Comentario
Para entender la mentalidad y formas de vida que los propietarios llevaban en sus villas, sería importante conocer sus personalidades: quiénes eran, la clase social a que pertenecían, sus carreras en el ejército, en la administración del Estado o de las ciudades; pero desafortunadamente son pocos los indicios seguros que procedentes de las villas conservamos de estos señores. Conocemos algunos de sus nombres en propiedades pertenecientes al Alto Imperio: por ejemplo, Publio Auonius Silo, de la Tribu Quirina, parece haber sido uno de los primeros dueños de la gran villa de Torre de Palma, en Portugal, pues su nombre aparece sobre una placa de carácter funerario hallada en el sitio; Caius Valerius Avitus, que parece haber desempeñado cargos oficiales durante el reinado de Antonino Pio, ha podido ser identificado como propietario de la villa de Altafulla, Tarragona, gracias al hallazgo de un sello de bronce para marcar cerámica en una de las estancias; Cardilius y Avita han sido reconocidos como los propietarios de la villa portuguesa de Torres Novas, gracias a una inscripción hallada en uno de los mosaicos de la propiedad: VIVENTS CARDILIUM ET AVITAM FELIX TURRE, que se ha traducido como "la torre será feliz mientras vivan Cardilio y Avita"; Dulcitius fue, verosímilmente, el dueño de la propiedad de El Ramalete (Navarra), ya que se hizo retratar en uno de sus mosaicos montado a caballo, abatiendo victoriosamente a una cierva con un venablo, y alzando su mano en ademán de victoria.
En otras ocasiones se ha querido identificar a los propietarios de estas grandes fincas apoyándose en indicios insuficientes: una inscripción bastante enigmática: EME BASILI VIVAS/IN CONTVBERNIVM ha hecho suponer, a mi entender erróneamente, que el dueño de Torre de Palma en época tardía se llamaba Basilius; algo diferente es el caso de la villa de Pedrosa de la Vega, donde existe una amplia galería de retratos en la sala principal de la edificación que verosímilmente hay que atribuir a los propietarios, pero donde no se destaca el dominus de la mansión entre ellos; un arnés de caballo con la fórmula de salutación Asturi Vivas encontrado en la villa ha servido para insinuar que Asturias podría ser el nombre del dueño, aunque también es posible que fuese el del caballo que lo portase.
Más difícil de comprender es el caso de la villa de Arróniz (Navarra), donde en uno de sus mosaicos se representa una serie de varones togados junto a imágenes de cada una de las Musas y representaciones arquitectónicas, que han querido interpretarse como los propietarios de diferentes villas, o bien como filósofos. En otra propiedad bajoimperial aparece el nombre FORTUNATUS dividido por un crismón, lo que ha inducido a pensar erróneamente que el propietario de los últimos momentos de la villa era un cristiano. Finalmente, una villa excavada recientemente en Carranque (Toledo) ha ofrecido el nombre del propietario, Materno, en una inscripción situada en la puerta de su dormitorio. Este nombre, unido al momento de construcción de la villa, el tercer cuarto del siglo IV d. C., y a la monumentalidad de los hallazgos, ha hecho suponer que su propietario podría estar relacionado con un importante personaje de la corte de Teodosio, Materno Cynegio, un probable pariente del emperador que llegó a desempeñar cargos importantes bajo su reinado en la parte oriental del Imperio.