Época: Al-Andalus omeya
Inicio: Año 711
Fin: Año 1031

Antecedente:
La crisis de mediados del siglo VIII



Comentario

Abd al-Rahman al-Fihri fue otro de los personajes que tuvo un papel importante en estos acontecimientos y de quien ya se ha dicho que fue el primer emir verdaderamente independiente de Qairawan, a partir del año 745. Cómplice del nuevo gobernador, se hallaba en este momento en España, donde se había refugiado después de las derrotas sufridas por las fuerzas árabes en el Magreb contra los beréberes. Derrotas que habían tenido lugar en un contexto de poco entendimiento entre tropas sirias y tropas de Ifriqiya y este jefe, que pertenecía a la misma tribu que el gobernador de Córdoba y que gozaba a su lado de una gran influencia, había cultivado un gran odio hacia los sirios. Un importante contingente de estos sirios, compuesto de una decena de miles de hombres, sabiendo que no les querían en Qairawan, donde habían tratado con altanería y desdén a los ifriqíes, se habían refugiado en Ceuta después de su derrota en el Magreb central. Se encontraban en una posición difícil, sitiados por los beréberes sublevados, y buscaban la forma de pasar a España para refugiarse en ella. Pero los dirigentes de Córdoba, que les manifestaban una notable hostilidad, les negaron los medios de transporte necesarios hasta que la amenaza beréber se hizo demasiado fuerte y les obligó a aceptar una ayuda que se había hecho indispensable. En marzo-abril de 742, los sirios y su jefe, Baly b. Bishr al-Qushayri, pasaron a España y prestaron a los árabes de al-Andalus una ayuda decisiva contra los beréberes, que serían definitivamente vencidos.
Pero la conflictiva presencia del nuevo elemento árabe en al-Andalus iba a desencadenar enfrentamientos que difícilmente se podría argüir que no eran tribales. Las luchas civiles no tardaron en estallar entre dos partidos que se proclamaban qaysíes y yemeníes. Estas luchas encarnizadas parecieron calmarse durante algún tiempo, cuando el gobernador de Ifriqiya Hanzala b. Safwan, que había estabilizado temporalmente la situación de Ifriqiya al vencer en varias ocasiones a los beréberes, envió como gobernador a un respetado notable sirio, Abu I-Jattar al-Kalbi. Éste, llegado con otros jefes del mismo origen y, según parece, con una fuerza militar, pudo restablecer el orden durante algunos meses. Chalmeta demuestra que su gobierno, que duró desde finales del 742 o principios del 743 hasta principios del 745, fue marcado por nuevos esfuerzos de normalización administrativa y fiscal. El hecho más importante fue la decisión tomada entonces de fragmentar el contingente sirio cuya cohesión había aparecido entonces como uno de los factores de agitación, y de establecer sus diferentes yund/s -ellos mismos originarios de diversos distritos de Siria- en distintas kura/s o circunscripciones territoriales de al-Andalus (el yund de Emeso o Hims se instaló entonces en Sevilla y Niebla, el de Damasco en Ilbira, etcétera).