Época: GreciaClásicaII
Inicio: Año 421 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
La Guerra del Peloponeso



Comentario

Así, en 421, coincidiendo con el estreno de la "Paz" de Aristófanes, se firmó la paz entre Nicias y Plistoanacte, con el ánimo de que durara cincuenta años. La costa de Tracia quedaba dentro del imperio ateniense. En la firma participaron todos los estrategos de aquellos años, Hagnón, Demóstenes, los que habían estado cerca de Pericles y los que actuaban más enérgicamente en los años intermedios. Sin embargo, ni Corinto, ni los beocios, ni Mégara aceptaron las condiciones, donde veían un reparto hegemónico entre Esparta y Atenas. Anfípolis no se entregó a los atenienses ni éstos devolvieron Pilos. Los hechos fueron, pues, reticentes.
En esas circunstancias, Corinto intentó una nueva alianza peloponésica con Argos, pero el sistema democrático de ésta provocó las suspicacias de las oligarquías de la zona. Así, la aparición de Alcibíades en Atenas motivó ciertos cambios en las relaciones exteriores. Alcibíades era un personaje curioso, perteneciente a la alta aristocracia, capaz de obtener varias victorias en las carreras hípicas en los juegos panhelénicos, de formarse en la retórica y la política con los sofistas y de participar de manera íntima en los círculos socráticos. Su carrera dependía de la guerra, por lo que personalmente pasa a coincidir con aquellos sectores del demos que estaban deseosos de volver a emprender acciones agresivas para el sustento del imperio lucrativo. Él fue el promotor de una alianza defensiva con Argos, que incluyó Mantinea y Elis. Pero Argos emprende en 419 el ataque a Epidauro y los espartanos reaccionaron atacando la Argólide, defendida por Mantinea y Elis. Alcibíades impulsa la acción agresiva sobre Arcadia y se les enfrenta en Mantinea, en 418, con la consiguiente victoria espartana.

Como consecuencia, en el invierno de 418-17, Argos cae en manos de la oligarquía proespartana y firma la paz, hasta que un nuevo cambio interior lleva a repetir la alianza con Atenas. Corinto, como reacción, se acerca de nuevo a Esparta, lo que provoca los temores por parte de los atenienses, entre los que se agrieta la situación. Nicias aparece como partidario de volver a intentar consolidar la paz y recuperar Anfípolis, mientras que Alcibíades aparece como defensor del imperialismo agresivo, partidario de provocar el temor para no caer en el temor de la esclavización, representante de las nuevas generaciones ansiosas de ganar la gloria gracias a la guerra. Sin embargo, otro personaje partidario de la agresividad recoge la herencia no aristocráta de Cleón, Hipérbolo, objeto como éste de los ataques de Aristófanes y que, cuando se pretendía eliminar a Alcibíades como posible pretendiente a la tiranía, fue él mismo condenado al ostracismo, con lo que, según Plutarco, se desacreditaba la institución, pues ya no caía sobre un hombre digno, prestigioso y, como tal, posible aspirante al poder personal, sino sobre un hombre vil.