Época: Arte Español Medieval
Inicio: Año 1200
Fin: Año 1300

Antecedente:
Las pinturas de Sijena
Siguientes:
Escenas del Antiguo Testamento
Las Genealogías de Cristo
Representaciones del Nuevo Testamento

(C) Angel Sicart



Comentario

Gran parte de la arquitectura que conforma la Sala Capitular va a actuar como soporte de un programa bíblico que acoge los principios básicos del cristianismo, en un discurso fuertemente coherente, claro y ejemplificador para la comunidad religiosa a la que está destinado.
Dos son los ciclos que conforman las líneas básicas de las representaciones: Antiguo y Nuevo Testamento. Uno y otro se convierten en los motivos esenciales, mientras las Genealogías de Cristo actúan de enlace entre ellos. Esta lógica división arrastra obligatoriamente un riguroso orden en el soporte, pues su claridad en la lectura depende de cómo se distribuyan las imágenes en la arquitectura.

En este sentido, el carácter rectangular de la estancia va a beneficiar la idea global de la representación, pues el hilo argumental tiene una clara orientación al situarse los inicios en el norte, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.

Del mismo modo, los seis tramos que conforman la serie de cinco arcos apuntados, en lugar de suponer un inconveniente, servirán para separar nítidamente los distintos ciclos. Así, sus diez caras opuestas generarán veinte enjutas en las que se instalan el mismo número de episodios del Antiguo Testamento, que queda de este modo situado en el corazón de la sala y en la columna vertebral de la arquitectura, arropada por los muros perimetrales.

Las Genealogías de Cristo, importante nudo del conjunto, tienen reservado un lugar neutro en los intradoses de los cinco arcos apuntados, acogiendo una serie de catorce representaciones en cada uno de ellos, lo que hace un total de setenta que, en este caso, avanzan de norte a sur y de sur a norte hasta encontrarse en un punto intermedio.

Respecto al Nuevo Testamento, el segundo gran ciclo, se sitúa en los muros perimetrales y con un recorrido de norte a sur por el lado oriental, en donde se desarrollan once escenas relativas a la vida de Jesús acogidas en los lados menores y en tres de los seis tramos del oriental, visión parcial de lo que debió ser la totalidad, por cuanto antes del incendio de 1936 algunas ya habían desaparecido, y la mayor parte de las fotografiadas se encontraban en mal estado.

Cabe pensar, y algún testimonio hay, que los espacios pintados alcanzarían en origen a todo el recinto, incluido el muro occidental, que es donde se abren las ventanas que dejan pasar la luz desde el claustro.