griegos, los persas van modificando su política imperialista, sustituyendo la tributación por la esclavización.