Comentario
Entre mediados y finales del siglo I d. C. reviste especial importancia la acción urbanizadora de los emperadores flavios en Hispania. Cada año se descubren epígrafes con nuevos datos sobre centros promocionados a municipios flavios. Se observa, asimismo, que en las ciudades de origen augusteo se construyeron nuevos edificios públicos, e incluso algunas áreas forenses se remodelaron casi por completo como sería el caso de Conimbriga (Condeixa-a-Velha), o se modificaron parcialmente como aconteció en Baelo (Bolonia, Cádiz) y en Munigua (Mulva, Sevilla). Pero además, se desarrollarán nuevos núcleos urbanos como Complutum (Alcalá). Un caso particular sería la creación del campamento de Legio VII en León, que se convirtió en ciudad hacia el siglo III d. C.
A lo largo ya del siglo II d. C. tan sólo se puede hablar de un auténtico proyecto urbanístico en el caso de Itálica, con la creación de la nova urbs. La vieja ciudad fundada por Escipión el año 206, tras la batalla de Carmona, recibirá en este siglo el rango de colonia y verá ampliarse su núcleo fundacional, la llamada vetus urbs, situada bajo el caserío de Santiponce de la que todavía faltan numerosos datos para comprender su estructura urbana.
La traza urbana de la nova urbs italicense se caracterizó por su adecuación a la topografía del terreno, sobre el que se trazaron anchas calles con aceras porticadas, sin ejes predominantes, que llegan a alcanzar 16 m de anchura. Los edificios se subordinaron al esquema ortogonal. Las insulae eran rectangulares y ocupadas por dos casas amplias, tipo domus, que disponían con frecuencia de termas privadas y estancias destinadas a tabernae. Alguna de las edificaciones domésticas más conocidas como la casa de la Exedra ha sido interpretada por Rodríguez Hidalgo como la sede de un collegium.
Del recinto monumental, instalado en el centro de la ampliación adrianea de Itálica, quedan los cimientos de un enorme espacio que, según las excavaciones de P. León, sería una gran plaza rectangular porticada, con un fondo de exedras cuadrangulares y rectangulares alternantes en el centro de la cual se elevaría un gran templo a Trajano divinizado. La ciudad disponía de un teatro, y unas termas públicas ubicadas en el casco viejo, y de otros baños y edificios públicos en el recinto adrianeo.
En el NO se documenta, a fines del siglo I d. C. y a lo largo del siglo II d. C., el abandono de numerosos castros que habían sido ocupados y reurbanizados después de la conquista. Se funda la colonia Flaviobriga (Castro Urdiales) cuyo tejido urbanístico nos es desconocido. Se asiste a la creación de núcleos urbanos de carácter intermedio, tanto en sus dimensiones como en su entidad, que llevarán el apelativo flavio en su nombre. Un ejemplo significativo podría ser el municipio de Aquae Flavia (Chaves), ciudad ubicada estratégicamente dentro del sistema viario del NO en una región rica en agricultura y minería y que conserva una planta rectangular con calles en retícula. Otro caso lo constituye la ciudad de Gijón, quizá la antigua Gijia ptolemaica, establecida en la falda de una estratégica península al borde del mar Cantábrico, donde en las excavaciones de los últimos años hemos documentado los restos de una factoría de salazones y unas termas. La zona estuvo ocupada desde fines del siglo I d. C. Una cierta traza regular se advierte en el tejido urbano actual. La ciudad fue cercada por una potente muralla en el Bajo Imperio.
Por los datos epigráficos y textuales se sabe que en el NO existieron los fora o lugares de feria y mercado, fundados por Roma en regiones que estaban en proceso de romanización y que fueron sede de actividades administrativas y cabecera de comarca para los intercambios comerciales. Nada se ha podido documentar sobre su estructura urbanística, aunque sus nombres están constatados en las fuentes epigráficas y textuales (Forum Gigurrorum, Forum Bibalorum, Forum Limicorum).