Época: Arte Antiguo de España
Inicio: Año 25
Fin: Año 350

Antecedente:
La ciudad romana de Mérida
Siguientes:
Foro municipal
El foro provincial
Los edificios destinados a espectáculos
Otros edificios
Las casas

(C) José María Alvarez



Comentario

Las complicaciones surgen a cada paso, cuando nos planteamos la reconstrucción del recinto urbano intramuros, aunque las últimas investigaciones llevadas a cabo en Mérida van aclarando el panorama en sus lineas fundamentales. El trazado de las calles emeritenses pudo fijarse en buena medida a comienzos de siglo XX, en ocasión de los trabajos de la nueva acometida de aguas y servicios higiénicos. Todo ello fue recogido en las memorias de las excavaciones entonces efectuadas, y con esos datos y los que fue anotando el sobrestante del Ayuntamiento, Sr. Galván, Maximiliano Macías pudo publicar un plano de las cloacas que podría aceptarse en líneas muy generales.
Según el referido plano, catorce alcantarillas se orientaban perpendicularmente al río, en tanto que nueve eran paralelas a la corriente de agua. Tan sólo una, la correspondiente al kardo maximus, venía a desaguar en el arroyo Albanegas, si bien es probable que no fuera la única. La uniformidad es la que preside la construcción de estos conductos sanitarios, que pueden observarse perfectamente en el dique de contención de aguas del Guadiana. La ciudad romana, al parecer, estaba estructurada en cuadrículas más o menos regulares, que delimitaban insulae o manzanas de 100 x 110 metros de longitud por 50-60 metros de anchura, aunque algunas son más cortas, de 80 metros por 70-75 metros. De todo el tejido urbano, con los problemas que su estudio encierra, se conoce bien el trazado de varias viae, sobre todo el del decumanus y el kardo y otras halladas en el recinto de la Alcazaba árabe y Anfiteatro, además de otras hoy no aparentes. Todas han aparecido pavimentadas con grandes losas de diorita azulada, que procedían de las canteras del vecino pueblo de La Garrovilla.

Una particularidad de las calles emeritenses es la de la disposición de pórticos a lo largo de las más importantes. Los pórticos, a la manera de nuestros actuales soportales, se sustentaban en columnas graníticas. Una vez expuestos los caracteres más sobresalientes de las viae emeritenses, pasamos a considerar algunas zonas que se pueden destacar dentro del tejido urbano colonial.