Época: Renacimiento7
Inicio: Año 1500
Fin: Año 1550

Antecedente:
Los primeros diseños de Bramante

(C) Jesús Hernández Perera



Comentario

El año 1499, con la ocupación francesa del Milanesado y el final de los Sforza, Bramante debe abandonar la capital de Lombardía y pone sus miras en Roma, ya sexagenario. Al año siguiente da inicio, por encargo del cardenal Caraffa, al claustro de Santa María della Pace (1500). La impresión tan despojada y abstracta se obtiene por una retícula de cuadrados superpuestos en los que se suceden en altura los órdenes toscano, jónico y corintio, en pilares compuestos que reavivan el estilo de Laurana en Urbino, incluso con los frisos únicamente recorridos por epigrafías capitales latinas. La diferencia la ponen las columnas que subdividen el cuadrado de la malla del piso superior en rectángulos de doble ritmo, desaconsejado por Vitruvio, pero de eficaz visualidad.
La concreción del ideal bramantesco, atenido a un edificio de planta central rematado en limpia cúpula sobre tambor, es el Templete de San Pietro in Montorio, costeado por los Reyes Católicos de España en 1503, como patronos de la aneja basílica del Monte Janículo, para enaltecer el lugar donde la tradición cristiana fija la Crucifixión del primer Papa. Se convirtió desde el primer día en el manifiesto de todo el estilo de Bramante. Consta de dos pisos al incluir, bajo el suelo del patio, una cripta circular que cubre la roca del martirio del Apóstol, y sobre ella campea airoso un edículo cilíndrico, rodeado por una columnata de orden toscano con triglifos en el friso entre metopas con bajorrelieves alusivos a la vida de San Pedro. Se inspira indudablemente en los tholoi griegos de Epidauro, Delfos y Olimpia, o en los más cercanos templos romanos circulares de Vesta o la Sibila. El cilindro adopta por encima de la balaustrada aspecto de tambor con ventanas abiertas o ciegas con conchas de gallones, y termina en cúpula semiesférica con esfera y cruz. Aunque no se lo rodeó de un patio circular, como sabemos por el grabado de Serlio quiso Bramante, sino rectangular, el Templete produce a pequeña escala diáfana impresión de monumentalidad clásica, en la que los ascendientes grecorromanos se sueldan en armónica concordatio con la rememoración cristiana.

Nombrado al año siguiente por Julio II inspector e ingeniero de todas las fábricas pontificias, incluso de los dispositivos demandados por el belicoso papa Della Rovere para sus empresas militares, Bramante acometió construcciones tanto religiosas, como el coro ábside de Santa María del Popolo y el proyecto de nueva basílica de San Pedro, como palaciegos en el propio castillo vaticano, prosiguiendo los desvelos de los papas Sixto IV, Inocencio VIII y Alejandro VI por ennoblecer la morada pontificia.

Entre éstos sobresaldrán dos patios monumentales, uno de ellos el de San Dámaso, de cuatro plantas, adintelada la última, bajo la cual están las famosas Logias pintadas con grutescos e historias bíblicas por Rafael y sus discípulos, organizada en tres lados que rememoran la luego destruida Logia de las Bendiciones de L. B. Alberti.

El otro patio, aún más grandioso y de concepción perspectiva que toma como punto de observación la Torre Borgia y extiende la vista hasta el mirador o Belvedere que para Inocencio VIII construyó en la cumbre de las colinas vaticanas el florentino Antonio del Pollaiolo entre 1485 y 1487, es denominado por ello patio del Belvedere, destinado a fiestas, torneos y espectáculos. Al fondo del dilatado espacio y ante el palacete o villa del Pollaiolo levantó Bramante una gran cortina de arquitectura pautada en tramos rítmicos de pilastras en retícula albertiana, que se interrumpe al centro simétrico con un sorprendente ábside abierto, el Nicchione al que se accede por escaleras de abanico romboidal, denominadas pronto bramantescas, que suben las diferencias del nivel del suelo en el menor solar, cuyo lejano antecedente retrocede hasta los zigurats de Mesopotamia. Incluye también el Belvedere la hábil rampa helicoidal de piso sin gradas en espina de pez, a un extremo del hastial, que asciende a la terraza, adornada más tarde por Pirro Ligorio con la columnata semicircular encargada por Julio III.

Otro palacio construyó Bramante en el Borgo Vaticano para la familia Caprini, llamado Casa de Rafael por haber sido morada del gran artista, que se demolió cuando Bernini dispuso la columnata de la actual plaza de San Pedro. Lo conocemos por el dibujo de Palladio, con planta baja almohadillada, diferenciada de la superior, con columnas binarias de orden toscano y friso de triglifos. También empleó Bramante fuerte almohadillado en la Puerta Julia, de aspecto robusto y militar, de ingreso al patio del Belvedere.