Comentario
El conjunto escultórico emeritense es, en verdad, impresionante. A la ciudad llegaron durante los primeros siglos diversos escultores que establecieron sus talleres para satisfacer las crecientes demandas tanto oficiales como particulares.
Los programas constructivos que en Emerita se ejecutaron a raíz de su fundación precisaron del concurso de varias escuelas que plasmaron sus realizaciones en los conjuntos del Foro Municipal y del Teatro fundamentalmente.
Del Teatro procede la magnífica testa velada de Augusto, correspondiente a una estatua de cuerpo entero que seguía el modelo de la efigie del emperador hallada en la Vía Labicana, hoy en el Museo de las Termas de Roma. Allí también, en el recinto del porticus post scaenam, se encontraron una cabeza de un príncipe julio-claudio y la del emperador Tiberio, que por sus características y el tipo de material, al igual que la cabeza de Augusto, es presumible que fueran piezas importadas. También lo sería la representación del Genio de la colonia, en mármol de Carrara.
Por otra parte, el conjunto del frente escénico del singular edificio emeritense, fechable, al parecer, en época flavia o en un período inmediatamente posterior, es una buena muestra de la calidad de los escultores locales, aunque hay opiniones que se inclinan a pensar que algunas de las piezas -las tres estatuas de emperadores en traje militar- pudieron ser igualmente importadas.
La serie de esculturas del pórtico del foro municipal, hallado en la esquina que marcan las calles de Sagasta y San José, es también muy relevante. Floriani Squarciapino, estudiosa del mismo, ha considerado la relación que dicho conjunto ofrece con la decoración del forum Augusti de Roma, en un posible intento de emular a la metrópoli. Destacan la efigie de Agripa, de excelente calidad, y los togados firmados por el escultor Gaius Aulus, buena muestra de la pericia alcanzada por los escultores establecidos en la ciudad en el siglo I d. C. Al mismo edificio pertenecían, en una disposición muy semejante al ejemplo romano antes citado, los clípeos con cabezas de Júpiter Ammón y Medusa y las cariátides que hoy conserva el Museo Nacional de Arte Romano. Su cronología es julio-claudia.
Otro grupo importante y obra de un taller local, donde se constata el estilo de un escultor de raigambre griega, de nombre Demetrios, es el del santuario de las divinidades orientales. El profesor Bendala ha sistematizado recientemente la iconografía de la serie del Mitreo y ha explicado las particularidades más notables de la misma, realizada hacia el año 155 d. C., siendo pater patrum Gaius Accius Hedychrus. El carácter provincial de las esculturas es patente.
Pero es en el retrato donde la maestría de los escultores de la escuela de Emerita es más perceptible. Los caracteres de la citada escuela muestran un acusado realismo, no exento de un intento de penetración en el alma del personaje retratado. La mayoría de los retratos corresponde a realizaciones de carácter funerario, si atendemos al lugar de su aparición. Los ejemplos del personaje de edad avanzada, con los rasgos que definen el carácter del retrato romano tardorrepublicano, el del conocido popularmente como el Panadero, o el también masculino de época de Trajano son exponentes del estilo de la escuela, bien perceptible en otras realizaciones donde no faltan excelentes retratos femeninos.
No menos importante es la serie de estelas con retratos de difuntos muy característicos de la escuela emeritense, y que cubren, en cuanto a su producción, el período comprendido entre el siglo I d. C. y los comienzos del siglo III d. C. En ellos, la fidelidad a los modelos clásicos, itálicos, es una constante, como también lo es el nivel técnico y estilístico de esos artistas.