Comentario
"Me dieron el nombre clave de "Cicerón", porque era el nombre de un romano famoso por su elocuencia. Von Papen pensaba que los documentos con los cuales yo le familiaricé también eran muy elocuentes..." En efecto, durante los meses de noviembre y diciembre de 1943, comenzaron a desfilar ante la Leica de Cicerón documentos tan confidenciales como los que trataban de la operación Overlord, el abastecimiento a las tropas soviéticas, las rutas seguidas por los convoyes USA para abastecer a la URSS, la situación de Turquía ante la guerra... El esfuerzo combinado de todos los escenarios bélicos para favorecer la apertura del nuevo frente era tema favorito de los mensajes de Churchill, que elegía ese crítico momento para que Turquía entrase en campaña.
Todos estos graves temas seguían haciendo fluctuar a Cicerón entre dos polos: su ambición y su deseo de disfrutar el dinero obtenido de los alemanes, para lo que necesitaba que Turquía no entrase en guerra y Bazna se daba perfecta cuenta de que su espionaje contribuiría a evitar las tentaciones bélicas de su Gobierno, por lo que se esforzaba en que ni un sólo documento pasase por la embajada sin que su Leica lo hubiese fotografiado.
Y, así, Cicerón, fotografió, por ejemplo, los acuerdos de la Conferencia de Teherán y, así también, Bazna se enteró de que los servicios secretos de todo el mundo jugaban con su nombre. En Alemania tenía detractores y defensores. En Londres había una gran preocupación. En los EE.UU, se comprometieron a entregar a Cicerón en bandeja a los Servicios Secretos británicos. En Turquía, los medios oficiales mostraban su preocupación por la excelente información de los alemanes a cerca de sus relaciones con Inglaterra... Bazna, al menos, había conseguido la celebridad. Cicerón fue el espía más famoso de la II Guerra Mundial.