Comentario
La implicación personal de Blake en sus obras es un elemento que le acerca a David Hockney (1937), el artista pop inglés más importante de la segunda generación, aunque él mismo se considera situado en la periferia del movimiento. Esta generación se dio a conocer en 1961 con la exposición Jóvenes Contemporáneos, que tuvo lugar en el Royal College of Art de Londres. Tanto Hockney como Allen Jones (1937), Derek Boshier (1937), Peter Phillips (1939) y Patrick Caulfield (1936) eran por entonces estudiantes en esa institución y estaban convencidos de pintar "cuadros que se podían describir, cuadros con un tema central relacionado con las cosas de la vida corriente" y hacerlo de una manera nueva.La pintura de Hockney es como un gigantesco diario íntimo, como alguien dijo del expresionismo abstracto, pero -a diferencia de aquel, cuyo alfabeto resultaba incomprensible para nosotros- éste lo podemos leer: el pintor, sus padres -su madre, sobre todo-, sus aficiones, sus casas, sus amigos, sus amores... todo aparece pintado a tamaño natural de una forma clara.En Hockney se produce un cambio importante en 1963, cuando se traslada a Estados Unidos y más a raíz de su instalación definitiva en Los Angeles. Allí "el clima es soleado, la gente está menos tensa que en Nueva York... Cuando llegué no sabía si había algún tipo de vida artística allí y esa era la menor de mis preocupaciones·. La dorada Califomia tiene su mejor publicista en este inglés: un lugar paradisiaco, de hierba siempre verde, piscinas limpísimas donde se zambullen chicos jóvenes y fuertes, casas llenas de plantas y cuadros donde la gente deja pasar apaciblemente el tiempo. Una buena parte de su obra está constituida por retratos dobles de amigos, que aparecen en interiores.En los primeros años juegan un papel importante en su obra los grafitti, a partir del conocimiento de Dubuffet -"era su estilo de hacer imágenes -escribe- el tipo de dibujos infantiles que empleaba, lo que me atraía"-; Picasso, por el que siente siempre una poderosa y doble atracción que le ha hecho retratarse como discípulo suyo y también como modelo; y mira con humor el informalismo, del que hace alguna parodia, como la serie de cuadros titulados Love, que numera -The First Love Painting, The Second.. hasta cuatro-, como hacían los expresionistas abstractos para titular sus cuadros.Hockney juega con dos formas de pintar dentro de un mismo cuadro: una pintura (acrílica casi siempre) lisa y pulida para algunas zonas y otra más informal o abstracta para otras. En El primer matrimonio (Matrimonio de estilos I), de 1962 (Londres, Tate Gallery) presenta una doble boda: entre su amigo americano y la estatua egipcia de madera de una mujer -tal como los vio de lejos en el Pergamon Museum de Berlín-, entre lo antiguo y lo moderno, el arte y la vida, lo irreal y lo real..., pero a la vez una boda entre dos estilos -el informal, con recuerdos de los dibujos infantiles y los grafitti, que corresponden a la novia y el moderno, más simplificado y realista del novio. Para acentuar la idea de boda incluye un arco gótico a la izquierda. Este doble juego es muy claro en la serie que dedica a las Piscinas, donde contrapone -o casa- la superficie tersa y pulida de todo el cuadro con la mancha borrosa y pictórica del salpicón que produce la zambullida en el agua. Además la mancha le sirve para hacer patente la presencia de alguien que no vemos porque está debajo del agua. La autobiografía es el tema de la pintura de Hockney.