Época: Renacimiento8
Inicio: Año 1525
Fin: Año 1550

Antecedente:
Arquitectura

(C) Jesús Hernández Perera



Comentario

Tras el Saco de Roma, el florentino Jacobo Sansovino, que ya había cosechado éxitos como escultor en Florencia y en Roma, pasó a establecerse en Venecia, a donde se le había llamado ya como asesor en 1523, y allí fue nombrado protoarquitecto para concluir las Procuradurías Viejas iniciadas por Coducci. Asentado definitivamente desde 1529 en la ciudad de los canales, hizo gran amistad con Tiziano y Aretino, convirtiéndose en el gran nexo entre la cultura artística de la Italia central y Venecia, hasta su muerte en 1570.
Como arquitecto su huella sobre la ciudad es permanente y proporcionó en sus fábricas poderosa acogida a la ornamentación plástica con estatuas y relieves también ejecutados por él. Su dominio de las formas antiguas da a su estilo una cierta dosis de equilibrio y serenidad clásica, sin dejar de incorporar algunas fórmulas del protomanierismo, que acusan verticalidad en los soportes y ejes de fachada, prolongados sobre las comisas con cresterías y acróteras.

También concibió ordenaciones urbanísticas de grandísima vistosidad como fue la conclusión de las Viejas Procuradurías, a las que enfrentó las Nuevas, en proyecto que sólo pudo realizar su discípulo Scamozzi; ambas encierran con la fachada de San Germiniano (sustituida en 1807 por el Ala Napoleónica) el gran trapecio de la Plaza de San Marcos. Además completó la Piazzeta, desde el muelle hasta el Campanile, con la hermosa Biblioteca Marciana o Librería de San Marcos, que en menor altura es digno oponente del grandioso Palacio del Dux.

Destinada a albergar los libros del cardenal Bessarion, renuncia también al dispositivo de varias naves usado por Michelozzo, pero se plantea la planta rectangular de la Biblioteca Laurenciana solo que potenciando la importancia del exterior. La horizontalidad acusada se enriquece con el claroscuro reiterado de sus dos pisos de arcadas y soportes columnarios de mármol blanco, toscano abajo, jónico arriba, con arcos serlianos en la superior. En lo alto, como friso del entablamento jónico, dispone un ático rebajado con vanos elípticos de marcada libertad anticlásica, y sobre la balaustrada estatuas acróteras prolongan en altura los módulos de los pilares. Pobladas de relieves y estatuas, las dos fachadas a la Piazzeta y al Molo, constituyen una de las páginas más admirables del resucitar de las arquitecturas clásicas, enriquecidas por la abundante y simbólica profusión plástica. A fin del siglo la concluyó Scamozzi.

Al pie del Campanile de San Marcos construyó también Sansovino la Loggeta, tribuna para las festividades que da frente a la Puerta de la Carta, principal entrada al Palacio Ducal, también adornada en ático y enjutas con altorrelieves marmóreos y en hornacinas estatuas de dioses clásicos y alegorías debidas al propio artista.

El mismo año de 1536 en que empezó la Librería, levantó frente al Molo y en línea con el costado de aquélla, la Zecca o Casa de la Moneda. En principio la concibió en dos plantas, a las que finalmente se agregó una tercera. Aquí renunció a toda alusión figurativa, y sólo juega el claroscuro que proporciona el almohadillado y las columnas anilladas de orden toscano, jónico en el último plano. Como no hay acróteras sobre la cornisa, el conjunto respira una estética geométrica y abstracta, anticipadora del ropaje almohadillado con que más tarde Ammannati vistió la ampliación del patio florentino del Palacio Pitti.

Algunos templos venecianos son obra suya, como las naves (no la fachada que añadirá Palladio) de San Francisco della Vigna. Pero como autor de mansiones señoriales su gran éxito fue el Palacio Corner o Cá Grande, del año 1537, en el que adaptó a sus planteamientos protomanieristas el modelo cuatrocentista de Coducci y Pietro Lombardo, jugando con vanos peraltados entre columnas binarias, ménsulas y almohadillado, y ventanas ovaladas en el ático.