Comentario
Yves Tanguy (1900-1955) es un pintor autodidacta que entra pronto en contacto con Breton, en 1925. Fuertemente influido por Chirico, y decidido a ser pintor a la vista de un cuadro suyo, se adhiere al movimiento surrealista y desempeña un papel importante dentro de sus actividades. Su casa, que compartía con el poeta Prévert, era uno de los laboratorios del surrealismo, donde se celebraban reuniones en las que lo mismo se discutía la estrategia política de grupo que se hacían cadáveres exquisitos.Entre las actividades del grupo surrealista había una parte importante dedicada al juego, un campo en el cual el azar se puede manifestar libremente. Uno de los que más practicaron fue el cadáver exquisito: componer una frase o un dibujo entre varias personas, sin que ninguno sepa qué ha escrito o dibujado el anterior. El nombre viene del primero que compusieron -El cadáver exquisito beberá el vino nuevo - y el juego tiene la ventaja de producir algo que nunca sería posible con una sola persona, lo cual, decía Breton, "les da un altísimo grado de poder de deriva, al que la poesía no dará nunca bastante importancia".Tanguy pinta unos cuadros en los que el espacio parece efectivamente el espacio del sueño. Son paisajes a los que Argan ha denominado antinaturaleza, porque no tienen luz ni sol, ni línea de horizonte ni una definición clara entre cielo y tierra o entre mar y tierra. La huella de Chirico es muy fuerte: de él proceden la amplitud de la escena y la representación minuciosa de las cosas. Suya, de Tanguy, es la insistencia en la desolación, en el carácter infinito y onírico de los paisajes que resultan desconocidos pero verosímiles y la conversión de los objetos en bioformas petrificadas, como restos fósiles de un mundo que debió existir millones de años atrás, convertido ahora en un desierto o en el fondo del mar; un universo que parece fruto de eyaculaciones cósmicas, como ha escrito De Micheli. Tanguy consiguió un estilo propio en 1926 y un éxito enorme en 1927 con su exposición en la Galería Surrealista. A partir de entonces copió su propia fórmula, que mantuvo el resto de su vida en América, donde se trasladó en 1939.