Comentario
El hecho de que los équites o miembros del orden ecuestre fuesen publicanos durante este período ha llevado a una identificación total entre ambos, aunque no todos los publicanos fuesen équites o caballeros.
En principio, las actividades específicas de los publicanos eran la requisición de las tasas sobre el ager publicus y sobre los portoria y la del abastecimiento de los ejércitos. Pero la escala de sus actividades aumentó considerablemente desde finales del siglo III a.C. puesto que, además de los contratos que les implicaban en las explotaciones de las minas -como las de Hispania y Macedonia-, el ager publicus había aumentado enormemente después de la segunda Guerra Púnica y el numero de tropas legionarias casi alcanzaba los 50.000 hombres por año. Parece, además, casi seguro que las actividades de los publicanos en las provincias incluyeron también iniciativas comerciales privadas, es decir, no ligadas a los publica,.
Estas actividades comerciales y financieras hacen que no sea fácil diferenciarlos en la práctica de los negotiatores y mercatores. Tal vez la mayor diferencia, en este sentido, sea la de que los caballeros desarrollaron sus actividades económicas a una escala mucho más importante que los otros dos grupos, lo que les sitúa en un estatus social superior tanto por la cantidad como por la calidad de sus operaciones financieras. Los publicanos pertenecían al grupo de caballeros que formaban las 18 centurias ecuestres y que formaban la clase de los oficiales en el ejército. Tito Livio atestigua la existencia de una categoría de ciudadanos que, desde el 214 a.C., se definía por su inclusión en el censo como poseedores de un millón de ases o 400.000 sestercios. En el siglo II probablemente pertenecían al orden de los caballeros los que poseían tal censo, formasen o no parte de las centurias ecuestres.
Los publicanos formaron sociedades (societas) para lograr los fondos necesarios y realizar contratas públicas, especialmente las relacionadas con el cobro de impuestos y los abastecimientos militares. Las primeras sociedades parece que se crearon en el 215 a.C., según Tito Livio.
En las actividades económicas los dos órdenes, senadores y caballeros, aparecen frecuentemente vinculados. Muchos senadores participaban en las actividades económicas de los caballeros, entre otras razones porque a los primeros se les prohibía poseer navíos de mayor capacidad que los 300 modii(de 4 a 5 toneladas) que poseían sin embargo publicanos y negotiatores. Por el contrario, había caballeros que poseían también importantes latifundios. No es posible, pues, mantener el esquema simplificador de una aristocracia senatorial de latifundistas y un grupo social de caballeros dedicados a las actividades financieras. Pero si parece evidente que el peso social de los publicanos fue en aumento a lo largo del siglo II a.C. y mientras su peso económico era enorme y superior incluso al de muchos senadores, su participación en el poder político no era equivalente, ni respondía a sus aspiraciones. Una de las interpretaciones que se ha dado a la ley Claudia del 218 a.C., según la cual se prohibía la práctica del comercio a los senadores, es la de suponer, en esencia, que la aristocracia senatorial pretendía cerrar el acceso al Senado a los hombres de negocios. Así, en negativo, vendría a decir que todos aquellos que se dedicaban al comercio (al menos de forma explícita, puesto que se sabe que muchos senadores comerciaban a través de sus libertos o de negotiatores y publicanos) no podían acceder al Senado. Esta frustración en sus aspiraciones políticas explicará el apoyo que los caballeros prestaron -al menos inicialmente- a los Gracos y sus intentos de reformas.